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El problema de Codelco en una sola cifra: mientras las mineras privadas reinvierten el 53% de sus utilidades, la estatal apenas llega al 8%

El problema de Codelco en una sola cifra: mientras las mineras privadas reinvierten el 53% de sus utilidades, la estatal apenas llega al 8%

Desde 1971 ha traspasado al fisco alrededor de US$ 110 mil millones. El problema sería la insaciabilidad de Hacienda, que no fija una política de capitalización permanente. En estos días el ministro Arenas demostrará si está dispuesto a cambiar o no la historia.


El problema de Codelco se grafica en una sola cifra: mientras el promedio de las empresas mineras privadas han reinvertido el 53% de sus utilidades netas entre 2005 y 2013, la cuprífera estatal apenas llega a 8%. El 92% restante se ha ido a la caja del fisco.

Ese es el resultado que se extrae al sumar las capitalizaciones y retenciones de utilidades y dividirlas por la utilidad neta comparable de Glencore-Xtrata, Anglo American, Freeport McMoran, Vale, BHP Billiton, Antofagasta, Rio Tinto, KGHM y Southern Copper, y que ha estado presente en más de una presentación de la Corporación del Cobre.

La verdad es que no es el único problema que tiene Codelco, ya que su directorio dio un golpe de timón a la Corporación al pedir la renuncia de Thomas Keller, presidente ejecutivo hasta mediados de junio, sin tener a nadie claro para que lo reemplace.

Si bien no se le puede calificar de barco a la deriva, la velocidad no es la que debe tener el primer productor de cobre del mundo. Mientras buscan un nuevo liderazgo, hay otro plazo que vence al 30 de junio. Antes de esa fecha, los ministerios de Hacienda y de Minería, a través de un decreto fundado, deben definir las cantidades que la empresa destinará a la formación de fondos de capitalización y reservas.

Para nadie es un secreto que el que determina la manera en que Codelco financiará el plan de inversiones es el Ministerio de Hacienda y las vías que se combinan son: retención de utilidades, capitalizar ganancias de capital por operaciones de enajenación de activos, emitir deuda, entre otras.

Y aunque en el papel existe un plan trienal de inversión, fuentes internas de la empresa afirman que cada año se decide en función de las estrictas necesidades de caja, las cuales son enormes. Desde 2010, los cinco proyectos estructurales que están en distintas etapas de desarrollo han demandado y demandarán inversiones que van entre el 20% y 40% de las utilidades operacionales contabilizadas. En este cálculo se excluyen las utilidades extraordinarias y las variaciones contables sin flujo.

“Hemos tenido que ser creativos”, indican en la empresa. Por ejemplo, la planta Molyb que Codelco está construyendo en Mejillones –por medio de la cual quiere recuperar molibdeno y cobre y ahorrarse los cargos por tratamiento y refinación que se pagan a Molymet– tiene un CAPEX de US$ 400 millones y fue financiada con ventas de cobre a un consorcio bancario japonés “a precio de mercado”, recalca la fuente.

Vender a precio de mercado

El vender a precio de mercado quedó tatuado en la piel de Codelco luego del acuerdo entre Minmetals y la Corporación en 2005. Por aquellos días, Codelco no tenía autorización del Ministerio de Hacienda para endeudarse con el objeto de llevar a cabo el proyecto Gaby, por lo tanto, se buscó un socio que estuviera dispuesto a financiar una compra anticipada de cobre.

En febrero del 2006, se firmó un joint venture al que llamaron Copper Partners Investment Company Limited (Cupic), donde participaba cada uno con el 50%. En esa misma oportunidad se suscribió un contrato de suministro, mediante el cual la Corporación le vendía cátodos de cobre a Cupic por un total de 836.250 toneladas métricas (57 mil toneladas métricas anuales) hasta mayo de 2021. Cada embarque es pagado por el comprador a un precio que se construye por una parte fija reajustable más un componente variable, que dependerá del precio del cobre vigente al momento del embarque.

Debido a este contrato, Codelco acordó un precio de venta que no habría superado US$ 1,20 la libra entre 2007 y 2010, según antecedentes revisados por el SII y publicados por El Mercurio en diciembre de 2013. En Codelco indican que el precio facturado está por encima de esta cifra, pero no dan montos por formar parte de la política comercial de la empresa.

Los embarques anuales comprometidos equivalían al 3,15% de la producción de la Corporación de ese entonces, en un momento en que el cobre ya se había disparado a US$ 1,87 la libra.

A su vez, Cupic debía vender la misma cantidad de cátodos a Minmetals, pero a precio de mercado y por el mismo período.

¿Cuál es la razón de esta figura? Como nadie sabía en 2005 hacia dónde iría el precio del cobre, los ejecutivos de la Corporación explicaron que, en lugar de venderle directamente a Minmetals, lo harían primero a esta sociedad intermedia al precio fijado y ésta, a su vez, vendería a precio de mercado al cliente chino. De esa forma, tanto las ganancias como las pérdidas que se podrían generar en caso de comprar barato y vender caro o de comprar caro y vender barato, se quedarían en esta sociedad de Bermudas y los riesgos se compartirían en partes iguales.

