Presión máxima en la COP30: negociaciones trabadas y Chile amplía su influencia climática
¡Hola! Mientras en Chile las elecciones presidenciales siguen ocupando los primeros sitiales de la información pública, una parte del mundo sigue observando con cautela lo que ocurre en la ciudad brasileña de Belém.
Una cosa es clara: la COP30 entra en su semana más decisiva. Tras una primera fase dominada por las promesas amplias y llamados a “la COP de la verdad”, comienza el momento en que las negociaciones deben transformarse en decisiones reales. Las expectativas son enormes, pero los avances todavía son inciertos: los textos preliminares muestran más opciones abiertas que acuerdos, y la brecha entre el diagnóstico –cada vez más alarmante– y la acción sigue sin cerrarse. En este escenario cargado de tensión y posibilidades, Chile ha tenido una presencia inusualmente activa y diversa, desplegando iniciativas, investigaciones y liderazgos en distintos frentes de la cumbre.
En esta edición de Juego Limpio repasamos las señales que marcarán esta semana crítica en Belém y las múltiples aristas de la participación chilena, desde la ciencia y la política pública hasta la gobernanza indígena y las alianzas internacionales de descarbonización. Partimos con un análisis del clima político que se vive en la COP30, donde la presidencia reconoce convergencia en algunos temas, pero alerta sobre las persistentes brechas en financiamiento, transparencia, comercio climático y metas de 1,5 °C. Lo que ocurra en estos días dirá si la cumbre será un punto de inflexión o, una vez más, una oportunidad incompleta.
- También revisamos cómo Chile irrumpió en la agenda global al presentar su modelo de interfaz ciencia-política, liderado por el Comité Científico Asesor de Cambio Climático (C4). En una COP llena de demandas por acelerar la implementación, el enfoque chileno –basado en la coproducción de reportes científicos y diálogos territoriales– ha despertado interés internacional. La pregunta es si este modelo logrará permear más allá del Pabellón de Chile y convertirse en una herramienta escalable para otros países.
- A esa presencia institucional se suma la participación científica: destacan los avances de la investigadora Cynnamon Dobbs, quien lidera el capítulo latinoamericano del mayor informe global sobre Soluciones Basadas en la Naturaleza en zonas urbanas. Su presentación del 20 de noviembre marca un momento clave para posicionar a América Latina –y a Chile en particular– como referente en planificación urbana sostenible en plena crisis climática.
- Pero el protagonismo chileno en Belém no proviene solo de la academia o el Estado. Una delegación mapuche lafkenche viajó para instalar en la COP30 el modelo ECMPO como mecanismo de gobernanza climática indígena. Su mensaje es crítico y directo: Chile dejó fuera esta herramienta de su NDC, pese a su participación comunitaria y resiliencia climática. A esto se suma la presencia de la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del Mar, que pone sobre la mesa los vacíos de género, justicia ambiental y reconocimiento del uso consuetudinario del océano.
- Finalmente, analizamos la jugada más reciente de la delegación chilena: el liderazgo en la creación de una alianza global para descarbonizar el transporte. La declaración busca reducir el 25% de la demanda energética del sector al 2035 y avanzar hacia flotas y sistemas de movilidad más limpios y resilientes. Es un acuerdo ambicioso, pero que también depende de decisiones que deberán tomarse esta misma semana sobre financiamiento, cooperación tecnológica y estándares comunes.
Con todos estos elementos en escena, la COP30 entra en una zona decisiva. Chile llega con un despliegue amplio –desde ciencia y política pública hasta pueblos originarios y transformación del transporte–, pero el éxito de esta cumbre dependerá de si las grandes promesas se transforman finalmente en acuerdos verificables. Esta semana sabremos si Belém cumple con su promesa de pasar “de la negociación a la implementación” o si el reloj climático sigue avanzando sin que los textos oficiales logren alcanzarlo.
¡Listo! Hecho el resumen, ahora vamos a lo nuestro. Aseguren sus cinturones, que Juego Limpio parte en 4, 3, 2, 1… ¡Arrancamos!
