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Sobrepeso y obesidad infantil en Chile: un riesgo que afecta a más de la mitad de los escolares Niñez Crédito: El Mostrador.

Sobrepeso y obesidad infantil en Chile: un riesgo que afecta a más de la mitad de los escolares

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Casi el 52% de los niños en edad escolar presenta exceso de peso, pero solo el 14% de los padres reconoce esta condición en sus hijos, según datos oficiales. Especialistas advierten que el problema no solo compromete la salud física, sino también el bienestar emocional y social de NNA.


El sobrepeso y la obesidad infantil se han transformado en uno de los principales desafíos de salud pública en Chile. De acuerdo con el Mapa Nutricional Junaeb 2024, casi el 52% de los escolares vive con exceso de peso, una cifra que posiciona al país entre los más afectados de la región. Sin embargo, un estudio del Observatorio Nutricional Nestlé 2025 reveló que solo el 14% de los padres reconoce esta condición en sus hijos, lo que refleja una preocupante disparidad entre la realidad y la percepción familiar.

Los especialistas coinciden en que este desconocimiento puede retrasar las medidas de prevención y tratamiento, favoreciendo la consolidación de hábitos poco saludables que acompañarán a los niños en su vida adulta.

Diferencia entre sobrepeso y obesidad

La nutricionista Angélica Henríquez, del Departamento de Salud Estudiantil de la Universidad de La Serena, explica que “cuando hablamos de una condición de malnutrición por exceso, podemos referirnos al sobrepeso u obesidad, siempre que el exceso sea en base a una acumulación excesiva de grasa”.

La diferencia entre ambas condiciones, explicó, “radica en que en la obesidad la acumulación de grasa es más significativa, lo que se traduce en alteraciones metabólicas, procesos de inflamación y mayor riesgo a enfermedades del tipo crónicas. Es decir, la diferencia no solo está en la balanza, sino que también en su impacto en la salud de las personas”.

La especialista en conducta alimentaria también recalcó que “cuando un niño o adolescente se encuentra en condición de obesidad, tiene más probabilidades de mantener la condición durante toda la vida. Esto lo expone a desarrollar comorbilidades asociadas como hipertensión, resistencia a la insulina, alteraciones con el colesterol o perfil lipídico y problemas articulares de forma temprana para su edad”.

Más allá de la salud física

La obesidad infantil no solo repercute en el organismo. Sus consecuencias emocionales y sociales también son profundas. Según Henríquez, los niños y adolescentes con exceso de peso suelen enfrentar experiencias de estigmatización que afectan la autoestima y la autopercepción. Esto aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como atracones o restricciones extremas, generando un círculo dañino difícil de revertir.

En la misma línea, el académico del Departamento de Psicología de la Universidad de La Serena, Néstor González, subraya que “muchos padres tienden a minimizar o normalizar la situación y ven al hijo rellenito y lo interpretan como algo natural, sin verlo como un riesgo para la salud, lo que muchas veces funciona como una manera de evitar la culpa o la incomodidad que trae aceptar un problema”.

En cuanto al impacto emocional que puede tener el sobrepeso u obesidad en las niñas, niños y adolescentes, enfatizó que “el efecto puede ser profundo, ya que el niño empieza a construir una imagen de sí mismo marcada por etiquetas negativas, lo que deteriora la autoestima y la sensación de valía personal”.

Señales de alerta en el hogar

Para identificar a tiempo un problema nutricional, los expertos recomiendan a los padres estar atentos a señales como:

  • Cambios abruptos en la talla de la ropa o en la circunferencia de la cintura.

  • Cansancio excesivo al realizar actividades cotidianas.

  • Falta de motivación para jugar o hacer ejercicio.

  • Preferencia marcada por alimentos procesados y rechazo a frutas o verduras.

  • Comer muy rápido, sin identificar señales de saciedad, o hacerlo sin hambre.

Asimismo, se recomienda cumplir con controles médicos periódicos que no solo midan peso y estatura, sino que también evalúen indicadores de salud integral como el sistema inmune, la energía, el sueño y el estado anímico.

La prevención del sobrepeso y la obesidad infantil comienza en casa. La especialista Angélica Henríquez recalca que aumentar la variedad alimentaria, priorizando frutas, verduras y proteínas de calidad, es clave. También advierte que los embutidos y procesados deben considerarse de consumo ocasional, ya que tienen bajo valor nutricional y un alto potencial dañino.

Un desafío para Chile

El aumento del sedentarismo, el uso excesivo de pantallas y la falta de planificación de comidas son factores que refuerzan esta problemática. Frente a ello, los expertos coinciden en que no basta con atender a los niños: toda la familia debe involucrarse en un cambio de hábitos.

La obesidad infantil es, en definitiva, un riesgo invisibilizado que no solo afecta la salud del presente, sino que proyecta consecuencias graves para el futuro. Chile enfrenta la urgencia de asumir este desafío de manera integral, combinando políticas públicas, educación alimentaria y responsabilidad familiar.

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