La fórmula que se buscó en 2005 ha tenido varios resultados: la Corporación dejó de ganar alrededor de US$ 4.600 millones por operaciones a futuro que tenía contratadas; el Servicio de Impuestos Internos rechazó las declaraciones de Codelco porque consideró que se hallaba ante un esquema de precios de transferencias e hizo varias liquidaciones, las que hasta el día de hoy están siendo discutidas por la empresa; y existió un pago anticipado por US$ 550 millones a Codelco a cuenta de las entregas futuras que haría la Corporación, lo que permitió la construcción de Gaby, que hoy es la división Gabriela Mistral, la cual tiene una capacidad de producción de 170 mil toneladas de cobre fino anual.

La venta de El Abra

No ha sido el único negocio que duele al interior de Codelco. La venta de El Abra también les causa cierta ambivalencia. La minera canadiense Freeport McMoran se quedó con el 51% de El Abra y la Corporación se reservó el resto de la propiedad, de modo que el capital suscrito y pagado totalizó los US$ 647 millones.

Aparentemente, aquí no sólo se impuso la realidad financiera sino también que los profesionales de Codelco no estaban preparados para llevar a cabo un proyecto minero de envergadura mundial. Por eso, en 1994 se decidió concretar este acuerdo con Freeport. “Al participar en la construcción de El Abra acumulamos experiencia que fue importante para evitar costalazos mayores en la construcción de Radomiro Tomic (1997). Este proyecto fue posible en gran medida porque nos dejaron capitalizar la venta de El Abra”, dice un ejecutivo que recalca que con RT se llegó casi sin demora a la producción de diseño.

Marcos Lima, quien ocupó la presidencia ejecutiva de Codelco en esa época, señaló –en el marco de un seminario sobre la Presidencia de Eduardo Frei Montalva– que “la primera mina de clase mundial se construyó bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle con Radomiro Tomic. Nunca antes habíamos sido capaces de diseñar y construir una mina de 180 mil toneladas”.

En mayo de 2008 se puso en operaciones Gabriela Mistral y dos años después se desarrolló Ministro Hales, que comenzó a marchar en 2013. En el intertanto, Codelco ejerció la opción de compra del 24,5% de Anglo American Sur, que le reportó una ganancia extraordinaria de US$ 3.791 millones, de los cuales Hacienda le permitió capitalizar US$ 2.000 millones, pero que no le significaron flujos reales, sino que reflejar una utilidad puramente contable que sirvió para rebajar las razones de endeudamiento. Hubo otros US$ 1.200 millones obtenidos por el Estado por concepto de impuestos asociados a esta operación que habrían sido prometidos por el gobierno de Piñera y que nunca se pasaron a Codelco, señalan fuentes de la empresa.

De allí a esta parte, la lógica que ha imperado es vender activos no mineros o activos mineros que son de envergadura mediana. Vendió Edelnor (ECL), Inca de Oro, la termoeléctrica de Tocopilla y un proyecto de mediano tamaño en Brasil, entre otros.

Fisco ha obtenido US$ 110 mil millones

Desde 1971 hasta el año pasado, Codelco ha generado US$ 110 mil millones de excedentes en beneficio del Estado y su objetivo es lograr superar las 2 millones de toneladas de cobre fino en 2020. ¿Cómo lo hará? Con 5 proyectos mineros estructurales: Ministro Hales, que ya comenzó a operar en 2013; el nuevo nivel de la mina El Teniente con la construcción de túneles principales; la operación de Chuquicamata como mina subterránea; la expansión de Andina; y el proyecto sulfuros de Radomiro Tomic Fase II. Todos ellos requirieron de una inversión de US$ 4.173 millones en 2013.

El gobierno, ya sea a través del subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, o por medio de la ministra de Minería, Aurora Williams, ha indicado que está abierto a inyectar recursos frescos a través del uso del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), que tiene unos US$ 16 mil millones. No sería primera vez que se utiliza este fondo, puesto que en 2009, junto con la aprobación del proyecto de ley de gobierno corporativo de Codelco, el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, autorizó capitalizarla con US$ 1.000 millones.

Claro que el contexto fue distinto, porque se estaba en medio de una crisis financiera global. La idea apuntaba a ser contracíclica, ya que se estima que un proyecto de Codelco produce entre 15.000 a 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos.

Por el momento, la idea no ha estado exenta de polémica. Le costó el cargo a Arturo Cifuentes, quien se desempeñaba como presidente del Comité Financiero Asesor de los Fondos Soberanos, pues se opuso públicamente al uso de estas reservas en beneficio de Codelco.

Desde la perspectiva de un ejecutivo de Codelco, el problema mayor es que Hacienda se niega a perder poder y es insaciable en términos de los recursos que necesita. Por lo tanto, en vez de fijar una política de capitalización permanente, opta por el muñequeo año a año, lo que obliga a la compañía a un estrés mayor.

Otros más liberales, como Carlos Antonio Gómez, de Buena Vista Capital, se atreven a abogar por la apertura del 20% de la propiedad de la minera estatal en Bolsa, pero esta opción parece que ni siquiera forma parte de la baraja de naipes que se juega en la actualidad.

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