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Créditos: Cedida.
Eliminación de la violencia contra la mujer: un desafío posible
El fenómeno de la violencia contra la mujer es un problema grave y persistente que las sociedades han enfrentado a lo largo de la historia. Su eliminación no solo constituye un imperativo ético, sino también una condición necesaria para avanzar en el desarrollo sostenible y la construcción de comunidades orientadas al bienestar.
Existen múltiples formas de violencia, algunas más visibles que otras. Entre las más encubiertas está la simbólica. Cuando escuchamos frases como “este trabajo no es para mujeres” o “una buena madre debe sacrificarse por sus hijos”, estamos frente a discursos de dominación basados en estereotipos. Estas narrativas, normalizadas y repetidas, permiten que gran parte de la población acepte de manera natural prejuicios que perpetúan la discriminación y la desigualdad.
Avanzar en la eliminación de este tipo de violencia es un desafío cotidiano que no se resuelve únicamente con normas o leyes orientadas a lo que deja huellas visibles en las afectadas. Requiere ir más allá: implica promover el respeto, fortalecer una educación crítica, cuestionar los discursos mediáticos y revalorizar las identidades diversas, así como las distintas maneras de habitar el cuerpo, la mente y las emociones.
Este reto involucra a hombres y mujeres dispuestos a impulsar cambios, personas valientes que se atrevan a educar a nuevas generaciones mediante un pensamiento libre y crítico, basado en el respeto, el bien común y, sobre todo, en el propósito de alcanzar un bienestar colectivo.
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