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COP30 entra en su semana decisiva entre expectativas altas y avances inciertos

BELÉM (BRASIL), 15/11/2025. Personas participan en la Marcha Global por el Clima, en protesta por la defensa de los bosques, los derechos territoriales indígenas y la responsabilidad climática global este sábado, en Belém (Brasil). EFE/Andre Borges
La COP30 llega a su punto de inflexión. Tras días de discursos solemnes, llamados al multilateralismo y compromisos generales, comienza la semana en que las negociaciones deberán traducirse en decisiones concretas.
A horas del inicio de las consultas formales de este lunes 17, aún persiste una sensación ambivalente: el tono oficial habla de una “COP de la verdad” y de pasar “de la negociación a la implementación”, pero los textos preliminares aún no muestran avances suficientes para responder a la urgencia climática.
- La Presidencia reconoce avances en convergencia, pero también exhibe numerosas opciones abiertas, reflejo de posiciones que todavía no logran alinearse.
Este domingo, el documento de la Presidencia resumió los puntos recibidos de las partes, delineando un marco amplio que busca ordenar la discusión: mayor cooperación internacional, aceleración de la implementación de NDC y NAP, y un compromiso explícito con el límite de 1,5 °C. Pero la brecha entre los diagnósticos y los acuerdos efectivos sigue siendo considerable. Aunque se destaca el “progreso significativo” en tecnologías limpias, financiamiento renovable y políticas climáticas en la última década, el propio texto admite que las trayectorias actuales no son compatibles con la meta de 1,5 °C y que los riesgos climáticos se intensifican en todos los continentes.
- Uno de los puntos más sensibles para esta semana es el financiamiento. La Presidencia reconoce avances en provisión y movilización de recursos, pero también advierte “brechas persistentes y crecientes”. Las opciones en negociación incluyen desde triplicar la meta de financiamiento en adaptación hasta establecer un nuevo programa de trabajo para implementar el Artículo 9.1 del Acuerdo de París, pasando por propuestas para reformar la arquitectura financiera internacional. Todas señalan una misma realidad: sin un salto cuantitativo y cualitativo en el financiamiento, las NDC y los planes de adaptación no podrán ejecutarse.
- También llega a la mesa la tensión creciente entre comercio y acción climática. El documento incorpora varias opciones para enfrentar las medidas unilaterales de carácter climático que algunos países consideran restrictivas o discriminatorias. Entre ellas, crear una plataforma para monitorear y dialogar sobre estándares verdes, realizar rondas de consulta acerca de impactos transfronterizos o llevar el debate hacia foros como la OMC o la UNCTAD. La Presidencia advierte que las medidas comerciales deben evitar “impactos negativos y desproporcionados” en países en desarrollo, un asunto que podría generar fricciones en los próximos días.
A esto se suma la presión por avanzar en la revisión de los nuevos reportes de transparencia (BTR), la próxima generación de NDC y el seguimiento a la hoja de ruta de inversión climática global “Baku to Belém Roadmap to 1.3T”. La Presidencia insiste en que las partes deben “moverse hacia la parte alta de sus rangos de ambición” y que quienes aún no presenten sus NDC actualizadas deben hacerlo “lo antes posible”. Sin embargo, el documento deja en evidencia que persisten diferencias sobre cómo acelerar la implementación, cómo asegurar los flujos financieros y qué mecanismos adoptar para hacer cumplir los compromisos.
En síntesis, la semana decisiva de la COP30 comienza marcada por un equilibrio inestable: alto consenso en el diagnóstico, bajo acuerdo en las soluciones; una retórica que llama a la urgencia, pero textos que aún no entregan los avances necesarios. Todo indica que lo que ocurra esta semana definirá si Belém quedará en la historia como una cumbre de transición o como un punto de inflexión real. La Presidencia lo resume de forma elocuente en su nota: esta debe ser la COP donde se pase “de la negociación a la implementación”. El desafío está en que, por ahora, esa implementación todavía no aparece garantizada.
