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¿Cómo estamos con la agenda para APEC y la Alianza del Pacífico? Cojeando, parece Opinión

¿Cómo estamos con la agenda para APEC y la Alianza del Pacífico? Cojeando, parece

Eduardo A. Santos Fuenzalida
Por : Eduardo A. Santos Fuenzalida Experto internacional en asuntos de comercio
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No he encontrado un solo documento público que dé cuenta de nuestra participación en APEC durante casi tres décadas. ¿Es esto simple torpeza, inoperancia o una astuta estrategia para mantenernos en la oscuridad y confundidos, para seguir viajando, sin tener que rendir cuentas de la actividad que se realiza? Mis disculpas anticipadas, pero la información que entregan los portales de la Subrei y del Servicio de Aduanas es muy “rasca”. La última algo mejor. Y, además, está desactualizada en dos o tres años. Sí, leyó bien. Desactualizada y heredada de Piñera: un récord.


Presidente, ¿revisó la carpeta de trabajo que le prepararon para su gira? Espero que no lo hagan perder el tiempo y pasar papelones. No nos olvidemos de John Kerry, en Los Ángeles. No fue menor, como se lo ha tratado de describir. Ojalá le preparen buenas carpetas con su agenda y participantes. En particular, en Tailandia, no será fácil recordar a tanto personaje y, en especial, una agenda temática tan poco clara.

Pero partamos por lo que nos queda más cerca: la Alianza del Pacífico. Acá tengo varias preocupaciones que quisiera transmitir. Para empezar, creo que la Alianza nos sirve recontra poco. Ya tenemos acuerdos con sus actuales integrantes, en materia comercial no contribuye en nada, nos distrae y nos hace perder tiempo y recursos escasos. Lo más importante es, no obstante, que el socio “comercial más potente” está valga la redundancia comercialmente atado a Estados Unidos y ese es un lastre gigante para nosotros.

Al momento de la inauguración de la Alianza del Pacífico en 2011, ya teníamos TLC con México (a partir de 1999), con Colombia (a partir de 2009) y Perú (a partir de 2009), y con una desgravación arancelaria que se realizaría con rapidez. De acuerdo a la Subrei, el 100% ya se alcanzó con Colombia en enero de 2012, y con Perú en 2016. Y la “bendición” de Sebastián Piñera, en el 2011, no parece haberle agregado mucho a la Alianza.

Una rápida mirada de los flujos comerciales permite ver que el intercambio de Chile con sus socios de la Alianza no ha prosperado. De hecho, en los primeros años del siglo XXI (de 2002 al 2005) en promedio, nuestras exportaciones a la Alianza alcanzaban a 2.169 millones de dólares, que representaban el 7.6% de nuestras exportaciones al mundo. Al comienzo de la Alianza (2011-2014), el valor promedio de las exportaciones a nuestros socios se eleva a 4.175 millones de dólares, pero su participación cae al 5.4%. Y sigue. En los últimos cuatro años, en promedio, el valor de las exportaciones cae en términos absolutos a solo 4.013 millones de dólares y a una participación de 5.2% (calculado con cifras de la base de datos ONU – ITC). Aporta poco la Alianza, ¿no les parece?

Se podría argumentar que este es un valiente esfuerzo dirigido a promover la integración regional. Podría ser, excepto que en mi opinión la Alianza del Pacífico acá también cojea y muy feo. La “Alianza” es una iniciativa de “integración abierta”, con una clara orientación a los negocios en la región del Asia-Pacífico, y esto lo destaca su propio portal web. No importaría tanto si fuera hacer negocios en el Asia-Pacífico luego de construir una fuerte “base económica regional”, para salir unidos y con fuerza desde Latinoamérica. Después de todo, hoy los negocios parecen estar en Asia. Pero eso no ocurre porque el foco de la Alianza se ubica fuera de Latinoamérica. Y porque la musculatura económica que podría aportar México, tiene mucho olor a NAFTA(lina), y ha estado y continúa estando pegoteado a los Estados Unidos. Lamento decirlo, pero la economía de México depende y seguirá dependiendo de las “alianzas de negocios” tejidas con Norteamérica, y muy especialmente los EE.UU. El desarrollo histórico del intercambio comercial en las últimas décadas así lo demuestra. Y, recientemente, el cambio de NAFTA a USMCA así lo aseguran. Y más allá de declaraciones “latinoamericanistas”, México opera sobre la base de los intereses económicos de sus empresas en Norteamérica. La historia de nuestra relación comercial con ellos muestra dónde están sus prioridades y lealtades económico-comerciales. Sorry, México.

