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Realizadoras audiovisuales: el cine documental como refugio para mujeres BRAGA Créditos: Pexels

Realizadoras audiovisuales: el cine documental como refugio para mujeres

Natalia Mora Olavarría
Por : Natalia Mora Olavarría Periodista en El Mostrador Braga
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Las mujeres chilenas han elevado su presencia en el cine, especialmente en el documental. La directora y documentalista, Tana Gilbert, conversó con El Mostrador Braga acerca de logros y desafíos estructurales presentes en la industria cinematográfica chilena.


Durante la última década aumentó la participación de mujeres en el cine chileno, pero este se vio reflejado mayormente en un género cinematográfico: el cine documental. Las realizadoras chilenas han llevado el género documental a otros niveles, encontrando en este un espacio para la experimentación.

Según el estudio “Mujeres en el campo audiovisual: barreras y brechas de género en el sector artístico chileno”, realizado por el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio (Mincap) y publicado en febrero del 2021, solo el 16% de las producciones del período entre la década 2010-2019 fueron dirigidas y lideradas por mujeres.

A pesar de las brechas, barreras e inequidades que experimentan las mujeres que se desempeñan en el campo audiovisual chileno, las realizadoras chilenas continúan abriéndose camino. Las principales organizaciones o redes del cine nacional, específicamente del género documental, han sido creadas y lideradas por mujeres, como lo son Chiledoc y la Asociación Chilena de Documentalistas.

La escena, en general, del campo audiovisual, se encuentra en crecimiento, con una visibilidad que incrementa a medida que más reconocimiento se le otorga. 

“La escena audiovisual chilena está experimentando un momento de efervescencia creativa y diversidad de voces que crecerá cada año más. Esto se debe en gran parte a la fuerte organización que ha tenido el sector audiovisual, y también a la creación de nuevas escuelas de cine, y el fortalecimiento de otras que ya llevan años de trayectoria, que han permitido a diferentes cineastas poder formarse en este oficio”, señaló para El Mostrador Braga la documentalista Tana Gilbert.

La ganadora de diversos premios en festivales nacionales e internacionales y directora del documental “Malqueridas”, que retrata la maternidad en las cárceles, Tana Gilbert, expresó que “estamos en un buen momento, donde contamos con las herramientas teóricas y prácticas para hacer cine”. Sin embargo, manifestó que “falta mucho apoyo estatal y gestiones efectivas de parte de quienes gobiernan para que nos permitan mejorar nuestra calidad de trabajo y fomentar una producción menos competitiva”.

Cineasta y documentalista Tana Gilbert, directora de “Malqueridas”.

La industria del cine chileno se ve cada vez más visibilizada, exponiendo las problemáticas que se hacen presentes en el campo. Temas como la brecha de género, las inequidades y la reproducción de estereotipos de género no son ajenos al campo audiovisual, donde, cada día, más mujeres avanzan hacia la reducción de estos.

“Los principales desafíos para las mujeres en el campo audiovisual incluyen el acceso igualitario a recursos y financiamiento, la lucha contra estereotipos de género y la creación de redes de apoyo y visibilidad. Se ha trabajado por ello, pero aun la brecha sigue siendo muy grande, sobre todo en lo que respecta a cargos y roles que han sido históricamente dominados por hombres”, señaló Gilbert.

Tanto de manera nacional como internacional, el cine funciona como un dispositivo de construcción y reproducción de imaginarios de género. Por ello, se presenta la importancia de que existan más mujeres creadoras en roles de liderazgo como guion y dirección, para revertir y complejizar estos imaginarios en torno a la mujer. 

“Nos han hecho creer que el cine tiene algunas formas que ya definieron algunos hombres en el pasado, y lo que nos hemos dado cuenta con mis compañeras es que podemos trabajar con lo que creemos que puede ser este lenguaje”, mencionó al respecto la documentalista.

Las mujeres en el documental

A pesar del aumento de mujeres en el campo audiovisual, el estudio del Mincap arrojó que existe un género en el cual las realizadoras se desenvuelven más: el cine documental. “Tanto en Chile como en otras partes del mundo, el cine documental ha sido un terreno fértil para el desarrollo de perspectivas feministas, así como también instalar temas invisibilizados en la escena pública”, se menciona en el estudio.

