Yo opino
Créditos: El Mostrador.
El mapa desigual del empleo femenino en Chile
La tasa de desocupación femenina para el trimestre junio–agosto de 2025 alcanzó el 9,3% en Chile, registrando una leve baja de 0,1 puntos porcentuales (pp.) respecto al mismo periodo de 2024. Con una fuerza laboral de 4 millones 454 mil mujeres, de las cuales 415 mil están desocupadas, el empleo femenino continúa atravesando un escenario complejo.
De hecho, acumula 19 trimestres móviles consecutivos con tasas de desempleo iguales o superiores al 9%, llegando incluso a los temidos dos dígitos en marzo–mayo de 2025, cuando se situó en 10,1%.
Antes de la pandemia (diciembre–febrero de 2020), la tasa de desocupación era de 8,8%, lo que significa que, más de cinco años después de la emergencia sanitaria, el desempleo femenino sigue por encima de aquel nivel. La tasa de ocupación femenina para el mismo trimestre fue de 47,9%, es decir, solo el 47,9% de las mujeres en edad de trabajar tiene empleo, una cifra aún inferior al 48,3% registrado antes de la pandemia.
En cuanto a la participación laboral femenina, se observa una leve recuperación: del 52,9% prepandemia al 52,8% actual, prácticamente el mismo nivel.
Sin embargo, esta recuperación debe analizarse con cautela. Primero, no constituye un logro significativo, ya que simplemente se ha regresado a la situación existente hace más de cinco años. Segundo, el aumento en la participación no se ha traducido completamente en más empleo, lo que significa que no todas las mujeres que se han reincorporado al mercado laboral han logrado encontrar trabajo.
Más allá de la mirada nacional, Chile es un país diverso, con territorios que presentan realidades distintas, y el empleo femenino no es la excepción. Las alarmas se encendieron cuando el desempleo nacional alcanzó los dos dígitos; sin embargo, al disminuir, la discusión pública se moderó. Pero ¿podemos bajar también las alertas desde las regiones?
Durante el trimestre junio–agosto de 2025, siete de las 16 regiones del país registraron desempleo femenino de dos dígitos. Encabeza la lista Los Ríos (12,2%), seguida por Ñuble (11,4%), La Araucanía (10,7%), Biobío (10,6%), Atacama (10,4%), O’Higgins (10,2%) y Valparaíso (10,2%). En el extremo opuesto, las regiones con menores tasas fueron Los Lagos (4,8%), Arica y Parinacota (5,6%) y Magallanes (6,5%).
En cuanto a la participación laboral femenina, el promedio nacional de 52,8% oculta importantes diferencias territoriales. Siete regiones presentan niveles inferiores al 50%, destacando las preocupantes cifras de Ñuble (45,5%), La Araucanía (46,2%) y Los Lagos (46,6%). En contraste, Aysén (62,5%), Magallanes (60,7%) y la Región Metropolitana (57,2%) muestran las tasas más altas.
Las desigualdades también se reflejan en la tasa de ocupación femenina, donde Ñuble (40,3%), La Araucanía (41,3%) y Biobío (42,2%) presentan los niveles más deficitarios, muy por debajo incluso del promedio nacional (47,9%).
Si consideramos como “zona de alerta” una tasa de desempleo femenino de dos dígitos, siete regiones chilenas estarían hoy en situación crítica. A ello se suma que más de la mitad de las regiones muestran niveles de participación y ocupación femenina inferiores al promedio nacional, en algunos casos con diferencias notables.
Estas cifras revelan profundas brechas territoriales en el empleo femenino.
Para el último trimestre analizado, el rango regional (diferencia entre el valor máximo y mínimo) de la tasa de desocupación femenina alcanzó 7,4 puntos porcentuales (pp.); en tanto, para la tasa de participación y de ocupación, los rangos fueron de 17,0 pp. y 17,9 pp., respectivamente.
Estas amplias diferencias dan cuenta del desigual mapa del empleo femenino en Chile y de la necesidad de abordar con enfoque territorial las políticas de género y trabajo.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.