
Estudio revela que chismear en pareja fortalece el vínculo y mejora la felicidad
Un estudio de la Universidad de California en Riverside muestra que compartir chismes en pareja refuerza la conexión emocional y mejora la calidad de la relación. Conversar sobre terceros puede ser clave para la confianza y el bienestar mutuo.
Durante años, las relaciones de pareja se han presentado como ideales cuando hay compatibilidad emocional, gustos en común y más allá de lo sexual, se cultiva una amistad sólida. En este contexto, nuevas investigaciones revelan un factor inesperado que contribuye al fortalecimiento de los vínculos afectivos: el chisme compartido.
Chismear en pareja refuerza la conexión emocional
Según un reciente estudio publicado en el Journal of Social and Personal Relationships y consignado por Europa Press e Infobae, investigadores de la Universidad de California en Riverside analizaron las conversaciones cotidianas de 76 parejas —tanto heterosexuales como homosexuales— para estudiar la incidencia del chisme en la calidad de las relaciones.
Las parejas participantes fueron equipadas con dispositivos que grababan sus conversaciones diarias. El objetivo era observar cuánto tiempo dedicaban a hablar sobre terceros, sin importar si los comentarios eran positivos, negativos o neutrales. También respondieron cuestionarios que medían su bienestar subjetivo y la calidad de la relación mediante la Escala de Ajuste Diádico de 32 ítems.
Los resultados fueron sorprendentes: en promedio, las personas pasaban 38 minutos al día chismeando, de los cuales 29 eran con su pareja. Solo una de las 76 parejas no compartía este tipo de conversaciones. Además, se observó que las parejas del mismo sexo, especialmente las de mujeres, reportaban mayores niveles de satisfacción y bienestar.
El chisme como herramienta de unión en la pareja
El estudio sugiere que el chisme dentro de una relación de pareja puede funcionar como una forma de crear y reforzar el vínculo emocional. “Cuando una pareja comenta lo que ocurrió en una reunión social al llegar a casa, ya sea en tono crítico o divertido, está estableciendo una complicidad que refuerza la sensación de equipo”, explican los autores.
Compartir este tipo de conversaciones permite que ambos se alineen en percepciones, expectativas y valores. Según los investigadores, este comportamiento mejora la confianza, la comunicación y el sentido de pertenencia. “El chisme se convierte en una forma de regular lo social dentro de la pareja”, concluyen.
Además, el estudio resalta que estas charlas ayudan a establecer normas compartidas y a sentirse emocionalmente sincronizados, lo que contribuye al bienestar general.
El tipo de chisme importa: empatía y verdad
No todos los chismes tienen el mismo efecto. Una investigación complementaria realizada por la Universidad de Nuevo México advierte sobre los riesgos de difundir rumores malintencionados o falsos, ya que pueden afectar negativamente la reputación de quien los comparte.
En cambio, el chisme expresado con empatía o con una preocupación genuina puede generar una percepción más positiva tanto dentro como fuera de la relación. Es decir, hablar de otros no solo tiene un impacto interno, sino que también influye en cómo se percibe a la pareja como unidad social.
Por tanto, los expertos recomiendan mantener un equilibrio: que los comentarios no sean motivados únicamente por el juicio, sino también por la comprensión del comportamiento humano.
Desmitificando el chisme: no es cosa de género o clase
La investigación también desmiente mitos sociales relacionados con el chisme. Contrario a la creencia popular, no son las mujeres las que más chismean, ni las personas con menos recursos. De hecho, el estudio muestra que hombres y mujeres lo hacen en proporciones similares, y que las diferencias están más relacionadas con el tipo de relación y la edad.
Asimismo, se evidenció que los jóvenes tienden a compartir chismes más negativos, mientras que los adultos mayores lo hacen en tonos más neutrales o positivos, lo que también puede influir en la forma en que impactan las relaciones.
Una práctica cotidiana con efectos positivos
En definitiva, este estudio abre una nueva perspectiva sobre cómo las dinámicas cotidianas en una relación de pareja, como el acto de chismear, pueden tener un impacto directo en la calidad del vínculo. Lejos de ser una actividad frívola o tóxica, cuando se maneja con respeto y empatía, puede ser una herramienta poderosa para consolidar la unión emocional.
En tiempos donde la comunicación se valora más que nunca, mirar al chisme con nuevos ojos podría ser una clave para fortalecer el amor desde la complicidad y la honestidad.