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Vida más allá de la Tierra: la astrobióloga de la NASA que se tomará el debate en Puerto de Ideas CULTURA|CIENCIA

Vida más allá de la Tierra: la astrobióloga de la NASA que se tomará el debate en Puerto de Ideas

Para Cabrol, estadísticamente no tiene sentido pensar que la vida no exista en otro lugar fuera de nuestro planeta. «Tiendo a creer que la mayor parte de ella es muy simple y pequeña, pero parte de la misma tendría que haber evolucionado a formas más complejas», remata.


¿Hay vida más allá de la Tierra? ¿Qué tan factible es colonizar Marte y otros planetas en el futuro? Estas y otras cuestiones serán abordadas por la astrobióloga estadounidense Nathalie Cabrol en su próxima participación en el evento Puerto de Ideas, a realizarse en Antofagasta durante los días 12, 13 y 14 de abril.

«Más allá del sistema solar, el descubrimiento de miles de exoplanetas nos da la posibilidad de comprender la formación y evolución del sistema planetario e inferir su capacidad de desarrollar biología», adelanta la especialista, que ha venido varias veces a Chile desde 1997 para estudiar las condiciones de vida en el desierto de Atacama.

Asimismo, «estos avances nos dan información importante sobre la probabilidad de la existencia  de otras civilizaciones tecnológicamente avanzadas en el universo».

Cabrol estará el domingo 14 de abril, a las 10:30 horas, en el Teatro Municipal, con la exposición «Buscando vida más allá de la Tierra».

Nathalie Cabrol.

Robot para Saturno

De larga trayectoria académica, en 1988 Cabrol se unió al Instituto SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence) y asumió en 2015 la dirección del Centro Carl Sagan.

Actualmente lidera proyectos en ciencia planetaria y astrobiología, desarrolla exploración científica, estrategias para Marte, Titán y las lunas heladas del Sistema Solar Exterior, al tiempo que diseña experimentos de campo robótico.

En ese marco, explora los lagos de gran altitud en los Andes, donde las condiciones ambientales son análogas a los primeros años de Marte. Junto a su equipo, documenta la adaptación de la vida a ambientes extremos, con miras a Marte, el efecto del rápido cambio climático en los ecosistemas y hábitats de los lagos, sus firmas geobiológicas y la relevancia para la exploración planetaria.

Este trabajo incluye proyectos como el Nomad rover (1997), Life in the Atacama (2002-2006), Subsurface Life in the Atacama (2011-2015) y Planetary Lake Lander (2011-2015). Este último incluyó probar una plataforma robótica para futuras misiones a Titán, la mayor luna de Saturno.

«Todos nuestros proyectos han incluido colaboraciones con científicos chilenos de la UCN-Antofagasta, algunos de Santiago, y más. Esta colaboración ha sido continua durante los años», resalta.

SETI Institute NAI team in Chile 2018 – Aguas Calientes from SETI on Vimeo.

Zona Habitable

Uno de los conceptos que actualmente maneja Cabrol en su trabajo es el de Zona Habitable (HZ, en inglés), que abordará en su exposición en Chile.

Este concepto solía ser la única forma de estimar la posibilidad de que un planeta pueda tener vida como la conocemos, puntualiza.

«Las últimas décadas de exploración del sistema solar y estudio de ambientes terrestres extremos nos han demostrado que la superficie e interior de varios planetas y lunas ubicadas fuera de la HZ podrían tener condiciones para el desarrollo y sobrevivencia de la vida», añade.

Colonización de Marte

Cabrol está convencida de la posibilidad de colonizar Marte y eventualmente otros planetas, entre otras razones gracias a su participación en las misiones de la NASA como Spirit, un robot que aterrizó en el planeta rojo en 2004, y su gemelo Opportunity, ambos responsables de sendos trabajos de exploración.

«La humanidad es capaz de lograr lo que se proponga mientras se lo ponga en la cabeza», afirma con seguridad. «De hecho, tanto para lo mejor como lo peor, como muestra la historia», apunta.

«En este caso, creo que está en nuestros genes. La exploración es absolutamente clave para la sobrevivencia en la biología, y esto es verdad en toda la biósfera, desde los microbios hasta nosotros».

Para Cabrol ese «cuando» depende de cuánto foco y recurso se pongan en este esfuerzo. Ella cree que hay empresas privadas que están cambiando el juego y podrían acelerar las cosas, pero asume que aún existen desafíos tecnológicos y fisiológicos y que estos son los que van a dictar el timing.

