
Educación artística y práctica orquestal
La inmersión en una cultura a través de la práctica de sus expresiones prepara ciudadanos, personas capaces de ser parte de una comunidad colaborativa. Generar espacios culturales y educativos-artísticos es necesario. No generar espacios con estas características puede producir vulnerabilidad socioeducativa, separando las posibilidades de acceso y práctica de los y las estudiantes en sus primeras etapas formativas. Estar en todo Chile y eliminar barreras que dificulten el acceso transversal a la educación artística, en nuestro caso, a través de la práctica orquestal, es clave. Creemos que FOJI puede ser una plataforma para que la música, a través de su ejecución grupal, pueda ayudar a formar mejores personas: empáticas, preocupadas por su entorno, pacientes y disciplinadas, en el buen sentido de la palabra.
En FOJI fomentamos la práctica orquestal como una actividad que potencia no solo habilidades artísticas, sino que transforma vidas a través de la participación y de la interacción con otras personas. Niños, niñas, jóvenes y adolescentes forman parte de nuestra red, basada en la práctica artística como fundamento de una formación no solo musical, si no que social y educativa en general.
La música no solo se transforma en una manera de disfrutar del tiempo libre, sino que mejora distintas condiciones sociales y psicológicas de la persona que se vincula a ella. Así lo confirma un artículo publicado por Cristina Harney, Jelena Havelka, Judith Johnson y Freya Bailes en el Journal of Music, Health, and Wellbeing, quienes exponen que escuchar música es una herramienta para regular las emociones.
La Hoja de Ruta para la Educación Artística de Unesco surge del diálogo entre documentos emanados de la primera Conferencia Mundial sobre la Educación Artística “Construir capacidades creativas para el siglo XXI” de 2006, y la Agenda de Seúl: objetivos para la educación artística, de 2010. En esta hoja de ruta se enfatiza el derecho humano a la educación y, por sobre todo, a la participación en la cultura. Una participación que se realiza a través de hechos, no solo de saberes, sino que de quehaceres.
Por lo mismo, la educación artística debe ser importante en nuestro país. Generar espacios culturales y educativos-artísticos debiera ser una responsabilidad para las instituciones culturales y educacionales.
Un estudio realizado por FOJI entre sus becados y exbecados en 2021 — los que abarcan más de 6000 ligados directamente a la Fundación—, demuestra que los y las estudiantes que pasaron por la experiencia de la práctica orquestal a través de FOJI obtuvieron 0,37 puntos más en sus notas escolares, además asisten en promedio un 1,3% más a clases que sus compañeros. También aprobaron en un 4,9% más de curso y rinden en un 3,9% más la prueba de selección universitaria, obteniendo además un promedio de 38 pts. más en matemáticas y 48 pts. más en lenguaje.
Con estos datos sobre la mesa es que nos planteamos la Educación Artística como una herramienta de mayor importancia para el desarrollo humano y social. En FOJI, actualmente estamos llevando a cabo un proyecto en conjunto con el Ministerio de Educación que potencia la educación artística, realizando intervenciones en las aulas por parte de cuartetos de cuerdas tocando repertorios doctos y populares.
El proyecto llamado “Explorando la música en mi escuela” no solo acerca la práctica orquestal al aula a través de interpretaciones y de mediación, sino que involucra diferentes talleres para crear líderes en gestión o directores musicales de agrupaciones musicales escolares, talleres de luthería, talleres de teoría musical y encuentros macrozonales en los que orquestas de diferentes comunas de Chile se reúnen en teatros profesionales, entre otras cosas. El quehacer de la práctica orquestal es más que solo oír música clásica. Tocar un instrumento tiene como finalidad desarrollar distintas habilidades, no solo intentar profesionalizarse en este. Y la práctica orquestal acerca esta actividad a realizarse en comunidad.
Una orquesta no son decenas de instrumentos tocando juntos: una orquesta es un solo gran instrumento y por lo mismo es una pequeña sociedad. Tocar en conjunto requiere empatía y una disposición a ser parte del todo, en las buenas y en las malas.
La inmersión en una cultura a través de la práctica de sus expresiones prepara ciudadanos, personas capaces de ser parte de una comunidad colaborativa. Generar espacios culturales y educativos-artísticos es necesario. No generar espacios con estas características puede producir vulnerabilidad socioeducativa, separando las posibilidades de acceso y práctica de los y las estudiantes en sus primeras etapas formativas.
Estar en todo Chile y eliminar barreras que dificulten el acceso transversal a la educación artística, en nuestro caso, a través de la práctica orquestal, es clave. Creemos que FOJI puede ser una plataforma para que la música, a través de su ejecución grupal, pueda ayudar a formar mejores personas: empáticas, preocupadas por su entorno, pacientes y disciplinadas, en el buen sentido de la palabra.
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