Chile destaca integración entre ciencia y política en la COP30
En pleno desarrollo de la COP30, Chile irrumpió en la agenda internacional con la presentación de su modelo de gobernanza climática basado en la integración estructurada entre conocimiento científico y decisiones de política pública.
A través del trabajo del Comité Científico Asesor de Cambio Climático (C4) y el Ministerio de Ciencia, el país expuso cómo ha construido una interfaz ciencia-política capaz de generar evidencia, territorialmente pertinente y socialmente legítima para acelerar la acción climática.
¿Cómo se articula la ciencia en la toma de decisiones? Tres paneles de alto nivel, realizados los días 13 y 14 de noviembre, sirvieron de plataforma para compartir los avances metodológicos y aprendizajes acumulados en este proceso.
- El primer hito fue el evento “Gobernanza Climática y Diálogos Científicos”, en el Pabellón de Chile, donde la presidenta del comité, Sandra Cortés, junto a investigadores como Waldo Bustamante y el equipo técnico del C4, detallaron la estructura central del modelo chileno. Ahí se describieron los reportes científicos temáticos, elaborados por casi 500 especialistas en solo ocho meses, y los Diálogos Científicos para la Acción Climática desarrollados en cinco regiones del país. El espacio también marcó un anuncio relevante: el lanzamiento del rol regional del ICCN (International Climate Councils Network o Red Internacional de Consejos Climáticos, en español) para coordinar el trabajo de los comités científicos de América Latina.
- En paralelo, el C4 llevó su trabajo al pabellón “Science for Climate Action”, donde profundizó en los pilares que sustentan la metodología chilena. La primera sesión presentó la arquitectura de cuatro reportes científicos colaborativos –Nexo Agua-Energía-Alimentos, Salud y Clima, Economía Circular y Nexo Océanos-Clima-Biodiversidad–, destacando el avance en enfoques integrados para enfrentar riesgos climáticos urbanos, hídricos y ecosistémicos. Expertos internacionales del IPCC e IPBES subrayaron la relevancia de estas herramientas para orientar decisiones de alto impacto.
- La segunda sesión abordó uno de los componentes más innovadores del enfoque chileno: la ciencia participativa articulada en los Diálogos Científicos subnacionales. Investigadores, estudiantes, profesores y divulgadores de Antofagasta, Valparaíso, Concepción, Valdivia y Punta Arenas compartieron cómo estos encuentros generaron evidencia desde los territorios y fortalecieron la conexión entre comunidades científicas regionales y tomadores de decisión. ¿Cómo se construye evidencia climática desde las comunidades? La participación de figuras como Francisca Cortés Solari y la investigadora Elisabeth Gilmore aportó perspectivas sobre financiamiento, gobernanza y el rol de la ciencia en la transformación climática.
De acuerdo a lo que nos han podido contar desde Belém, la recepción del modelo demostró que existe interés global en experiencias de Chile que superen la brecha histórica entre investigación y decisiones públicas. ¿Puede este modelo replicarse en otros países? En un contexto donde los gobiernos enfrentan el desafío de implementar medidas más ambiciosas para cumplir con el Acuerdo de París, Chile aparece como un referente emergente.
Aunque aún falta por ver si en esta COP se alcanzan a cumplir los objetivos trazados, al menos la presentación del C4 se convirtió en una vitrina global que reforzó el mensaje central de la delegación chilena: la acción climática más efectiva –y la única capaz de sostenerse en el tiempo– es aquella que se construye desde evidencia científica sólida, con participación territorial y con legitimidad social.
Investigadora chilena encabeza capítulo latinoamericano de reporte global sobre soluciones en zonas urbanas
De Chile para el mundo. La investigadora del Centro de Estudios Territoriales (CET) de la Universidad de los Andes, Cynnamon Dobbs, se posicionará esta semana como una de las voces científicas clave en la discusión global sobre sostenibilidad urbana. ¿Por qué? Porque en dos días más, el 20 de noviembre, liderará la presentación del capítulo de América Latina del Reporte de Síntesis Global: Mapa Global para las Soluciones Basadas en la Naturaleza Urbanas, documento elaborado por más de 80 expertos internacionales y que será lanzado oficialmente en la COP30 en Belém, Brasil.
