
¿Duele o no la mamografía? El debate que surgió por la campaña presidencial
La candidata presidencial Jeanette Jara propuso un plan contra el cáncer de mama con “mamografías sin dolor” y reconstrucción en un año, generando debate médico sobre la efectividad y alcances de esta tecnología.
En Chile, el cáncer de mama es la principal causa de muerte oncológica entre mujeres, con un promedio de seis fallecimientos diarios. La cifra, que pone en alerta a los especialistas, se enfrenta con un diagnóstico temprano a través de la mamografía, examen recomendado a partir de los 40 años —o desde los 35 en casos con antecedentes familiares—. Sin embargo, la incomodidad y el dolor que muchas mujeres asocian al procedimiento sigue siendo un obstáculo que retrasa controles clave.
En este escenario, la candidata presidencial de Unidad por Chile, Jeanette Jara, presentó un plan integral que apunta tanto a mejorar la detección temprana como a garantizar el acceso a tratamientos reconstructivos. Entre sus propuestas destacó el programa “Mamografías sin Dolor”, que contempla aumentar la cobertura de exámenes y dotar a la red pública de mamografía 3D, tecnología más precisa para detectar lesiones, especialmente en mamas densas.
“Hoy día conseguir hora para el examen es difícil, y además muchas mujeres lo postergan por la incomodidad. Queremos que deje de detectarse cuando ya es demasiado tarde”, afirmó.
El anuncio generó debate inmediato. La Sociedad Chilena de Radiología y la Sociedad Chilena de Mastología respondió con un comunicado en el que subrayaron que la mamografía, pese a causar molestias breves por la compresión, es el examen más efectivo para detectar precozmente el cáncer de mama y que no existe método alternativo que lo reemplace. Además, aclararon que la tomosíntesis o mamografía 3D también requiere compresión, incluso por más tiempo, y advirtieron que hablar de “mamografías sin dolor” puede inducir a confusión.
Pero aunque Carlos Riquelme, presidente la Sociedad Chilena de Radiología, fue enfático en el comunicado en señalar que “a mamografía convencional no debe doler. La compresión puede generar una molestia leve y transitoria, pero esta sensación dura solo unos segundos”, solo en internet es posible encontrar foros con preguntas como “¿Por qué me duele tanto cuando me hacen la mamografía?” o “Me hice una mamografía. ¿Es normal que sea tan dolorosa?“.
En cuanto a estudios, hay varios que mencionan el dolor durante la mamografía en alrededor del 55 % de las mujeres o que la estructura de la mama (densidad, composición) influye en cuánto dolor/malestar sienten las mujeres durante la mamografía.
¿Existe la mamografia sin dolor?
El concepto no es exclusivo de la campaña de Jara. Internacionalmente, la expresión “pain-free mammography” o “mamografía sin dolor” se usa para referirse a innovaciones tecnológicas que buscan reducir la molestia asociada al procedimiento. Entre ellas están las placas acolchadas que distribuyen mejor la presión, sistemas que regulan la fuerza aplicada según la sensibilidad de cada paciente, equipos digitales que disminuyen el tiempo de compresión y entornos clínicos diseñados para humanizar la experiencia. También se recomienda programar el examen en los días menos sensibles del ciclo menstrual y contar con personal capacitado en técnicas de posicionamiento más cuidadosas.
Más allá de la controversia política, la discusión abrió un espacio sobre cómo compatibilizar precisión diagnóstica con bienestar y adherencia al examen. La tomosíntesis 3D, utilizada en distintos países, permite imágenes de cortes milimétricos que aumentan la capacidad de detectar tumores pequeños. A esto se suman tecnologías emergentes como la mamografía por contraste, que busca mejorar la visualización de lesiones ocultas, y la ecografía automatizada, especialmente útil en mujeres jóvenes con tejido mamario denso.
Reconstrucción mamaria
El plan de Jara no se limita a la detección. Incluye además la iniciativa “Reconstrucción Mamaria dentro de un Año”, que fijaría un plazo máximo de 12 meses para acceder a este procedimiento tras una mastectomía. “No se trata solo de estética, sino de autoestima, dignidad y salud mental”, sostuvo. Para implementarlo, comprometió la construcción de 10 centros ambulatorios de cáncer en regiones, con el fin de descentralizar la atención y reducir la carga económica y emocional de trasladarse a Santiago.
Mientras el debate sobre las “mamografías sin dolor” enfrenta a especialistas y a la política, lo que queda claro es que la detección temprana sigue siendo la principal herramienta para salvar vidas. La discusión sobre cómo hacer más tolerable este examen apunta a un desafío mayor: lograr que más mujeres accedan a controles regulares sin miedo ni barreras.