«Creo que algunas metas de las empresas privadas no son realistas, mientras otras podrían ser demasiado conservadoras. La mezcla del know-how y el conocimiento adquirido por misiones financiadas por el gobierno, con el acelerado y know-how de los negocios de las empresas privadas, podrían ser una buena mezcla», sentencia con un claro apoyo a esfuerzos público-privados.

«Dicho esto, actualmente no hay una varita mágica que haga que el ser humano llegue a Marte el próximo año o incluso la próxima década. Hay temas médicos vinculados a la exposición a largo plazo al ambiente espacial y la baja gravedad que hay que superar», explica.

Para ella un cambio sustantivo sería un avance mayor en los sistemas de propulsión. Reducir el tiempo que toma llegar hasta los planetas es clave, además de temas vinculados a la mantención de una colonia más allá de la Tierra: «Para mí, una meta realista, si todo va bien, sería al menos un par de décadas».

Vida en el universo

La exploración de los robots que la científica ayudó a crear y su trabajo en Marte tienen que ver con otro tema universal: ¿hay vida más allá de la Tierra? ¿Qué cree ella?

«No me gusta el término ‘creer'», responde. «Como científica, baso mi juicio en datos. Y lo que me dicen los datos es que lo que llamamos ‘los ladrillos de la vida’ –es decir, los elementos básicos que constituyen la base de la vida como la conocemos– son comunes en el universo».

Para Cabrol, la misión del observatorio espacial Kepler, lanzado en 2009, ha demostrado que probablemente hay más planetas en nuestra galaxia que estrellas, lo que implica aún más lunas que las orbiten. Un número significativo de estos planetas están en lo que se llama «zona habitable».

«También sabemos, de la exploración de nuestro sistema solar, que lunas y planetas, incluso fuera de la zona habitable, pueden tener ambientes habitables», señala.

Hay unos 300 mil millones de estrellas en la Vía Láctea y probablemente, en promedio, dos a cuatro planetas alrededor de cada estrella. «Solo en nuestro sistema solar hay 185 lunas, incluidas varias que son mundos oceánicos. Las estadísticas hablan por sí solas… y eso solo para nuestra galaxia, y para vida como la conocemos».

En opinión de Cabrol, estadísticamente no tiene sentido pensar que la vida no exista en otro lugar. «Tiendo a creer que la mayor parte de ella es muy simple y pequeña, pero parte de la misma tendría que haber evolucionado a formas más complejas», remata.

¿Existen los Ovnis?

La inteligencia extraterrestre también conecta con otro gran tema: los objetos voladores no identificados. ¿Son estas formas complejas la posible explicación de los Ovnis?

Cabrol responde que en el 95% de los casos se trata de una malinterpretación de un fenómeno que tiene una explicación.

Luego, hay un 4% que no se puede identificar en el momento, «que creo que se puede colocar en la categoría de fenómeno natural, pero que aún no sabemos cómo explicar, o tecnología de la que no tenemos conocimiento», en alusión a proyectos militares secretos de nuevas  tecnologías.

En cuanto al 1% restante, «lo único que puedo decir es que, contra lo que se pueda creer, los científicos de nuestro campo estarían emocionados de tener evidencia de una visita alienígena o alguna forma de contacto».

«El argumento de que hay ocultamiento porque implicaría el fin de este tipo de investigación es absurdo. Usualmente se dice que el así llamado encubrimiento gubernamental quedaría al descubierto una vez que se descubra un alienígena, ya que no habría necesidad gubernamental de financiar más dicha búsqueda. De hecho, es una gran ironía y muestra la falta de información sobre este tema, que actualmente el gobierno no financia la búsqueda de inteligencia extraterrestre».

En efecto, el SETI donde Cabrol trabaja se financia con donantes privados.

Sobre el tema, la científica es clara: «Si mañana tuviéramos evidencia de contacto, no sería el fin sino el principio de un increíble capítulo nuevo en la historia de la ciencia. Como científica, me emociona la posibilidad de que esto pueda ocurrir. Creo que, ahora mismo, la investigación de los Ovnis –como una tecnología alienígena– sufre de mucho sensacionalismo, lo que vuelve recelosos a los científicos. La parte sensacionalista daña un esfuerzo científico genuino. Cuando se realiza a través de un proceso científico, la búsqueda de inteligencia extraterrestre tiene gran mérito, y podría responder una de las mayores preguntas de la humanidad: ¿estamos solos?».

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