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Lisboa: colores, arquitectura y exquisita gastronomía a un muy buen precio Viajes

Lisboa: colores, arquitectura y exquisita gastronomía a un muy buen precio

Manuela Balada
Por : Manuela Balada Periodista de la Universidad de Los Andes y con máster de marketing de moda en IED Barcelona.
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Calles de adoquines, casas de diferentes colores instaladas en cerros, funiculares y tranvías. ¿Te suena? Y es que para nosotros los chilenos vendría siendo el Valparaíso de Europa, muy parecidos en infraestructura, comida y buen vino. ¿Por qué visitar Lisboa? Aquí un par de razones.


La capital portuguesa es un must a visitar si te gusta una vibra más bohemia, los buenos mariscos, un rico vino, vida nocturna vibrante, y todo esto a excelentes precios. Desde lugares históricos como el Monasterio de los Jerónimos, pasando por sus típicos pasteles de nata, y su entretenido barrio Chiado, una pequeña guía si te escapas un par de días a la ciudad de las siete colinas y azulejos.

Plaza de Comercio

Entramos a la plaza pasando bajo el imponente Arco Triunfal de la comercial Vía Augusta. Allí estaba emplazado el Palacio Real, destruido por el terrible seísmo de 1755; tras este, el Marqués de Pombal decidió reconstruirla en forma de “U”, con tres grandes edificios porticados que albergan algunos organismos gubernamentales, la principal oficina de turismo de Lisboa (Ask Me Lisboa) y algunos restaurantes y cafés, como el Martinho da Arcada, el más antiguo de la ciudad y antaño.

Torre de Belém

Es una obra de Francisco de Arruda y Diego de Boitaca que tuvo gran importancia en la era de los descubrimientos de Europa, ya que sirvió como fortaleza y como puerto desde donde partieron los exploradores portugueses para establecer cuál sería el primer comercio europeo en la historia con China e India.

Cuando dejó de servir como defensa de invasores en el estuario del río Tajo se utilizó como prisión, como faro y también como centro de recaudación de impuestos para ingresar en la ciudad. En 1983 fue declarada como Patrimonio de la Humanidad, y actualmente se puede visitar como museo. Aquí además venden los mejores pastéis de Belem de la ciudad, pastel típico de Portugal, relleno de nata/ crema pastelera.

Monasterio de los Jerónimos

Con una arquitectura impactante tanto por dentro como por fuera, con un estilo manolino, esta joya de Lisboa es un antiguo monasterio de la Orden de San Jerónimo y que se ubica en el barrio de Belén. Fue encargado por el rey Manuel I de Portugal para conmemorar el afortunado regreso de la India de Vasco de Gama.

Barrio Chiado

Se trata de una zona llena de cafés y tiendas, pero el Chiado está además ligado a la vida intelectual de Lisboa, pues cuenta con varios museos y otros cuantos lugares de interés cultural.

Avenida Liberdade

Es la zona de lujo por excelencia de Lisboa, con teatros, tiendas de lujo y hoteles de cinco estrellas. Al final de la Avenida da Liberdade nos encontramos con la Plaza del Marqués de Pombal, (que es uno de los grandes puntos de referencia de este centro económico y más moderno de la ciudad de Lisboa) y el Parque Eduardo VII. Desde su parte más alta tenemos unas fantásticas vistas de la Plaza del Marqués de Pombal, la Avenida da Liberdade y de todo el río Tajo. Vale mucho la pena llegar hasta ahí por su increíble vista.

Mirador San Pedro de Alcántara

En el Barrio Alto de Lisboa podemos asomarnos a uno de los mejores miradores de la ciudad, donde se puede admirar hacia la Baixa, Alfama y el Castillo de San Jorge, entre otros.

Castillo de San Jorge

Con más de ocho siglos de historia, el Castillo de San Jorge sobresale entre las callecitas desordenadas de la colina más alta de Lisboa. Se accede al castillo pasando bajo el Arco de San Jorge. Una vez dentro, se puede pasear libremente entre sus once torres, el patio de armas, los calabozos y la Puerta de Moniz en la Praça Nova. Sin embargo, sólo se puede pasear por fuera del castillo, su entrada no está permitida, pero sí merece la pena sus jardines y sobretodo sus vistas a toda la ciudad.

Sintra

A pesar de que está a las afueras de Lisboa, y hay que tomar un tren de 40 minutos, merece mucho el esfuerzo y tiempo de ir. Uno de sus atractivos más típicos es El Palacio Nacional da Pena: uno de los más llamativos de Europa, con una fachada pintada en tonos vivos y un interior restaurado a su aspecto original en 1910. El palacio en sí es impresionante, y está rodeado por un jardín botánico maravilloso. A pesar de que Sintra es pequeño, hay mucho que visitar, si tienes poco tiempo, este palacio es un must.

Baixa

Su calle principal es la Rua Augusta, que nos lleva desde el Rossio hasta el Arco Monumental, el que llega hasta la Plaza del Comercio. Es esta calle peatonal la que nos hace conocer el sabor comercial tradicional de la Baixa. En el camino, a la derecha, podemos encontrar el pintoresco Elevador de Santa Justa, que antes comunicaba la Baixa y el Chiado y hoy ha quedado como uno de los miradores más visitados de Lisboa.

Una ciudad que te invita a disfrutar de sus calles con colores llamativos, sus típicos azulejos que merecen más de una foto, sus exquisita oferta gastronómica y sus moderados precios. Y si planeas quedarte más tiempo en Portugal, recomendamos visitar Oporto, y también las playas del sur, en Algarve, que son realmente impactantes.

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