- El informe analiza cómo las ciudades del mundo están utilizando la naturaleza para enfrentar los impactos del cambio climático, tanto en mitigación como en adaptación. En el caso latinoamericano, Dobbs encabezó la redacción junto a especialistas de Perú y Estados Unidos, un trabajo que reunió experiencias desde parques urbanos hasta restauración de ríos y bosques en zonas densamente pobladas. Su rol posiciona a Chile y a la región dentro de las discusiones más avanzadas en sostenibilidad urbana a nivel global.
Entre las conclusiones centrales del capítulo regional, el reporte advierte que las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) en América Latina poseen un potencial estratégico para enfrentar riesgos climáticos, mejorar la calidad de vida y fortalecer la biodiversidad urbana. Sin embargo, también identifica brechas significativas: persisten la falta de monitoreo y evaluación sistemática, así como la ausencia de financiamiento de largo plazo que permita planificaciones preventivas y no solo respuestas reactivas a inundaciones o eventos extremos.
Dobbs subraya que, pese a que el concepto de SBN es relativamente reciente en la agenda internacional, en la región existe una larga tradición de enfrentar desafíos socioambientales a través de la naturaleza. El informe destaca la importancia de integrar enfoques bioculturales en la planificación, incorporando la relación histórica de comunidades urbanas con sus ecosistemas, para asegurar que estas soluciones sean efectivas, sostenibles y socialmente relevantes en el tiempo.
- El próximo 20 de noviembre, en la COP30, la investigadora chilena participará en un panel junto a los líderes regionales de África y Asia, donde expondrá cómo las ciudades latinoamericanas avanzan en áreas como espacios verdes urbanos, manejo del agua y prevención de inundaciones. La sesión también abordará el rol de instituciones como Naciones Unidas, los Fondos de Agua y el Global Environment Facility en el desarrollo de proyectos de SBN a escala metropolitana.
Para el CET, esta participación consolida el trabajo del centro en la intersección entre medioambiente, salud urbana y planificación territorial. “Con la entrega de los resultados de este reporte global, en el cual somos autores, nos posicionamos como líderes regionales en el estudio de las Soluciones Basadas en la Naturaleza”, afirma Dobbs, destacando que el reconocimiento internacional se sustenta en la investigación aplicada que impulsa el equipo académico desde Chile.
Delegación mapuche irrumpe en la COP30 con el modelo ECMPO como herramienta climática
A contracorriente de los vientos que soplan en Chile, una delegación mapuche lafkenche se encuentra instalada hoy en la COP30 con un propósito difícil y por lo mismo ambicioso: posicionar una propuesta que nace lejos de la selva, pero que dialoga de lleno con su urgencia climática: los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO). Mientras cientos de líderes amazónicos se reúnen para discutir el futuro del planeta, representantes costeros del sur de Chile aterrizan en el encuentro con un modelo que desafía la gobernanza ambiental tradicional y que en nuestro país tiene feroces detractores, incluido un expresidente de la República, como es Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
“Los ECMPO son áreas marinas delimitadas donde las actividades tradicionales de los pueblos originarios están protegidas (…), una herramienta única en el mundo”, explica Miguel Calbucoy, integrante de la Identidad Territorial Lafkenche, que presenta el modelo ante delegaciones de otros continentes.
- Según cuentan a Juego Limpio, la presencia mapuche en la COP30 no solo busca visibilidad, sino también cuestionar la omisión del Estado chileno. Pese a que la figura ECMPO ya cuenta con 13 espacios activos en sus primeros 17 años de aplicación, la actualización de la Contribución Nacional Determinada (NDC) de Chile dejó fuera este mecanismo, justamente en un momento en que el mundo exige políticas más ambiciosas y soluciones basadas en el conocimiento indígena.
