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De la «buena política» al populismo en 4 horas: ¿el verdadero Sichel? Opinión

De la «buena política» al populismo en 4 horas: ¿el verdadero Sichel?

Eugenio Rivera Urrutia
Por : Eugenio Rivera Urrutia Director ejecutivo de la Fundación La Casa Común.
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A Sebastián Sichel nada más le bastó un pésimo desempeño en el primer debate presidencial y que quedara en evidencia que (pese a sus ataques a los retiros de fondos de pensiones, pese a sus retos a los diputados y senadores oficialistas que apoyaban dichos retiros) había retirado sus ahorros previsionales, para darse una vuelta en el aire y proponer el retiro del 100% de los fondos de pensiones. Esto, con el argumento de que ello evitaría que a los chilenos les quiten los ahorros de toda su vida. En pocas horas, las catástrofes que, según Sichel, generaría el retiro del 10% de los fondos de pensiones, dejaban de existir al retirarse el 100% de los mismos. El llamado «populista» a hacer aprobar un proyecto que permite el retiro del 100% de los fondos de pensiones –que, evidentemente, podrán hacerlo solo los sectores más pudientes, pues los chilenos y chilenas más vulnerables ya no tienen fondos–, representa un cuestionamiento de los fundamentos de todo sistema de jubilaciones.


Con la irrupción política y el Gobierno de Donald Trump en los Estados Unidos, la institucionalidad y el sistema político de ese país corrieron el mayor riesgo desde, probablemente, la guerra civil. Ya en 2016, en la campaña de las primarias republicanas, el entonces precandidato Trump transformó los debates en una pelea de borrachos; hizo del insulto, de las noticias falsas, del racismo, de la misoginia y de la xenofobia sus principales argumentos. En su gobierno la generación de noticias falsas, el “bullying” a sus adversarios políticos y de cualquier ciudadana que levantara su voz, se trasladó desde los medios de ultraderecha y del fundamentalismo religioso a la propia Casa Blanca. Su frivolidad, su falta de respecto al conocimiento científico y el intento de negar, primero, y luego transformar el uso de la mascarilla en un tema político, condujeron a agravar el impacto de la pandemia en los Estados Unidos. La guinda de la torta fue la incitación al asalto del Congreso estadounidense y el intento de desconocer el resultado electoral, poniendo en cuestión la base misma del sistema democrático.

La derecha chilena da cada vez más signos de querer seguir el derrotero del populismo de derecha. Ya lo había dejado en evidencia José Antonio Kast al correr a rendir pleitesía a Bolsonaro en Brasil, un émulo entusiasta de Trump, y al desarrollar una campaña (a nivel oficial) basada en medias verdades y (a nivel de sus seguidores) en falsas noticias.

Sichel, en cambio, parecía apostar a una reconstrucción de la derecha a partir de una mirada de centro, que relevaba la idea de una buena política (cuestión nunca bien explicada) y que criticaba a las diversas oposiciones por promover políticas, presuntamente, reñidas con la racionalidad técnica (para profundizar, ver acá). Bastó, sin embargo, un pésimo desempeño en el primer debate presidencial y que quedara en evidencia que –pese a sus ataques a los retiros de fondos de pensiones, pese a sus retos a los diputados y senadores oficialistas que apoyaban dichos retiros– había retirado sus ahorros previsionales, para darse una vuelta en el aire y proponer el retiro del 100% de los fondos de pensiones.

Las posiciones de Sichel en la mañana del jueves 30 de septiembre

El candidato presidencial de la derecha publicó el día indicado una columna bajo el título “Mejores pensiones y el abandono de las convicciones”, en donde criticaba a Gabriel Boric y Yasna Provoste por hacer “campaña sobre este tipo de materias (se refiere a las pensiones) pensando tan evidentemente en sus objetivos políticos de corto plazo” (El Mercurio, 30-9-2021, p. A2). En tal sentido, criticaba a Boric y Provoste por cambiar “de posición por oportunismo y no por convicción”, llamando la atención respecto a que a la política se la puede devorar el populismo.

