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De airbags a mochilas: escolares transforman residuos en productos sostenibles Innovación

De airbags a mochilas: escolares transforman residuos en productos sostenibles

Daniela Adonis
Por : Daniela Adonis Estudiante de Periodismo, Universidad Santo Tomás
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En el desierto de Atacama, en Alto Hospicio, la preocupación por los residuos textiles y automotrices condujo a un grupo de niñas a crear una innovadora iniciativa: transformar airbags y cinturones en prácticas mochilas y accesorios, buscando marcar un hito en la sostenibilidad de nuestro país.


Al norte de nuestro país, un grupo de niñas de enseñanza media mostró su preocupación e iniciativa por la cantidad de residuos textiles que se dejan abandonados diariamente en el desierto de Atacama.

El origen de esta iniciativa que ganó el primer lugar en la segunda edición del Concurso Nacional de Emprendimiento Escolar, Impacto Emprendedor, surge de la preocupación por la acumulación de residuos textiles y automotrices de la región, así lo cuentan tres niñas del Liceo Juan Pablo II de Alto Hospicio, lugar en donde la zona franca ha propiciado la proliferación de vertederos de ropa y autos en desuso. 

Estas tres jóvenes de enseñanza media comentan que vieron “la oportunidad de darle una segunda vida a estas prendas, pero sobre todo a los airbags y cinturones de seguridad, ya que son de alta resistencia, lo que los hace ideales para mochilas y accesorios de este tipo”.

El proceso de selección de materiales no fue para nada sencillo. Inicialmente se acercaron a desarmadurías locales para hablar y asegurar la posibilidad de retirar los airbags, buscando evitar el abandono de estos en el desierto.

Fernanda Riquelme, Natalie Quispe y Valeria Iglesias cuentan que tuvieron “una reunión con el alcalde para dar a conocer nuestra idea y obtener el permiso para ingresar al corral de autos municipal y así contar con la materia prima para la elaboración de nuestro producto. Ya que allí llegan vehículos todos los días, en este sentido retiramos los airbags y cinturones que ya reventaron, por lo que solo cortamos la lona y separamos”.

“Luego lavamos y sanitizamos tanto los airbags, cinturones y textiles a usar; se sacan las costuras y quedan listos para crear los moldes con los diseños que vamos a hacer. Luego sigue la costura y, por supuesto, la creación de broches y seguros que hacemos en impresión 3D, lo que quiere decir que casi el 90% de la mochila lo hacemos nosotras”, detallan.

Trabajar con este tipo de materiales reciclados presentó sin duda una serie de desafíos. La seguridad fue una prioridad al ingresar a vehículos dañados, lo cual requería el uso de equipo de protección personal, esto debido a la posibilidad de accidentes y la presencia de polvo en las áreas en donde se encontraban.

Además, el aprendizaje sobre la elaboración de mochilas y accesorios fue progresivo; estas tres jóvenes relatan que tuvieron “que aprender sobre la marcha cómo hacer las mochilas y accesorios, esto gracias a nuestro liceo que nos ayudó con la capacitación para esta labor”. Actualmente, se siguen haciendo modificaciones para poder tener un producto final para la venta.

El impacto ambiental es un aspecto fundamental en este tipo de labor y va más allá de la reutilización de materiales. El objetivo de Fernanda, Natalie y Valeria se relaciona directamente con la conciencia ambiental y la responsabilidad en relación al ecosistema nortino.

Las ganadoras del concurso emprendimiento escolar manifiestan que esperan “disminuir la contaminación por estos residuos, pero sobre todo enviar un mensaje, y es que es posible crear productos de residuos con valor agregado. Todos podemos hacerlo y de esta forma ayudaremos a disminuir la contaminación. Igual, pedimos a las personas que, por favor, no sigan contaminando nuestro desierto de Atacama; debemos cuidarlo”.

La sostenibilidad de los productos creados por las jóvenes ganadoras es una prioridad. Han incorporado en sus diseños recientes la reutilización de hilos de nylon y recortes de airbags, maximizando el uso de los recursos disponibles. Por otro lado, el proceso de fabricación de las mochilas y accesorios está en gran parte realizado con sus propias manos, creando broches, incluyendo incluso pequeños detalles que son realizados por ellas mismas.

Cuentan que tienen “planeado realizar un seguimiento post-venta del producto, en donde al momento de adquirir un nuevo producto puedes traer el antiguo para recibir un descuento y así poder reutilizar este en un nuevo diseño”.

Fernanda, Natalie y Valeria creen firmemente en que esta iniciativa es la prueba de que es posible reutilizar muchas cosas, por lo que más que dejar que la iniciativa por sí sola inspire a las personas, buscan invitar a las personas a sumarse al cambio.

A su vez, enfatizan que “es una frase que puede llegar a sonar algo cliché, pero es la única forma de generar un cambio. Además, invitamos a salir de la idea principal que tiene la gente del reciclaje, que es solo reutilizar plástico, cartón y papel. Si has identificado un problema en tu lugar de residencia, tienes una mente creativa y las ganas de generar un cambio, no es tarde para ejecutar tu idea. No será un camino fácil, pero tu esfuerzo dará sus frutos”. 

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