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Gobierno subterráneo: a dos meses de asumido Opinión

Gobierno subterráneo: a dos meses de asumido

Patricio Morales
Por : Patricio Morales Presidente del Partido Liberal.
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Existe una invitación para dar inicio a una nueva transición política. Un nuevo pacto social, pero uno que reconoce nuestra historia con sus luces y sombras. La Concertación logró sacar a Chile de una sangrienta dictadura, reinsertó a nuestro país en el mundo y enfrentó con bastante éxito la pobreza heredada por Pinochet. Este Gobierno invita a una nueva ruta política, un nuevo propósito: Chile debe superar su situación de desigualdad y retomar el crecimiento. Para eso, es vital que exista un piso de derechos sociales (salud, educación, vivienda, pensiones) y que de ahí en más cada uno pueda desarrollar su propio proyecto de vida. En cuanto al mercado, debemos mejorar su relación con el medio ambiente y asegurar las condiciones para emprender y aumentar la productividad.


Podríamos pasar un buen rato mirando la mitad llena o la mitad vacía del vaso respecto a los primeros dos meses de Gobierno. Sea como sea, se han cometido errores y ha habido aciertos. El escenario es claro: las lunas de miel prácticamente ya no existen, las encuestas son fluctuantes y la ciudadanía cada vez más exigente. Aquí un breve resumen de hitos para el que quiera tomar bando.

La mitad vacía del vaso: Frustrada visita a Temucuicui, tensión social y política por la votación del quinto retiro, marcha Confech con herido a bala, declaración errónea sobre avión de migrantes venezolanos, alguien le arroja –sin éxito– una piedra al Presidente durante su visita a Coquimbo, camioneros inician paro en la Ruta 5.

La mitad llena del vaso: Se firma el acuerdo de Escazú para retomar nuestro compromiso de Estado con la crisis climática. Se lanza el programa de recuperación económica inclusiva “Chile Apoya”. Ley para pago de pensiones alimenticias. Tras 6 años, histórico acuerdo del Gobierno con la CUT por salario mínimo. Se anuncia la condonación del CAE. Se convoca a un gran acuerdo nacional sobre seguridad y violencia.

Sin embargo, existen corrientes históricas en las que se enmarca este Gobierno que nos gustaría visitar en esta columna.

La pasada elección presidencial le dio tres alternativas al país: profundizar una ruta gubernamental con una derecha conservadora (tendencia mundial), el camino corto y seductor del populismo (expresado sobremanera en Franco Parisi) y, finalmente, un camino progresista de centroizquierda en plena reconfiguración.

El 11 de marzo el pueblo de Chile habilitó un Gobierno que, independientemente de dos meses de gestión, con errores y aciertos, puede ser el inicio de una nueva centroizquierda para Chile. La audacia de Apruebo Dignidad y la madurez de gobierno del Socialismo Democrático, son dos expresiones del progresismo que comienzan a habitar las redes subterráneas del Ejecutivo. Y es la personalidad del Presidente Gabriel Boric la que rompe el hielo, e invita a una ruta política de cambio y transformaciones que están más allá del mero programa de gobierno.

Existe una invitación para dar inicio a una nueva transición política. Un nuevo pacto social, pero uno que reconoce nuestra historia con sus luces y sombras. La Concertación logró sacar a Chile de una sangrienta dictadura, reinsertó a nuestro país en el mundo y enfrentó con bastante éxito la pobreza heredada por Pinochet. Este Gobierno invita a una nueva ruta política, un nuevo propósito: Chile debe superar su situación de desigualdad y retomar el crecimiento. Para eso, es vital que exista un piso de derechos sociales (salud, educación, vivienda, pensiones) y que de ahí en más cada uno pueda desarrollar su propio proyecto de vida. En cuanto al mercado, debemos mejorar su relación con el medio ambiente y asegurar las condiciones para emprender y aumentar la productividad.

A dos meses de Gobierno, nadie sobra. Veremos si Apruebo Dignidad tendrá la madurez y flexibilidad que tuvo la centroizquierda en su renovación de los años 80 y 90 del pasado siglo. Y veremos si el Socialismo Democrático es capaz de tener la audacia y generosidad para construir nuevamente una coalición exitosa para Chile. En el progresismo nos jugamos cada día nuestra historia, una que no permita retrocesos de extrema derecha o populismos seductores. Seguimos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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