Entrando en terreno “más técnico”, Sichel sostenía que dichas candidaturas lo hacían pese a que todos los analistas habían alertado de los efectos perniciosos en lo macro y en la economía cotidiana. Destacaba, luego, que el cuarto retiro afectaría a los 5 millones de personas, a pesar de que no podían retirar dinero por no tener fondos en sus cuentas, ya que impulsaría la inflación. Terminaba diciendo que “la discusión ya no es de buen o mal retiro; es entre populismo y democracia, entre una reforma de pensiones que beneficie a las personas o una borrachera de leyes sin sentido en la víspera de una elección».

Las posiciones de Sichel al mediodía del jueves 30 de septiembre

No habían pasado sino unas pocas horas, y el candidato Sichel, exdemocratacristiano, exconcertacionista y ex-Ciudadanos, llama a “avanzar al retiro del 100% de los fondos de las AFP” con el argumento de que ello evitaría que a los chilenos les quiten los ahorros de toda su vida. En pocas horas las catástrofes que, según Sichel, generaría el retiro del 10% de los fondos de pensiones, dejaban de existir al retirarse el 100% de los mismos. 

En el debate político se venía llamando la atención del peligro que representaba para la estabilidad y el futuro del país que la candidatura de Sichel propusiera en su programa “más de los mismo”, pese al descrédito del modelo neoliberal, pese al estancamiento congénito de la productividad, pese al 18-O y las demandas sociales no satisfechas. Pero Sichel ha dado un paso adicional gigantesco al dejar en evidencia que, frente al menor problema, puede cambiar tan radicalmente de posición.

El llamado a hacer aprobar un proyecto que permite el retiro del 100% de los fondos de pensiones –que, evidentemente, podrán hacerlo solo los sectores más pudientes, pues los chilenos y chilenas más vulnerables ya no tienen fondos– representa un cuestionamiento de los fundamentos de todo sistema de jubilaciones. Como se sabe, las personas tienden a minimizar los riesgos de carecer de recursos en la vejez y por ello las cotizaciones son obligatorias y no pueden ser dejadas al arbitrio de las personas.

La derecha ha sido majadera en proclamar la importancia de los equilibrios fiscales; sin embargo, Sichel propone que todos los que pueden saquen sus recursos, lo que derivará, probablemente, en que muchos se gastarán esos recursos y el Estado deberá ir en su auxilio en la vejez, comprometiendo la salud de las finanzas públicas. Esta decisión llevará a que las agencias clasificadoras de riesgo bajen las calificaciones del país, lo que tendrá como efecto el encarecimiento del crédito, acentuando las dificultades para salir de la crisis económica que provocó la pandemia y fue agudizada por la errática política del actual Gobierno.

Contrasta así el desempeño del candidato Sichel con los esfuerzos que impulsan los partidarios del Apruebo en la Convención Constitucional (CC) por darle una salida a la crisis de legitimidad y de futuro que afecta al país, buscando construir una nueva gobernabilidad. La CC está sacando en tiempo récord (según las comparaciones internacionales) el Reglamento de funcionamiento, lo que deja en evidencia que se ha constituido una mayoría que asegura que se concordará democráticamente una Nueva Constitución.

Por otra parte, los candidatos Boric y Provoste están buscando conciliar las demandas ciudadanas de mejoramiento social con el funcionamiento mínimo del sistema político basado en una Constitución que fue rechazada por el 80% del país, pero que nos sigue rigiendo hasta el plebiscito de salida. Teóricamente se concordaba en muchos medios opositores en la conveniencia de terminar con los retiros y avanzar en la instalación de un nuevo sistema de pensiones; pero ello no era posible porque la iniciativa de hacer tal reforma radica en la Presidencia de la República. Al mismo tiempo, las candidaturas están trabajando por presentar al país programas integrales para abrir paso a la deliberación política, a un nuevo modelo de desarrollo que tenga como eje la justicia social y el enfrentamiento del cambio climático. 

Contrasta con esos esfuerzos la vuelta de carnero en pocas horas de Sichel, lo cual, en todo caso, permite entender lo que él entiende por “buena política”.   

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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