Si bien México ha logrado “despegarse” al menos en parte de los Estados Unidos (vía algunos acuerdos comerciales fuera de la región), la “maquila” y las exportaciones aún dependen en su gran mayoría del mercado estadounidense. La participación de sus exportaciones ha declinado de un 87% en los primeros años de este siglo (2002-2005) a 78% en los últimos años (2018-2021) pero, en el proceso, los socios de la Alianza del Pacífico han perdido oportunidades en México. Durante las dos últimas décadas, la participación de las importaciones mexicanas desde los otros miembros de la Alianza ha fluctuado solo en torno al 1%. El comportamiento del intercambio comercial total con los otros miembros de la Alianza, ha tenido un resultado similar. No nos engañemos y no perdamos valiosas energías en ello. La Alianza del Pacífico NO es un proyecto que nos pueda llevar a la integración latinoamericana. Es solo un medio para coordinar negocios en el Asia-Pacífico. Podría ser útil, pero no es integración.

El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) no es mucho mejor. Y con los limitados recursos de que disponemos, creo que realmente no estamos en condiciones de beneficiarnos con nuestra participación. Chile es miembro del Foro desde 1994, fuimos organizadores de las cumbres de 2004 y 2019 (esta última suspendida por Sebastián Piñera, en octubre de ese año) y también somos participantes asiduos y organizadores y promotores de todo tipo de reuniones de APEC. Y, aun así, la información pública disponible respecto de nuestra participación, logros alcanzados y lo que esperamos, es prácticamente inexistente. No he encontrado un solo documento público que dé cuenta de nuestra participación en APEC durante casi tres décadas. ¿Es esto simple torpeza, inoperancia o una astuta estrategia para mantenernos en la oscuridad y confundidos, para seguir viajando, sin tener que rendir cuentas de la actividad que se realiza? Mis disculpas anticipadas, pero la información que entregan los portales de la Subrei y del Servicio de Aduanas es muy “rasca”. La última algo mejor. Y, además, está desactualizada en dos o tres años. Sí, leyó bien. Desactualizada y heredada de Piñera: un récord.

Así, Presidente, ¿qué “pomada” le vendieron para su reunión con los embajadores del Foro? (Prensa, Minrel). Por lo informado por Minrel, creo que ya partimos cojeando y, nuevamente, dando señales vagas y zigzagueantes. ¿A quién se quiere “engatusar” con la información difundida? Según Minrel, la canciller Urrejola habría señalado que esta fue “una reunión muy importante para dar una señal política de la importancia que tiene para Chile y para este Gobierno nuestra relación con el Pacífico, nuestra relación con la APEC, como también los temas que se van a tratar durante la reunión de líderes mundiales en Tailandia”.

Creo definitivamente que sería útil saber cuánta importancia le da al Asia Pacífico este Gobierno. Tengo súper claro cuánto le importaba a los gobiernos anteriores, pero me gustaría saber, con claridad, qué prioridad tiene hoy el Asia-Pacífico. Y por favor, no nos “vendan la pomada”: es principalmente ASIA y algo del Pacífico. De los 21 miembros de APEC, 12 de ellos se identifican con Asia (Brunei, Corea del Sur, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, China, Singapur, Tailandia, Taiwán y Vietnam). Y si bien a Australia, Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda también llegan las aguas del Pacífico, las primeras dos están mucho más cercanas a Asia que a las “economías” del Pacífico. Las naciones realmente del Pacífico son solo Chile y Perú. Y ya hemos comentado acerca de la Alianza México, EE.UU. y Canadá (USMCA).

