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Adriana Hoffmann, botánica pionera en la defensa de la naturaleza BRAGA Crédito: Ladera Sur

Adriana Hoffmann, botánica pionera en la defensa de la naturaleza

Natalia Mora Olavarría
Por : Natalia Mora Olavarría Periodista en El Mostrador Braga
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En la segunda mitad del siglo 20, cuando la ecología y el medioambiente no eran tema, esta bióloga ya luchaba por la preservación de los bosques nativos y la biodiversidad, abriendo el camino de la divulgación científica a través de su amor por la naturaleza.


La botánica y defensora de los bosques Adriana Hoffmann dedicó su vida a la naturaleza, con la cual tenía una fuerte conexión desde pequeña. Hija del matrimonio entre el médico fisiólogo Franz Hoffmann y la psiquiatra Helena Jacoby, más conocida como Lola Hoffmann, pionera en Chile en el análisis de los sueños. 

De niña, Adriana solía recorrer largos campos y laderas en busca de bichos, plantas y flores, caminando hasta perderse en la inmensidad de los senderos. Cuando encontraba algún ser vivo desconocido se detenía a observar y estudiar con suma detención hasta los detalles más mínimos de este. Los largos paseos por los bosques, casi siempre solitarios, la hicieron una amante de la naturaleza y la libertad, llevándola a dedicar su vida a ello.

Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, mostramos el impacto de Adriana Hoffmann, quien dedicó su vida a la naturaleza y abrió el camino de la divulgación científica en épocas donde el conocimiento quedaba guardado en las academias.

El amor que tenía Adriana por la naturaleza era una herencia de sus padres, quienes según Leonora, hija de Hoffman, eran grandes científicos y amantes de la belleza natural de Chile, incentivando en su hija la investigación y el cariño por los bosques. 

Lola, la madre de Adriana, desde pequeña le leía libros sobre el planeta, la naturaleza, el deterioro de la calidad de vida y la emocionalidad de las personas, temas que en la época del 60 no eran siquiera discutidos como ahora, según cuenta Ladera Sur en una entrevista hecha a Adriana Hoffman.

A medida que Adriana iba creciendo, se iba interesando más y más en los ecosistemas que la rodeaban, adquiriendo cada vez más conocimiento acerca de los seres vivos y la flora nativa. Junto a su madre Lola y otros jóvenes como Adriana, en 1983 iniciaron un movimiento de reflexión y acción llamado “La Casa de la Paz” bajo el lema “pensar globalmente, actuar localmente”. Adriana estuvo allí hasta que sintió que lo institucional y los intereses personales superaron el espíritu reformador y colectivo del proyecto.

En cuanto a sus estudios, Adriana entró a estudiar Agronomía en la Universidad de Chile, pero luego de un tiempo se retiró debido a lo técnico de la carrera, pues insistía en que lo que ella quería era “estar, cuidar, aprender y enseñar sobre la naturaleza”. Esto la llevaría a viajar con su madre a Europa, complementando su formación en Alemania en Botánica y Paisajismo.

El interés por democratizar el conocimiento y su inagotable curiosidad por los seres vivos la llevaron a publicar 12 libros sobre naturaleza e identificación de flora de diversos sectores de Chile, siendo estos los referentes para años más tarde, cuando temas como el medioambiente y la botánica inundaron la agenda pública.

En tiempos donde la ecología no era tema, Adriana se mantuvo firme luchando contra forestales y grandes industrias en pos de la defensa de los bosques nativos

Durante la época de los 90, Adriana, inspirada por la necesidad de la preservación de las especies vegetales del país, creó junto a la periodista Malú Sierra la ONG Defensores del Bosque Chileno, donde propuso temas relacionados con el cuidado de la naturaleza y logró un impacto en la sociedad chilena de aquel entonces, pero con el tiempo quienes seguían la organización fueron perdiendo el interés, dejando los proyectos a la mitad. 

Sin embargo, gracias a sus labores en aquella organización y a lo largo de su vida, en 1997 la Organización de las Naciones Unidas reconoció a Adriana como una de las veinticinco líderes ambientalistas de esa década y en 1999 obtuvo el Premio Nacional de Medio Ambiente, otorgado por la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) -entidad anterior al Ministerio del Medio Ambiente creado en 2010-, donde un año después, en el 2000, ella misma participaría dirigiendo la comisión.

A través de la publicación de sus libros llevó el conocimiento a todo aquel que le interesará aprender sobre naturaleza. Su primer libro, publicado en 1970, lleva el título de “Flora Silvestre de Chile de la Zona Central” donde recopiló un amplio número de plantas locales y sus características más significativas y que hasta el día de hoy sigue siendo referencia en la comunidad científica. Adriana fue coautora, también, del emblemático libro “De cómo Margarita Flores puede cuidar su salud y ayudar a cuidar el planeta” de 1990, libro que ha sido modelo para las niñas y niños. Entre otros de sus títulos se encuentra “La Tragedia del Bosque Chileno”, texto visionario sobre la degradación y la ausencia de políticas públicas que los protejan.

Muchos de sus libros fueron hechos gracias a excursiones, travesías y exploraciones a las que Adriana se embarcó, estudiando de cerca cada planta que le llamara la atención y plantando así la semilla sobre la divulgación del conocimiento de la flora en Chile.

Hasta julio del 2012, cuando se retiró simbólicamente del trabajo de campo, Adriana había identificado y nombrado 106 nuevas especies de Cactaceae -cactus-. En 2014, el Ministerio del Medio Ambiente auspició la creación de la Academia de Formación Ambiental Adriana Hoffmann, donde la botánica comenzó a impartir cursos para capacitar a líderes locales y a las nuevas generaciones sobre los cuidados de la naturaleza.

En 2018, la investigadora logró concretar otro de sus sueños al fundar el Centro Edificativo Parque Cantalao, espacio donde se le enseña a niñas, niños y jóvenes las principales estrategias de conservación del ecosistema de la precordillera de Santiago.

En marzo del 2022, con 82 años, la botánica y precursora de la defensa de la flora Adriana Hoffmann falleció. En su última entrevista en enero de ese año, Adriana denunció la falta de educación en torno a temas medioambientales en Chile, y enfatizó en la poca sensibilidad ante el ecosistema.

Las organizaciones que fundó siguen luchando por la protección de los bosques y la flora nativa. Su espíritu curioso y sediento de conocimiento continuará siendo una fuente de inspiración para quienes se dedican a proteger el medio ambiente.

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