
El alucinógeno cine esotérico de Domingo García-Huidobro
Este joven descendiente del escultor místico de Llolleo, quien tenía su mismo nombre, y era hermano de Vicente, el poeta, reconoce seguir la senda de Alejandro Jodorowsky entre nosotros. Dice que su primera película, protagonizada por Javiera Díaz de Valdés y Martín Castillo, le fue impuesta por el mandato de un “sueño lúcido con imágenes vívidas”, del cual sólo se pudo liberar una vez que concluyó de grabar la obra, un filme que le supuso los elogios de Jim Jarmusch. Reconoce, asimismo, ser un seguidor de las enseñanzas arquetípicas de Carl Gustav Jung, un aprendiz aplicado en la lectura del tarot egipcio y de haber participado en ritos de sanación, bajo el influjo de la ayahuasca.
“Nos costó reunirnos, hubo una cosa un poco cósmica en eso”, dice de entrada y en tono esotérico Domingo García-Huidobro Fernández (27), el cineasta chileno que tiene idéntico patronímico al escultor místico y hermano del famoso poeta, Vicente García Huidobro y que acaba de estrenar su primer largometraje de ficción, su ópera prima, en una de las salas del Centro Arte Alameda de la capital: Partir to Live (2012).
La película es protagonizada por los actores nacionales Martín Castillo y Javiera Díaz de Valdés y fue musicalizada por el compositor holandés Jozef Van Wissem, famoso por sus participaciones junto al director norteamericano Jim Jarmusch, quien al ver la película de García Huidobro, tuvo elogiosas palabras para ésta:
“Un gentilmente alucinógeno, misterioso y hermoso filme. Domingo es un doctor de la ‘mesmerización’ sensorial, sea con una guitarra o una cámara. ¡Yo soy definitivamente un fanático!”, afirmó con desmesura, el realizador de Only Lovers Left Alive (2013).
Cuando Jarmusch comenta la faceta musical de Domingo, hace referencia a que éste y unos amigos tienen y conforman una banda, la que se bautiza “Follakzoid”, y que cultiva un estilo que ellos definen como “cósmico”: temas largos de diez minutos, donde no importa el final, sino el desarrollo del long play, y en los cuales se mezclan melodías de origen celta con otras de tipo folk y country. En Estados Unidos son editados y distribuidos por la casa discográfica “El Hueso Sagrado”.
La película cuenta la historia de un joven aficionado a las experiencias paranormales intenta reconstruir los momentos previos a lo que podría haber sido uno de estos episodios. Unas líneas de alta tensión, un bosque, una iglesia abandonada, una mujer descalza: Pasado, presente y futuro se confunden y en esa realidad disuelta no está seguro de haber encontrado lo que estaba buscando.

Algunos de los festivales en que la cinta inaugural de García-Huidobro, ha sido exhibida, van desde el Northside Film Festival, de New York, en 2012, hasta el Moscow International Film Festival de 2014, pasando por el Ficvaldivia, de hace dos años y el Glasgow International Film Festival, de esta temporada.
“Todo comenzó con sueños que parecían no existir, pero que como no se iban de mi cabeza, daban la impresión que estaban a la vuelta de la esquina. De esa manera, los puse en una línea, los racionalicé de recorrido, hice una búsqueda, me saqué el sentimiento de encima: estaba obstinado, no podía escuchar normalmente a alguien, estaba todo el rato rallando la papa con la cuestión, entonces preparé la película durante dos meses, la rodé, y volví a ser un ser humano común y corriente… Fue un sueño lúcido con imágenes vívidas”, confiesa el autor.
“Los sueños se construyen –explica- en base a arquetipos y yo fui en la búsqueda de estos al sur de Chile, sin saber que lo eran en el fondo, sino, simplemente, que los filmé, como imágenes que tenía dentro de la cabeza y que yo traté de exorcizar, entre las más celebres, sería la presencia del caballo dentro de la trama. Que por una movida bien Godard, bien free film, entré a un peladero y había un caballo, uno solo, con una persona, un animal, con mucha neblina, y se dio algo muy raro, que el caballo como que guiaba la movida, y después supe que esta figura no sólo es un símbolo de la cosmovisión jungiana (del psicólogo Carl Gustav), sino, también, un guía astral, igualmente desde el punto de vista chamánico, y como eso era tan evidente, empecé a ver que aquí existe algo…”, argumenta.
Entonces -agrega el cineasta- «observé que había toda una gama de elementos muy ancestrales, que se articulaban para darle forma a esto, que titulé Partir to Live y que El Mercurio dice que no tiene historia, que no es una película, y que más parece un video arte que un filme de cine”.
Domingo García-Huidobro vivió con su familia durante cinco años en Lima, Perú. Estudió primero en el colegio Sagrados Corazones de Manquehue, luego psicología en la Universidad Diego Portales, y ahora está a un paso de titularse en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Sus creencias se fundan en la psicomagia de Jodorowsky y en la existencia de vida inteligente en otros planetas.
“Yo creo en lo desconocido alienígeno, las cosas por mí ignoradas no se las asigno a Dios, sino a seres de otras galaxias, pese a que mi familia es muy creyente, y que en 1998 conocí al Papa Juan Pablo II, en una audiencia privada, realizada en compañía de la familia de otros cinco empresarios peruanos”, asume francamente. “Admiro al inglés Jonathan Glazer (el director de la cinta Under the Skin), sigo las enseñanzas de Alejandro Jodorowsky, leo mucho a Jack Kerouac, al surrealista Cocteau, a Roberto Bolaño (aunque no me he atrevido con sus libros más largos), me gusta David Lynch, la violencia de Pasolini, me encanta el francés Robert Bresson (en especial su película Le diable probablement, de 1977), adoro a Gaspar Noé, me fascina el actor y director norteamericano Vincent Galo, y le rindo culto al gran Jean-Luc Godard”, se sincera.
“Hace unos años –describe- participé de unos encuentros arcoiris en la Comunidad Ecológica de Peñalolén, en los que andas en pelota… Son unos rituales necesarios, de sanación, con ayahuasca y respiraciones profundas. También practico yoga, busco el verdadero conocimiento de la Tierra, soy un cultor de la Gaya Ciencia y me interesa el tarot egipcio”, resume.
Partir to Live fue grabada a finales de 2011, en localidades del sur de Chile, y se estrenó un año después, en el Ficvaldivia 2012. Se trata de una película que prescinde de diálogos. ¿La razón? Responde, nuevamente, García-Huidobro: “Me interesa explorar, la raza humana está dislocada, hay muchas cosas en equilibrio, pero nosotros no lo estamos, somos una especie de vasija, hay una evolución un poco rara, somos ciudadanos del universo, y yo deseo expresarme sin la moralidad, sin la significación cultural de las cosas”, analiza.
El filme, originalmente se titulaba “Partir”, y Domingo hizo un juego de palabras entre el término castellano y la oración inglesa que designa “para vivir”, con el propósito de evitar cambios en el nombre de la cinta, cuando se distribuyera hipotéticamente en el extranjero: “Es el comienzo de algo”, explica.
Mientras, su segunda película comenzará a filmarla en enero. “Es una historia aún menos convencional, pero mucho mejor hecha, que busca explorar la alienación de una persona, frente a un mundo cotidiano, se inspira en cómo transformar el día a día, en algo siniestro, extraño, en buscar la liberación a través del cine”, expresa.