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Ni espaldarazo de la Sofofa nos salvó de caer otra vez en el polémico ranking Doing Business MERCADOS

Ni espaldarazo de la Sofofa nos salvó de caer otra vez en el polémico ranking Doing Business

Chile volvió a retroceder en el podio de competitividad que realiza el Banco Mundial, de acuerdo a la clasificación presentada hoy en la asociación gremial, que le dio así un espaldarazo a una medición que en el pasado fuera criticada hasta por el Presidente de la República. El país cayó sólo una casilla, sobre todo por su magro rendimiento en aspectos como facilidad para crear un negocio, entrega de permisos de construcción y el pago de impuestos.


¿Se acuerda del Doing Business y de Paul Romer, el ex economista jefe del Banco Mundial quien, en una salida inusual para su cargo, señaló que el índice global de competitividad en negocios había sido manejado en «perjuicio» de Chile?

Recordemos: después de obtener una evaluación positiva durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera, la clasificación varió a negativa durante los cuatro años del Gobierno de Michelle Bachelet. Sin embargo, estos últimos resultados –según confesó Romer a The Wall Street Journal- fueron manipulados por motivos políticos. En ese entonces se desató toda una polémica, e incluso el actual Presidente de la República salió a criticarlo. El propio Romer debió retractarse de sus comentarios, y a los pocos días renunció a su cargo de economista jefe de la entidad. Meses después sería galardonado con el Premio Nobel de Economía.

Ahora, sin Paul Romer a la cabeza del ranking, Chile volvió a retroceder en la clasificación correspondiente a 2019. Los resultados fueron presentados en la Sofofa, que le dio así un espaldarazo a una medición, al difundir el estudio esta mañana por primera vez en sus dependencias, en simultáneo con Washington, junto al economista del Banco Mundial en Chile, Adrián González, y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

En el ranking general, Chile cae sólo una casilla en relación al reporte anterior, hasta el puesto 56. Pero el resultado fue desdramatizado por el jefe de la billetera fiscal, señalando que «estos rankings son relativos, y eso es una manera de expresar también que los países se están moviendo en el mundo para ser más competitivos para atraer inversiones y que nosotros desde el Gobierno estamos trabajando en una serie de frentes, frentes que esperamos nos permitan mejorar no sólo en este ranking sino mejorar en nuestra competitividad como país», manifestó

Larraín, optimista, apuntó que «espero que cuando estemos aquí el próximo año Chile haya mejorado en su ranking de facilidad para hacer negocios y espero que eso se traduzca en más inversión en nuestro país, en más oportunidades, más empleo y mejores salarios».

¿En qué bajamos y en qué subimos?

Entrando en detalle, el país empeoró su puntaje en la facilidad para crear un negocio (desde 89,55 puntos el año pasado a 89,08); en la entrega de permisos de construcción (de 80,28 a 75,90) y en el pago de impuestos (de 76,17 puntos a 75,28).

En la otra vereda, Chile mejoró en el acceso a electricidad (de 82,49 puntos el año pasado a 85,67); acceso al crédito (de 50 puntos a 55); el hacer cumplir los contratos (de 62,81 a 65,79) y la resolución de la insolvencia (de 59,47 a 59,90). El desempeño se mantuvo sin cambio en las categorías de registro de la propiedad, protección a los inversionistas minoritarios y comercio transfronterizo.

A través de un comunicado, el Banco Mundial señaló que una de las grandes debilidades de Chile es el pago de impuestos. «A una empresa en Chile le toma 296 horas al año cumplir con sus obligaciones impositivas, comparado con 159 horas en promedio entre sus pares de la OCDE».

La entidad agrega que «las empresas deben invertir 26 horas adicionales para cumplir con los requisitos para la devolución del IVA; también lleva 38 semanas obtener la devolución del IVA, comparado con 7,5 horas y 15 semanas, respectivamente, entre las economías de la OCDE».

Ante esto, el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín Matte, reconoció que “como gremio y empresarios de la industria somos conscientes que hay dificultades en la implementación del proceso de cambios regulatorios, pero creo que hay grandes oportunidades y el llamado es desafiarnos a que este proceso de modernizaciones que se están discutiendo hoy día lleguen a buen puerto y eso requiere el aporte de todos. Debemos ser capaces de romper la inercia, el cortoplacismo y poner la mirada en el futuro».

Finalmente, Santiago Croci Downes, gerente del Programa en la Unidad Doing Business concluyó que “la agenda de reformas chilena es continua, aunque se vería favorecida si fuese más rápida. Una aceleración en el ritmo contribuiría significativamente a eliminar obstáculos a la iniciativa privada, especialmente en aquellas áreas donde los emprendedores aún experimentan dificultades, como acceso al crédito y pago de impuestos”.

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