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¿Brotes verdes en Grecia? Hay señales de que lo peor ya pasó


Las cifras oficiales de Grecia no parecen nada alentadoras: seis años de recesión y un índice de desempleo del 27 %. Pero, más allá de estos datos, es probable que la situación cambie a mejor. Los beneficios no se percibirán tan a corto plazo: las previsiones de la Comisión Europea (CE) apuntan a una contracción económica del 4,2 % este año; y la deuda sigue siendo insostenible a pesar de dos reestructuraciones, situándose en el 156,9 % del PIB. No obstante, por fin hay motivos para el optimismo.

Un factor fundamental es la estabilidad política, algo que pocos esperaban después de las dos elecciones celebradas el año pasado. Sin embargo, Grecia acaba de aprobar un proyecto de ley que incluye medidas como el despido de 15.000 empleados del sector público a finales de 2014, como parte de una iniciativa para reducir el número de funcionarios en 150.000 entre 2010 y 2015. Ese tipo de debates parlamentarios han tenido a los mercados globales pendientes del resultado. Esta votación, a pesar de romper un tabú, al imponer el despido de los empleados públicos, no provocó una reacción en cadena. Aunque las protestas ante las políticas del Gobierno continúen, las violentas confrontaciones de la calle parecen haber remitido.

Desde el punto de vista fiscal, Grecia ha acometido muchos esfuerzos. El país registró superávit presupuestario primario antes del pago de intereses en el primer trimestre; las previsiones de la CE que apuntan a que el equilibrio presupuestario estructural tendrá un superávit del 2 % del PIB este año frente al déficit del 14,8 % de 2009, lo que supone un cambio sustancial. El coste de los intereses se ha visto drásticamente reducido por la reestructuración de la deuda. La confianza está aumentando. El último indicador de sentimiento económico de la eurozona para Grecia aumentó hasta el 89,2, por encima del nivel de la eurozona. El índice de gestoras de compra del sector manufacturero sigue situándose en 45, zona de contracción, pero en abril registró el máximo de los últimos 21 meses, según Markit. Los costes laborales unitarios han registrado una fuerte caída, del 6,2 % sólo en 2012.

Igual de importante es el hecho de que el dinero comienza a fluir a Grecia, a medida que se disipan los temores de una salida del euro. Hellenic Petroleum recibió hace poco pedidos superiores a 2.750 millones de euros en su subasta de 500 millones de deuda. La privatización de una participación del 33 % de la empresa de apuestas OPAP aumenta la esperanza de que se produzcan más ventas de activos estatales. Es probable que los ingresos por turismo también aumenten. La Asociación de empresas de Turismo Griego prevé que en 2013 se produzcan 17 millones de visitas, un millón más que en 2012.

A nivel interno, los depósitos bancarios del sector privado han subido un 9 % desde el mínimo registrado en junio y no descendieron en marzo a pesar de los temores de fuga de capitales asociados al rescate a Chipre. El trabajo en algunos de los proyectos de las grandes autovías se ha reanudado, lo que implica la posible creación de miles de empleos. Sin embargo, Grecia todavía tiene que afrontar su reto más importante. Si logra cumplir su programa, seguramente reducirá la deuda. El FMI ya plantea esta hipótesis, aunque si nos regimos por las políticas de la eurozona, estaría todavía lejos de conseguirlo. En cualquier caso, parece que Grecia está plantando las semillas para el crecimiento y para reducir la carga de deuda. Esto ya sería un cambio importante.

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