El ecosistema tecnocreativo chileno vive una expansión impulsada por mujeres que combinan disciplinas artísticas, culturales y tecnológicas. Sin embargo, ese crecimiento convive con brechas estructurales que dificultan su consolidación profesional y visibilidad en un sector aún marcado por desigualdades de género.
El Centro para la Revolución Tecnológica en Industrias Creativas (CRTIC) presentó los resultados de la Primera Encuesta Mujeres Tecnocreativas, un diagnóstico que recogió la experiencia de 62 mujeres de 11 regiones del país que trabajan —o buscan desarrollarse— en el cruce entre creatividad y tecnología. El estudio, aplicado en septiembre de 2025, confirma el surgimiento de un nuevo tipo de talento femenino que transita entre disciplinas históricamente separadas.
Artistas, diseñadoras, escritoras, ingenieras, arquitectas, científicas y desarrolladoras forman parte de este ecosistema híbrido que combina lenguajes creativos con herramientas tecnológicas. Esta diversidad, sin embargo, también deja al descubierto tensiones y vacíos en la formación y el acceso a oportunidades.
Brechas estructurales que limitan el desarrollo
La encuesta identifica obstáculos persistentes para las mujeres tecnocreativas, entre ellos la falta de formación técnica especializada, la escasez de redes profesionales, el acceso limitado a financiamiento y las dificultades para contar con equipamiento tecnológico adecuado.
Isidora Cabezón, directora ejecutiva del CRTIC, señaló que este estudio “entrega una fotografía de un ecosistema en ebullición. Más de sesenta mujeres revelaron un interés por habitar la intersección entre la creatividad y la tecnología”.
“Pero también nos muestra que muchas de ellas están navegando un vacío entre dos mundos históricamente segregados: las áreas HACS y las STEM”, agregó.
Según el diagnóstico, muchas creadoras provienen del ámbito artístico y cultural, donde la presencia femenina es mayoritaria, pero deben insertarse en espacios tecnológicos donde cuentan con menos herramientas de base y una menor representación numérica.
Formación, redes y condiciones reales de participación
Las participantes coinciden en la necesidad de ampliar la oferta de formación técnica, generar espacios seguros de experimentación tecnológica y fortalecer programas de mentoría y networking. También plantean la importancia de aumentar la visibilidad del liderazgo femenino en industrias creativas y tecnológicas.
“Transversalizar el género no es solo invitar a más mujeres; es rediseñar la estructura misma de los proyectos. La brecha no se cierra solo enseñando a programar, sino garantizando condiciones reales para que las creadoras puedan participar y sostener sus trayectorias”, enfatizó Cabezón.
Una oportunidad para fortalecer el ecosistema
El estudio también revela un dato clave: más de la mitad de las mujeres encuestadas no está vinculada actualmente al CRTIC, pero manifiesta interés en participar en talleres, residencias, asesorías y programas futuros. Esto abre una oportunidad para expandir redes, fortalecer capacidades y consolidar un ecosistema tecnocreativo más inclusivo.
En un contexto donde la innovación cultural y tecnológica avanza con rapidez, el desafío no solo está en reconocer el talento de las mujeres tecnocreativas, sino en remover las barreras estructurales que hoy limitan su pleno desarrollo y proyección.