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Gigante del retail británico, Tesco, apunta a las familias pero vende revistas con mujeres desnudas

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Iván Weissman Senno
Por : Iván Weissman Senno Editor El Mostrador Semanal
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Tesco Plc invierte 1.000 millones de libras esterlinas (US$1.500 millones) para modernizar los locales del Reino Unido con el propósito de hacer que las familias se queden dando vueltas y gasten más. Algunas madres preferían no llevar a sus hijos con ellas, porque ahí hay a la vista revistas de desnudos para adultos.

“Tengo una nena y no quiero que vea” esas revistas, dijo Hayley Kew, administradora de consorcios de 31 años, cuando estaba fuera del negocio de Tesco que está en el barrio londinense de Londres. Kew se preocuparía mucho si su hija fuera “a comprar golosinas y hubiera mujeres desnudas en vidriera”.

La semana pasada, la minorista más grande de Inglaterra se comprometió a dejar de vender las publicaciones chicas como Zoo, Loaded y Nuts, y a cubrir todo lo que esté en el estante de arriba, salvo el nombre de la revista, pero todo esto no alcanza, dicen los grupos de mujeres. Tienen prevista una jornada de protesta para el 24 de agosto a fin de presionar a Tesco para que se deshaga de las revistas que tienen por público destinatario a hombres menores de 30 años y, en una visión rudimentaria de la vida, muestran a mujeres con poca ropa, chistes y deportes.

“Avivan las conductas y las actitudes sexistas que forman la base para la violencia contra las mujeres”, dijo Sophie Bennett, vocera de la campaña Lose the Lads’ Mags’ (Basta de la revistas eróticas). Pese que no se las clasifica dentro de la pornografía, el informe de 2010 que hizo el gobierno afirmaba que enviaban el mensaje de que los hombres debían ser sexualmente dominantes y que se cosificaba el cuerpo de la mujer.

Aun cuando el grupo quiere que todos los minoristas descarten los títulos, eligieron a Tesco por tener “un rol líder crucial”. La lucha socava los esfuerzos de la empresa con sede en Cheshunt, Inglaterra, tendentes a ponerles nueva imagen a los hipermercados de las afueras de las ciudades para que sean destinos familiares en una apuesta para recuperarse de la primera alarma de utilidades en dos decenios que hubo el año pasado, cuando los clientes cambiaron por rivales más baratos y por las compras en internet.

Vituperación indeseada

Es “una crítica que no necesita, en especial porque trata de reforzar la imagen de ser un destino familiar”, dijo Bryan Roberts, analista de Kantar Retail en Londres. “Para sacarse de encima estas revistas no tiene que haber repercusiones de relevancia”.

Las ventas de todas las revistas representan menos del 0,4 por ciento de la facturación de supermercados del Reino Unido, según calcula la empresa de calificaciones Nielsen Holdings NV. El primer espacio renovado de Tesco, que tiene restaurantes para familias, barcitos de café y confiterías, abre el 12 de agosto en Watford, en las proximidades de Londres, la semana anterior a la jornada de protestas.

“Escuchamos atentamente las inquietudes planteadas por los grupos de campaña, pero nuestra prioridad es asegurarnos de satisfacer las necesidades de los clientes”, dijo Tesco en un correo electrónico en el que intentaba esgrimir explicaciones por la cuales las revistas se iban a quedar en los más de 3.000 locales que tienen.

Pese a que la cultura popular inglesa es más famosa fuera del Reino Unido por exportar dramas costumbristas como Downtown Abbey, donde se juzga que los pantalones bombacha para hombre son indumentaria para el escándalo, el entretenimiento familiar se tornó cada vez más explícito. Las primeras revistas eróticas asolaron Inglaterra en la década de los años ’90, escondidas entre artículos sobre cervezas, fútbol y mujeres, recuera Robert Lynam, titular de publicaciones en la agencia de medios MEC de Londres.

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