Publicidad

La violencia de género y sus horrores en el teatro pedagógico de la compañía catalana La Jarra Azul

¿Qué es el maltrato? ¿Qué sienten las mujeres maltratadas? ¿Cómo reacciona la sociedad? Estas y otras preguntas aparecen dentro de esta obra. “Lo que buscamos es reflejar también la globalidad del fenómeno: cómo comienza, qué significa, dónde está el punto de partida hacia la acción colectiva de la sociedad”, señala Óscar García, director de la obra.


Una obra que alerta sobre la violencia de género fue exhibida en Chile por la compañía de teatro catalana La Jarra Azul, que el martes pasado tuvo su última función en el Centro cultural de San Joaquín.

¿Qué es el maltrato? ¿Qué sienten las mujeres maltratadas? ¿Cómo reacciona la sociedad? ¿Y dónde está la responsabilidad como personas ante la violencia de género? Estas y otras preguntas aparecen dentro de este montaje, que en San Joaquín tuvo su presentación número 50, tras otra previa en el Centro Catalán Chile el 13 de agosto pasado. Anteriormente fue vista en países como España y México.

“Lo que buscamos es reflejar también la globalidad del fenómeno: cómo comienza, qué significa, dónde está el punto de partida hacia la acción colectiva de la sociedad”, explica Óscar García, director de la obra, “y sobre todo remarcar que todos y todas somos susceptibles de sufrirlo, y que hace falta parar, de vez en cuando, nuestras vidas tan encaminadas, abrir los ojos y darnos cuenta de que la violencia contra las mujeres no está tan lejos de nosotros, que aquí y ahora, tanto en Chile como en España o en cualquier parte del mundo las mujeres sufren violencia de género”.

violencia

Aumento exponencial

Recientes cifras de la Fiscalía Nacional muestran que en Chile la violencia contra la mujer, reconocida en la legislación como violencia intrafamiliar, presentó un aumento exponencial de denuncias por Ley de Violencia Intrafamiliar (VIF), pasando de 54.000 casos en 2007 a más de 136.000 en 2013. Esto demuestra que es una problemática más actual que nunca.

A partir de pequeñas escenas intensas, claras y directas, la compañía se adentra en el fenómeno de la violencia de género, partiendo de la simplicidad de números y recuento de mujeres asesinadas año tras año, y haciendo retrospectiva del aumento de los homicidios en todo el mundo.

Con este espectáculo no se quiere dejar indiferente al público, sino que la compañía espera que el público piense en cómo educar el no a la violencia, en cómo crear espíritu crítico y de lucha, en cómo no dar la espalda y erradicar de una vez por todas las violencias de género.

“Teatro pedagógico”

García resalta que la compañía desde sus inicios no sólo ha buscado entretener, sino también realizar una acción social, a través de lo que llaman “teatro pedagógico”.

“El teatro es una herramienta para poder transmitir valores o denunciar situaciones de discriminación”, explica el integrante de la Jarra Azul, que creó el montaje a partir de una petición del municipio de Barcelona.

“Es un caso que desgraciadamente pasa en todo el mundo, y por eso nos pareció interesante mostrar, en ese sentido, un espectáculo donde esa parte pedagógica pueda llegar al público y éste, además de tener un momento de entretenimiento, se va con unas ideas, un material para reflexionar, para pensar”, señala.

¿Cómo hicieron para evitar una obra aburrida o panfletaria? “Ese fue uno de los problemas que nos planteamos”, admite. “Una obra panfletaria llega bien cuando se trata de un público que va a ver específicamente una obra sobre violencia de género, porque a esa gente no le molesta, no le importa. El problema es cuando el espectador es uno que va a ver simplemente teatro. A ese espectador, si le das una información muy clara, muy masticada, muy evidente, le molesta”.

¿Qué hicieron? “Se creó, a partir de diferentes escenas, una radiografía del tema. Hay escenas más literarias y otras más directas, inequívocas, pensando sobre todo en un público adolescente”, cuenta. Simultáneamente se huye del “amarillismo” o del “sensacionalismo”, siendo “respetuoso con las mujeres asesinadas, y sobre todo sin hacer morbo”.

Para ello la compañía trabajó con especialistas en el tema, tanto del ámbito municipal como no gubernamental, que les sugirieron las aristas a abordar.

La obra ha causado impacto, también en Chile. Tras 50 funciones, las reacciones han sido de lo más diversas, concluye García. “Muchas veces, mujeres víctimas de la violencia de género han venido a ver la obra por su temática, y al final de la función nos agradecen por tocar este problema”.

 

 

Publicidad

Tendencias