La complicada negociación se prolonga desde hace una semana y ha puesto al gobierno de Atenas entre la espada de quienes exigen que se apriete más el cinturón y la pared de una oposición y una opinión pública contraria a nuevos recortes.
Bajo una creciente presión interna, el gobierno griego está a punto de cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE que incluye nuevas medidas de austeridad para reducir el déficit público y permitir que siga fluyendo la ayuda internacional.
«Estamos a punto de cerrar las negociaciones y esperamos que se llegue a una conclusión en las próximas horas», dijo hoy a Efe una fuente del Ministerio de Finanzas griego.
Algunos medios griegos informaron, por su parte, de que ya se ha llegado a un primer acuerdo para que Atenas recorte el gasto público en 6.400 millones de euros para reducir el déficit de 2011, y de que el resto del paquete se cerrará mañana.
La complicada negociación con los expertos del FMI y de la Eurozona se prolonga desde hace una semana y ha puesto al Gobierno griego entre la espada de quienes exigen que se apriete más el cinturón y la pared de una oposición y una opinión pública contraria a nuevos recortes.
De hecho, incluso un grupo de diputados del Partido Socialista del primer ministro Yorgos Papandréu ha reclamado un debate interno sobre los nuevos recortes y que las distintas medidas se voten una a una, y no en conjunto, en el Parlamento.
Atenas y la terna que forman el FMI, la Eurozona y el Banco Central Europeo están analizando todas las aristas de unas medidas que van desde el recorte de salarios y pensiones al aumento de impuestos y la privatización o alquiler de empresas y bienes estatales.
Todo para reducir los gastos del Estado y aumentar sus ingresos en unos 78.000 millones de euros hasta 2015, con el objetivo de que el actual déficit, del 10,5 por ciento del PIB, baje hasta el 3 por ciento dentro de tres años.
Pero primero el FMI y los socios europeos tienen que dar el visto bueno a esas medidas y decidir si son suficientes para demostrar el compromiso griego de poner en orden sus cuentas.
La prensa local indica que entre los puntos a debate está la exigencia de que Atenas avance inmediatamente en un programa de privatizaciones que tendría que reportar al Estado 50.000 millones de euros hasta 2015 y de que reduzca los salarios mínimos de nuevos contratados por debajo de lo fijado en los convenios colectivos.
Se espera que Grecia y los organismos internacionales anuncien mañana de forma conjunta un acuerdo sobre este asunto, según comentó a Efe un portavoz del Ministerio de Finanzas
Una respuesta positiva del FMI y la UE supondría el desbloqueo de los 12.000 millones de euros del quinto tramo del préstamo concedido en 2010 e, incluso, la posible aprobación de nuevas ayudas por valor de 60.000 millones de euros.
Papandréu se entrevistará mañana en Luxemburgo con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al que presentará los detalles de las nuevas medidas, según informaron fuentes gubernamentales.
Y mientras se mantiene la presión externa, la agencia Moody’s rebajó ayer tres escalones la calificación de la deuda griega, los principales sindicatos han convocado una nueva general para el día 15 de junio y un paro el día 9 en todas las empresas con participación estatal.
Además, el movimiento social inspirado en los «indignados» españoles mantiene por noveno día consecutivo sus concentraciones en plazas de las principales ciudades del país, en protesta contra las medidas de austeridad.