Desde el territorio lafkenche la crítica es frontal. “Llegamos desde el mar, para unir estas dos luchas”, afirma Fernanda Huenupil, subrayando el vínculo entre los ecosistemas amazónicos y costeros. Para la dirigenta, los ECMPO son una defensa simultánea de la biodiversidad y de las culturas que la sostienen, un mecanismo que promueve alternativas sustentables y que podría ser replicado globalmente. Su pregunta en Belém resuena entre activistas y negociadores: “¿Por qué Chile mantiene este modelo fuera de sus compromisos climáticos oficiales?”.
- La delegación insiste en que la contradicción es profunda. Mientras la narrativa internacional presenta a los pueblos originarios como “guardianes del planeta”, en la práctica –dicen– siguen enfrentando persecución, exclusión institucional y escasa participación en las decisiones climáticas de alto nivel. La COP30, realizada por primera vez en la Amazonía, se convierte así en un escenario simbólico para disputar ese reconocimiento.
Acompañados por Observatorio Ciudadano y Movilizatorio, los representantes mapuche asumen un rol protagónico en las negociaciones paralelas y en la articulación con otras comunidades indígenas del mundo.
- Ojo: los representantes lafkenche no son los únicos miembros de comunidades indígenas chilenas que se encuentran en Belém. Una delegación de la Red de Mujeres Originarias por la Defensa del Mar también participa en la COP30 para visibilizar la urgencia de integrar el océano, el enfoque de género y el conocimiento ancestral en las políticas climáticas. A los mapuche se sumaron representantes de las comunidades diaguita, chango, kawésqar y yagán, que viajaron desde sus territorios para exigir financiamiento directo, protección efectiva de ecosistemas marino-costeros y reconocimiento al uso consuetudinario del mar.
Chile se suma a la alianza global para descarbonizar el transporte
En el marco de esta COP, Chile se sumó al impulso por reposicionar al sector transporte dentro de la agenda climática global, liderando el lanzamiento de la declaración “Hacia sistemas de transporte resilientes y de bajas emisiones”, una coalición internacional destinada a acelerar la transición hacia una movilidad más limpia.
- El llamado surge en un momento crítico: el transporte genera más de 8 gigatoneladas de CO₂ al año –casi un cuarto de las emisiones globales– y representa el 35% del consumo energético mundial. La iniciativa propone enfrentar ese escenario mediante compromisos concretos y coordinados entre países de América Latina y Europa.
La Declaración –suscrita por Chile, Brasil, Colombia, Honduras, República Dominicana, España, Portugal, Noruega, Eslovenia, Costa Rica y Austria– plantea una meta central: reducir en un 25 % la demanda energética del transporte al 2035, asegurando que al menos un tercio de esa energía provenga de fuentes renovables o biocombustibles sostenibles.
- Estas cifras están alineadas con las evaluaciones de la Agencia Internacional de Energía y con las metas planteadas en la Década del Transporte Sostenible de Naciones Unidas, lo que convierte a esta declaración en uno de los compromisos multilaterales más ambiciosos presentados en Belém.
En la oportunidad el ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Chile, Juan Carlos Muñoz, recordó que Santiago es hoy la ciudad con más buses eléctricos fuera de China y que pronto el 60% de su flota será cero emisiones, un dato mencionado como ejemplo internacional de transformación del transporte público.
Desde el Pabellón de Chile, donde se realizó el evento oficial, ministros y viceministros de los países firmantes coincidieron en que, aunque existen avances visibles, la velocidad actual es insuficiente. La declaración enfatiza que avanzar hacia redes de transporte resilientes no solo es crucial para mitigar emisiones, sino también para adaptarse a los impactos climáticos, especialmente en regiones altamente vulnerables.
- El encuentro contó con la participación de Jader Barbalho Filho, ministro de Ciudades de Brasil; viceministros de Costa Rica y Honduras; y delegaciones de Noruega, Portugal y República Dominicana, quienes destacaron la urgencia de orientar inversiones hacia transporte de bajas emisiones que contribuya al crecimiento económico y la competitividad regional. La cooperación internacional –señalaron– será determinante para expandir electromovilidad, infraestructura de carga, eficiencia energética y combustibles sostenibles.
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