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“Demencia digital”: expertos alertan sobre los efectos del uso excesivo de pantallas en niños Niñez Crédito: El Mostrador.

“Demencia digital”: expertos alertan sobre los efectos del uso excesivo de pantallas en niños

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El aumento del tiempo frente a celulares, tablets y consolas preocupa a especialistas, quienes advierten consecuencias que van desde la exposición a riesgos digitales como el grooming hasta fenómenos neurológicos como la “demencia digital”.


La vida cotidiana se ha vuelto inseparable de la tecnología digital. Celulares, televisores y hasta refrigeradores inteligentes rodean la rutina de la mayoría de las personas. De hecho, en algunos hogares, desde temprana edad, niños y niñas crecen rodeados de pantallas que median su aprendizaje, entretenimiento y socialización. Sin embargo, este vínculo cada vez más temprano y prolongado preocupa a expertos, cuidadores y educadores.

El último GPS Ciudadano de Datavoz reveló que el 61,8% de los adultos considera que la exposición a contenidos inapropiados es el principal riesgo del uso de internet en menores de 12 años, seguido por el grooming o contacto con adultos desconocidos (44,6%) y el sedentarismo (26,4%).

El informe también mostró diferencias en la percepción del problema: mientras quienes no conviven directamente con menores ponen énfasis en el aislamiento social, los cuidadores cotidianos se centran en cómo los contenidos afectan el desarrollo y la conducta.

De la utilidad práctica a la culpa

Aunque existe un consenso mayoritario sobre los riesgos, un tercio de los encuestados (32,5%) cree que las pantallas ayudan a mantener a los niños tranquilos en el hogar y un 36,7% considera que facilitan la realización de labores domésticas. Entre los cuidadores directos, ese porcentaje asciende a 40,7%.

La encuesta también refleja una tensión emocional: el 53% de los adultos admite sentir culpa por el tiempo que los menores pasan frente a pantallas, mientras que uno de cada cuatro afirma no experimentar esa sensación.

Para Eduardo de la Fuente, socio director en Consultoría Social y de Mercado, subraya que el uso de pantallas debe manejarse con criterio. “No deberían ser la salida fácil frente al cansancio o la falta de tiempo. El desafío es poner límites claros y ofrecer alternativas que permitan a los niños explorar, moverse y relacionarse fuera de lo digital”, destaca de la Fuente.

Crédito: El Mostrador.

Demencia digital: la nueva alerta neurológica

Más allá de los riesgos conductuales y sociales, la ciencia está empezando a documentar consecuencias neurológicas del uso excesivo de pantallas en la infancia.

El término “demencia digital”, acuñado por el neurocientífico alemán Manfred Spitzer, describe un deterioro de funciones cognitivas —memoria, atención, razonamiento y regulación emocional— asociado al abuso de tecnologías digitales, especialmente en niños y adolescentes.

Alejandro Cataldo, académico de la Universidad de Talca, explicó que “hasta ahora se había visto que los problemas relacionados al uso excesivo de tecnologías de información, especialmente en niños y adolescentes- tenían que ver con trastornos de la personalidad o de conducta. Pero la demencia digital empieza a aparecer como un efecto más bien neurológico. Y eso es lo llamativo que se está empezando a estudiar”.

Por su parte, la directora del Centro de Psicología Aplicada (CEPA) de la UTalca, Nadia Ramos, advirtió que “en niños y adolescentes, que están en pleno desarrollo neuronal, esto puede retrasar procesos cognitivos y socioafectivos” y añadió que los síntomas pueden incluir problemas de memoria y atención, dificultad para regular emociones, baja tolerancia a la frustración e incluso comportamientos similares a los observados en la adicción a las pantallas.

Una advertencia con respaldo científico

Diversas investigaciones comienzan a mostrar evidencia de estos efectos:

  • Las notificaciones constantes de aplicaciones generan adicción y cambios estructurales en el cerebro.

  • El uso excesivo de pantallas táctiles e internet se ha vinculado a menor integridad en la sustancia blanca, lo que afecta la memoria y la atención.

  • También se han observado alteraciones en conexiones neuronales relacionadas con el comportamiento socioemocional y procesos ejecutivos, factores asociados al riesgo temprano de demencia leve o Alzheimer.

Cataldo fue categórico y destacó que “pasarle un teléfono a un niño de dos años es muy riesgoso por los efectos neurológicos que podría tener. Debemos tomar conciencia antes de que sea demasiado tarde”.

A pesar de las alertas, expertos insisten en que no se trata de eliminar la tecnología, sino de integrarla con equilibrio. “No basta con prohibir. Hay que ofrecer alternativas: actividades al aire libre, juegos en familia, hobbies. Y, muy importante, los padres deben dar el ejemplo: si se pide apagar el celular, hay que demostrar que se puede hacer”, recalcó Ramos.

Desde Datavoz, Joao Acharán, director de la Unidad de Dirección y Análisis, sintetiza la mirada: “No se trata de eliminar lo digital, sino de integrarlo con criterio para que la infancia siga siendo un espacio de descubrimiento y cuidado, dentro y fuera de la pantalla”.

En promedio, los menores dedican entre cinco y seis horas diarias a actividades escolares y alrededor de tres a otras, repartidas entre experiencias con y sin pantallas. El celular y la televisión concentran cerca de 1,5 horas cada uno.

La cifra da cuenta de un presente en que lo digital no es accesorio, sino parte central de la vida infantil. Por eso, el llamado de especialistas y estudios apunta a repensar los límites, reforzar la presencia adulta y, sobre todo, proteger el desarrollo integral de niños y adolescentes.

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