Presidente, sugiero que no malgaste su tiempo y ahórrese papelones en Tailandia. Evitemos participar en APEC hasta que tengamos prioridades bien definidas en las relaciones internacionales. Para empezar, no todos los líderes estarán presentes (Joe tiene otros compromisos familiares) y no conocemos los temas que se “negociarán” en la Cumbre. Tengo súper claro que esos acuerdos y declaraciones son “cocinados” anticipadamente, pero esta Cumbre “huele a encerrona”. No estamos preparados y las side letters son un mal pretexto. Durante su presidencia como país sede–, Tailandia propuso diversos temas de trabajo que creo compartimos (crecimiento sustentable e inclusivo; fortalecimiento de la salud pública, economías inclusivas, sustentabilidad para la seguridad alimentaria, entre otros), pero también adelantó otros que nos “comprometen”, como, por ejemplo, su primera “prioridad de remover las barreras al comercio y profundizar la integración económica (supongo que en el Asia-Pacífico), junto a la creación del Área de Libre Comercio del Asia  Pacifico (APEC; 2022, Thailand Priorities).

Definitivamente, creo que este es el foco equivocado para nuestro país y una gran distracción en el camino que deberíamos seguir. Creo muy complicado ir a meterse en las “patas de los caballos” no estando preparado. Además, con la propuesta de un área de Libre Comercio del Asia-Pacífico y de integración regional, APEC se parece cada vez más a un TPP11 Mark2. Creo que no “nos da el cuero” para tanta negociación de libre comercio en el ASIA-Pacífico. Otra distracción más a cualquier posible idea o proyecto de integración regional en Latinoamérica. Hagámoslo primero acá, busquemos la unidad y fortalezcamos posiciones para salir unidos a buscar otros mercados. Ya lo dijo el Presidente Boric: unidos podemos “salvarnos”, pero parece que no se le escucha ni en su propio gobierno. APEC es una distracción gigantesca en materia comercial y de integración regional económica.

Además, el Presidente se topará con mandatarios que tienen su reputación dañada. Para empezar, el Gobierno de Tailandia invitó al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán (The Nation, 1 y 10 de noviembre), que ha sido acusado por varios países incluyendo los EE.UU. de ser responsable del asesinato, en Turquía, del periodista saudí-estadounidense Jamal Khashoggi, hace cuatro años (BBC News Mundo, 21 de febrero). Presidente, ¿qué hará si se “topa” con él? Después de todo, entiendo que andamos buscando más dólares en los países árabes. También, el presidente Xi Jinping confirmó su participación, y el lunes recién pasado escuché a la ministra Vallejo confirmar que usted se reuniría con él. Por favor, no lo haga, Presidente, pues ya sabemos qué quiere China. Además, en ese mismo punto de prensa la ministra dijo que usted quería referirse a los derechos humanos en APEC. Sin embargo, le recuerdo que la Cancillería aún permanece en silencio acerca del Informe Bachelet – ONU, sobre Derechos Humanos en China. Muy raro, ¿no le parece?

Para concluir, me pregunto si nuestra participación en estas cumbres no es sino un ejercicio publicitario mayúsculo y súper costoso. ¿Cuán justificable ha sido el uso de los recursos que hemos invertido en estas cumbres y sus grupos de trabajo, proyectos y reuniones internacionales varias? Subrei, a lo mejor acá podemos realizar un buen estudio para evaluar y legitimar nuestra participación en estos foros y acuerdos internacionales. Si estoy equivocado, ruego corregirme, pero creo que sabemos poco y nada de lo que realmente ocurre y logramos con nuestra participación.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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