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Especialista entrega alternativas saludables para mejorar la alimentación en personas mayores Salud Crédito: Cedida

Especialista entrega alternativas saludables para mejorar la alimentación en personas mayores

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La disminución del apetito en adultos mayores afecta su nutrición y calidad de vida. Un especialista propone opciones proteicas y vegetales alternativas para prevenir deficiencias y mantener una alimentación sana y equilibrada.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
En la vejez, factores físicos y emocionales reducen el consumo de carne y vegetales, afectando la nutrición de los adultos mayores. Esto puede provocar deficiencias en proteínas, vitaminas y fibra, aumentando el riesgo de fragilidad, sarcopenia y deterioro cognitivo. El Dr. Manuel Palma, especialista en nutrición, sugiere alternativas como huevos, lácteos proteicos, legumbres, suplementos y preparaciones más suaves para asegurar una dieta equilibrada y prevenir complicaciones de salud en esta etapa.
Desarrollado por El Mostrador

A medida que envejecemos, es común que nuestros hábitos alimentarios cambien, afectando directamente la salud y calidad de vida de las personas mayores. Factores biológicos, emocionales y sociales influyen en la disminución del apetito y en la preferencia por alimentos más simples, lo que puede generar deficiencias nutricionales. Frente a este escenario, especialistas en nutrición recomiendan adaptar la dieta y buscar alternativas saludables que permitan mantener una alimentación equilibrada, previniendo complicaciones como la sarcopenia, el deterioro cognitivo y la pérdida de autonomía.

Es común que en personas geriátricas disminuya el consumo de carne y vegetales, el cual responde a múltiples factores que se encuentran interrelacionados y que generan la disminución del apetito.

La vejez conlleva a la conocida “anorexia del envejecimiento”, causada por alteraciones hormonales, reducción de la capacidad olfativa y gustativa, y menor secreción salival y gástrica, lo que reduce el interés por alimentos como carne y vegetales, que requieren mayor preparación o masticación.

Asimismo, condiciones como la soledad y la pérdida de interés por cocinar inciden en una dieta monótona y baja en nutrientes, conocida como el “síndrome del té y tostadas”. Este cambio en el patrón alimentario conlleva deficiencias en proteínas, vitaminas (como la B12 o ácido fólico) y fibra, aumentando el riesgo de sarcopenia, fragilidad, estreñimiento y deterioro cognitivo.

Anticiparse con evaluaciones periódicas respecto del estado nutricional, funcional y de salud bucal son claves para identificar alguna anomalía en el adulto mayor o que podrían generar cambios. Ya que el menor consumo de carne y vegetales puede tener consecuencias negativas para la salud.

Según Manuel Palma, doctor en nutrición y alimentación de P&M Foods señaló que la carne es una fuente de proteínas de alta calidad, contiene hierro, vitaminaB12 y zinc, los cuales son nutrientes esenciales para mantener la masa muscular, prevenir la anemia y conservar funciones neurológicas adecuadas.

Por otro lado, los vegetales aportan fibra, vitaminas antioxidantes (como la A, C y K) y minerales que favorecen la digestión, el sistema inmunológico y la salud cardiovascular. “Su deficiencia puede contribuir al desarrollo de sarcopenia, desnutrición, estreñimiento, debilidad, mayor riesgo de infecciones y deterioro cognitivo. “Además, una dieta pobre en estos alimentos se asocia con un aumento en la fragilidad y una mayor dependencia funcional, afectando la calidad de vida en la vejez” explicó Palma.

El especialista comentó que para aquellos adultos mayores que tienen problemas para consumir carne y vegetales, existen alternativas que los pueden ayudar a reemplazarlos, tales como:

Fuentes alternativas de proteínas de alta calidad

o Huevos (fáciles de digerir y versátiles).
o Lácteos ricos en proteína: yogur proteico, quesillo, leche en polvo fortificada.
o Legumbres: lentejas, garbanzos y porotos (idealmente en preparaciones suaves).
o Suplementos proteicos: bebidas fortificadas como Nutriactiv Bebida Proteica o suplementos con caseinato de calcio o suero de leche.

Suplementos de micronutrientes si hay riesgo de déficit

o Hierro, zinc y vitamina B12, especialmente si se reduce mucho el consumo de carne.
Para reemplazar vegetales:
1. Verduras en formato más amigable:
o Purés o cremas de verduras (fáciles de masticar y digerir).
o Jugos o batidos vegetales (mezclados con frutas para mejorar sabor y aceptación).
o Papillas fortificadas con vegetales deshidratados.
2. Suplementos o multivitamínicos:
o Especialmente si hay deficiencia de vitamina C, ácido fólico, vitamina K, fibra y antioxidantes.
3. Alimentos funcionales:
o Premezclas o postres con fibra añadida, vitaminas y minerales (como Nutriactiv Papilla).

Es importante adaptar la textura de los alimentos, ofrecer preparaciones más sabrosas, coloridas y fáciles de masticar, así como fomentar el acompañamiento durante las comidas, puede ayudar a mantener una ingesta adecuada. “Por tanto, aunque el proceso biológico del envejecimiento no se puede detener, sí se pueden implementar intervenciones preventivas y educativas que preserven una alimentación saludable y equilibrada en la vejez.” aconsejó Manuel.

La participación activa en la elección y preparación de sus comidas, junto con el acompañamiento afectivo, puede generar una mayor motivación y placer por alimentarse.

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