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Opinión: Grecia sigue siendo la piedra angular de la crisis


Por Hugo Osorio, analista de Estrategias de Inversión de Cruz del Sur Corredora de Bolsa.

La crisis de deuda ha sido el gran tema para el mercado durante los últimos 3 años. El insostenible nivel de endeudamiento y déficit de algunos países europeos, unido a una estructura política y monetaria compleja, llevaron al mercado a exigir un alto retorno por el riesgo que asumían al invertir en bonos soberanos de la región.

Fue Grecia quien inició los problemas en mayo del 2010, cuando estuvo al borde del default y recibió un paquete de ayuda avaluado en €110 mil millones. A partir de eso las autoridades han desplegado todo tipo de esfuerzos para salir de la crisis, normalizar la situación y evitar cometer los errores del pasado.

El camino está incompleto, pero podría estar cerca del fin, a pesar de que el impacto económico de la crisis se seguirá dejando sentir por mucho tiempo más. La creación del Mecanismo de Estabilidad Financiera (ESM) y el anuncio de compra de bonos soberanos por parte del BCE parecen vitales para la mayor estabilidad de los últimos meses. Este último programa, particularmente, aleja la posibilidad de que la unión monetaria se desintegre y con eso, se elimina uno de los riesgos más importantes para el mercado.

Aunque ha sido lento, las autoridades están buscando atender tanto lo urgente, como lo de largo plazo a la vez a través del ESM, que funciona como un mecanismo de entrega de fondos, pero condicionados al cumplimiento de exigencias que aseguren mayor rigor fiscal. Aún no está claro cómo el fondo podrá conseguir el financiamiento adecuado, pero si tuviera una figura bancaria y pudiera, por lo tanto, recibir liquidez ilimitada del BCE entonces parte importante de la crisis ya estaría resuelta. En diciembre se tratará este y otros temas vitales, como la supervisión bancaria y la entrega de dineros directamente a los bancos. Esperamos anuncios importantes.

Ahora bien, más allá de los avances, la situación sigue mostrando amplios márgenes de fragilidad. Es nuevamente Grecia quien parece poner a prueba las estructuras existentes ante los nuevos requerimientos de financiamiento. Para beneficio del país Heleno, Alemania debiera mostrarse especialmente abierto a la posibilidad de que continúe en el euro, dado que en septiembre del 2013 hay elecciones y con una baja probabilidad Merkel querrá hacerse responsable de las consecuencias que podrían derivar de una salida de la unión monetaria.

Sin embargo, lo anterior podría no importar si Grecia decide salir voluntariamente de la moneda. No es un asunto descabellado, considerando los 5 años consecutivos de recesión y el alto descontento social que se ha traducido en un cada vez menor apoyo a la permanencia del euro por parte de la población. Lo anterior debiera ir permeando las bases en que se sostiene el poder de la actual coalición gobernante y reforzando el apoyo a Syriza, grupo de extrema izquierda contrario a las exigencias de la Troika.

No esperamos que lo descrito suceda, pero no hay que perder de vista el hecho de que, al fin y al cabo, la permanencia de Grecia en el euro depende de ambas partes.

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