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Aumentan casos de enfermedad Boca, Mano y Pie en Atacama: medidas de prevención en jardines infantil Salud Crédito: Cedida

Aumentan casos de enfermedad Boca, Mano y Pie en Atacama: medidas de prevención en jardines infantil

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El incremento de contagios por la enfermedad Boca, Mano y Pie en la región de Atacama preocupa a autoridades y jardines infantiles. Expertos destacan la importancia del lavado de manos, desinfección y aislamiento temporal para frenar la propagación.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
La enfermedad Boca, Mano y Pie registra un alza de casos en la región de Atacama, lo que preocupa a jardines infantiles y autoridades de salud. Se trata de una infección viral que afecta principalmente a menores de cinco años y se caracteriza por fiebre, dolor de garganta y sarpullido en boca, manos y pies. Expertos recomiendan medidas de prevención como el lavado frecuente de manos, desinfección de superficies y aislamiento temporal de los niños contagiados. Aunque es benigna, requiere colaboración comunitaria para evitar su propagación.
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El reciente aumento de casos de la enfermedad Boca, Mano y Pie en la región de Atacama ha encendido las alertas sanitarias, especialmente en espacios con alta concentración de niños y niñas en edad preescolar.

Esta infección viral, causada principalmente por el virus Coxsackie, se caracteriza por “fiebre, dolor de garganta, lesiones dolorosas en la boca que pueden dificultar la ingesta de líquidos y sarpullido con ampollas en la boca, manos y pies, lesiones que la distinguen de otras enfermedades infecciosas”, explica Sandra Díaz Rozas, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.

“Aunque suele afectar a menores de cinco años, también puede presentarse en niños mayores e incluso en adultos, aunque con síntomas más leves”, agrega.

¿Cómo se transmite?

Esta enfermedad afecta principalmente a niños menores de 5 años, lo que hace que sea frecuente en niños que asisten a sala cuna o jardín Infantil, aunque también puede presentarse en menores de 10 años.

“La vía de transmisión es por contacto directo con las secreciones de una persona infectada (saliva, lágrimas, secreciones nasales), las heces (especialmente en pañales) y el contacto con superficies y objetos contaminados (juguetes, mesas, pañuelos) que el virus puede albergar”, explica la académica de la UNAB.

Medidas de prevención contra la enfermedad Boca, Mano y Pie en jardines infantiles

La prevención es clave, dice Díaz, para evitar la propagación y esta considera:
Lavado de manos frecuentemente con agua y jabón especialmente después de cambiar pañales o estar en contacto con secreciones corporales.
Limpiar y desinfectar a diario los objetos y superficies que tocan los niños, como juguetes y mesas.
Desechar los pañales en una bolsa cerrada y llevarlos directamente a la basura.
Mantener a los niños enfermos en casa, alejados de salas cunas, jardines o escuelas, hasta que desaparezcan los síntomas.
Limitar el contacto físico cercano con personas infectadas.

La enfermera también advierte que “debido a la alta contagiosidad del virus, es posible que se propague a otras regiones, sobre todo, en lugares con mucha población infantil, como lo son los jardines Infantiles y colegios”.

Según detalla Sandra Díaz las medidas de salud Públicas implementadas, “contemplan fomentar y educar sobre la importancia de la higiene de manos constante, la desinfección de superficies y objetos (especialmente en los jardines y colegios), el aislamiento temporal de casos sintomáticos y la educación a la comunidad sobre cómo prevenir la transmisión del virus”.

Comunidad y prevención: la clave para frenar la propagación

Especialistas subrayan que la enfermedad Boca, Mano y Pie, pese a ser benigna, puede expandirse rápidamente si no se toman medidas de prevención. La colaboración de familias, educadores y niños es fundamental para reducir el impacto en jardines infantiles y colegios. No basta con que los establecimientos educativos refuercen la higiene: es necesario que los padres mantengan a los niños en casa cuando presenten síntomas, que se fomente el lavado de manos en el hogar y que los cuidadores se involucren activamente en la desinfección de espacios y objetos. Solo con un esfuerzo conjunto entre comunidad educativa, familias y autoridades sanitarias será posible contener la propagación y proteger la salud de los más pequeños.

“Es una infección benigna y no hay motivo de estigma. Lo más importante es que se puede controlar con la colaboración de toda la comunidad, niños, familias y educadores”, concluye la académica UNAB.

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