Tana Gilbert, directora de destacados documentales premiados tanto nacional como internacionalmente, cree que el cine es una manera de abrir diálogos, funcionando como un puente entre quienes tienen el privilegio de acercarse a una realidad y representarla, y quienes tienen acceso a ellas con distancias que muchas veces generan estereotipos.

“Mi mirada sobre el cine tiene que ver no solo con la propuesta estética y la exploración del lenguaje, también con la construcción de discursos que interpelen sobre las problemáticas sociales que nos rodean”, expresó de acuerdo a la importancia que tiene para ella el documental realidades.

El reciente aumento de mujeres en este género, ha permitido conceptualizar el documental como un refugio de mujeres en la escena cinematográfica chilena, como se menciona en el estudio del Mincap. Esto se debe a factores como que la producción documental maneja equipos de trabajo más reducidos y presupuestos más ligeros. Además, se considera un espacio creativo más “honesto”, donde se amplía la relevancia social y política.

Para Gilbert, ha existido un aumento considerable de mujeres en el ámbito audiovisual en general, donde cada vez se hace más visible el trabajo de realizadoras. Aun así, para la documentalista todavía queda mucho por hacer.

“Se han dado pasos importantes en la representación y reconocimiento de las mujeres en la industria, pero persisten desafíos estructurales que requieren un compromiso continuo con la equidad de género. Desde la conformación de jurados en los festivales de cine, hasta pensar quienes son realmente los que tienen acceso para dirigir una película de ficción de alto presupuesto para nuestros estándares”, enfatizó.

Y es que a diferencia del género documental, en la ficción el panorama cambia debido a la división sexual del trabajo audiovisual, que también construye barreras en los géneros cinematográficos, dificultando el acceso de las mujeres a algunos de estos territorios. Por ejemplo, según el estudio del Mincap, las guionistas tienen una presencia muy baja en los largometrajes de ficción: un 5,8% como guionistas individuales, y un 10% de participación en guiones mixtos. Lo cual no sucede con las guionistas de documentales, donde existe una mayor participación.

Reconocimientos a las documentalistas chilenas

Últimamente, se ha visto un aumento en el reconocimiento a las mujeres en el área audiovisual. Por ejemplo, con Maite Alberdi, documentalista chilena, quien hace unos días ganó el premio Goya a “Mejor película iberoamericana” con el documental “La Memoria Infinita”, y hace unos años estuvo nominada al Oscar con su largometraje “El Agente Topo”.

Documentalista chilena Maite Alberdi, recibiendo premio Goya a mejor película iberoamericana junto a Paulina Urrutia.

Por su parte, Tana Gilbert fue ganadora de diversos premios en la Semana de la Crítica del Festival de Venecia con su primer largometraje “Malqueridas”, siendo la primera mujer chilena en participar de la competencia y ganar. Allí ganó tres reconocimientos: Mejor Película, Mejor contribución técnica, y la mención honrosa a cineastas menores de 40 años. 

“Ganar la Semana de la Crítica de Venecia sin duda fue un hito en mi carrera y un reconocimiento a todos los años que trabajamos con el equipo. Significó la validación internacional de una propuesta y un tema que son relevantes que hablemos en Chile”, mencionó la cineasta.

Gilbert piensa que las premiaciones y reconocimientos sirven para que se les pueda otorgar un mayor apoyo al sector cultural y audiovisual. “Los premios internacionales no solo permiten reconocer el talento local, sino que también pueden contribuir a cambios significativos en la política cultural y la percepción mundial sobre la industria cinematográfica chilena”, señaló.

Y agregó que estos premios “sirven como plataformas para promover el desarrollo de políticas que fortalezcan al sector cultural en su conjunto, permiten abrir caminos para futuros y futuras cineastas e instalan temas que son importantes de conversar como sociedad”.

Finalmente, el realizar cine y promover producciones nacionales requiere de perspectiva de género, aunque no todas las obras realizadas por mujeres la tengan necesariamente. “Hacer cine desde una perspectiva de género es crucial para desafiar y cambiar las estructuras de poder en la representación cinematográfica. Sin embargo, esto no significa que todas las películas dirigidas por mujeres integren este punto de vista. Aunque es más probable, las directoras mujeres no garantizan automáticamente la integración de una perspectiva de género en sus películas”, comentó Gilbert.

“Es necesario permitir más espacios también a voces que representen la diversidad de identidades de género y trasciendan los binarios del hombre/mujer”, finalizó.

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