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Premio Nacional de Ciencias, Fabián Jaksic, da marcha atrás tras mencionar cooptación de universidades por las empresas CULTURA

Premio Nacional de Ciencias, Fabián Jaksic, da marcha atrás tras mencionar cooptación de universidades por las empresas

Fabián Jacksic había dado polémicas declaraciones en noviembre en el marco de un encuentro en el parque San Cristóbal. «Cualquier apreciación que se tenga sobre mi actuar a lo largo de mis más de cuarenta años de carrera profesional, o a la realidad general de la práctica científica en Chile, ciertamente no se extiende al trabajo o parecer de mis colegas -de cuya ética y rigor nunca dudaría- o de las instituciones en las que he trabajado, incluida la Pontificia Universidad Católica de Chile y su actual rector y autoridades -quienes no administraban la Universidad durante los casos mencionados en mi intervención-«, expresó ahora.


El Premio Nacional de Ciencias, Fabián Jaksic, dio marcha atrás a las polémicas declaraciones que realizó en noviembre pasado, al calor del estallido social, cuando señaló que «la mayor parte de las universidades son cooptadas por las empresas».

En un conversatorio sobre «Medio Ambiente y Nueva Constitución: los principales desafíos para Chile» realizado en el Parque Metropolitano el 23 de ese mes, el académico de la Universidad Católica afirmó que «hemos sido secuaces, hemos sido cómplices y les digo llanamente que nosotros hemos sido cooptados por las empresas… no me voy a esconder, lo he hecho en conocimiento de causa, sabiendo que si me echan de una universidad me van a contratar en otra».

«A mí me ha tocado defender casos no sólo de Energía Austral, sino también de CMPC y Celulosa Arauco, que son grandes donantes de las universidades», expresó en la ocasión.

Terminó asegurando: «Me da vergüenza, espero que esto nunca más pase. Ya no estoy en eso por lo demás, ya estoy retirado».

Sin embargo, en un comentario realizado ahora en el sitio Emol, el científico dijo que realizó las declaraciones a título personal, y que nunca quiso involucrar al gremio como tal, tras ser interpelado en el mismo medio por su colega Pablo Razeto.

En su declaración aclaratoria, Jaksic dice que en su momento, en el debate, «respondiendo a la pregunta de uno de los asistentes del público, realicé una serie de críticas y autocríticas a la relación, muchas veces problemática, entre el mundo científico-académico y el mundo privado, específicamente a través del instrumento de las consultorías ambientales».

«Mi respuesta, obviamente impromptu, de aquel día, provocó diversas y legítimas reacciones entre la comunidad científica, ambientalista y de consultoría, algunas de las cuales me obligan hoy a aclarar y precisar de mejor forma ciertos puntos, para no dar pie a interpretaciones erradas o inexactas, presentes algunas de ellas en la columna del Dr. Razeto».

Ambigüedades

Jaksic indica que muchos científicos, sobre todo en el área de la ecología, son consultados por empresas e instituciones de carácter privado para efectuar evaluaciones de impacto ambiental como parte del proceso de aprobación o rechazo de distintos proyectos de desarrollo económico.

«Estas prácticas, incorporadas dentro de la institucionalidad chilena a través del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), si bien representan un gran avance con respecto a lo que antes existía, aún adolecen de ambigüedades que impiden asegurar apropiadamente un equilibrio entre la explotación económica y el cuidado de nuestros ecosistemas», afirma.

«De ello no se deduce, sin embargo, que las consultorías ambientales sean de por sí instrumentos perniciosos o ilegítimos, sino sólo que deben mejorarse. Su práctica no reviste mayores problemas si el trabajo que en ellas se realiza es serio, imparcial, científicamente riguroso, y no sujeto a presiones o embargos».

Rigor científico

Luego Jaksic añade que «todas las consultorías públicas o privadas de las que fui parte a lo largo de mi carrera, incluida aquella sobre la que fui consultado ese día, fueron efectuadas con el más estricto rigor científico y la más absoluta imparcialidad y objetividad».

«Nunca, en el ejercicio de alguna investigación, inventé, adulteré o falsifiqué datos para beneficiar a una u otra parte interesada», recalca.

«Tampoco recibí incentivos -aparte del cobro de mis horas profesionales- para favorecer o defender a las instituciones que recurrieron a mis servicios, como se alude equivocadamente al comienzo de la columna. Tales prácticas reñirían completamente con la ética profesional que caracteriza mi labor científica y la de todo investigador o investigadora».

Vergüenza

Por otro lado, el científico dice que la “vergüenza” que dijo sentir durante su alocución, a diferencia de lo que algunos interpretaron, no es por su ya concluido trabajo como consultor ambiental, sino por los múltiples disensos que, en el ejercicio de estas consultorías, lo enfrentaron en más de una ocasión con mis colegas científicos en temas como el peso legal que determinada evidencia científica tenía en uno u otro caso.

«Me duele hasta el día de hoy haberme enemistado con compañeros de trabajo y, en el calor de ese debate, haber relativizado la calidad de su trabajo y el mío», señala.

Por último, el Premio Nacional recalca que lo manifestado en dicha oportunidad no pretende representar a más personas que a sí mismo específicamente.

A título personal

«Cualquier apreciación que se tenga sobre mi actuar a lo largo de mis más de cuarenta años de carrera profesional, o a la realidad general de la práctica científica en Chile, ciertamente no se extiende al trabajo o parecer de mis colegas -de cuya ética y rigor nunca dudaría- o de las instituciones en las que he trabajado, incluida la Pontificia Universidad Católica de Chile y su actual rector y autoridades -quienes no administraban la Universidad durante los casos mencionados en mi intervención-«, añade.

«Lamento que la poca claridad de mi respuesta original haya suscitado confusión y/o malestar en algunas personas, especialmente colegas que aprecio y valoro tanto personal como profesionalmente. Ciertamente, nadie que haya hecho ciencia por tantos años como yo está ajeno a críticas, y respeto el derecho de las personas a tenerlas y expresarlas. No obstante, también pienso que para llegar a una apreciación correcta de los hechos, es necesario contar con el contexto necesario y con asertos claros y precisos», afirma.

«Y con respecto a las propuestas que plantea el Dr. Razeto en su columna (publicada también por Emol), éstas son otro ejemplo del ánimo que mueve a las nuevas generaciones de investigadores e investigadoras, y por qué no decirlo, a la sociedad chilena en su conjunto, por erradicar definitivamente cualquier influencia que los intereses económicos puedan tener sobre el trabajo que hacemos los científicos, y los mecanismos de protección de nuestra naturaleza. Aquella es una meta loable que valoro y apoyo, y sigo dispuesto a colaborar en todo el proceso de discusión que propone el Dr. Razeto y en la mejora permanente de nuestra institucionalidad medioambiental», concluye.

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