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Hacienda trabaja en fórmula para incentivar retiros de FUT histórico en plazo acotado

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Uno de los aspectos que quedó fuera del protocolo de acuerdo de la reforma tributaria, firmado por el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, y los  integrantes de la comisión de Hacienda del Senado, fue qué se haría con el FUT (Fondo de Utilidades Tributables) histórico.

Una observación que en su momento, antes de la firma del pacto transversal, también advirtió el senador socialista Carlos Montes, al manifestar este punto como uno de los reparos para seguir adelante con el acuerdo.

Si bien, desde un principio desde el Ministerio de Hacienda se aseguró que este registro desaparecería de manera natural, no quedó tan claro después  del protocolo. Y, hoy, la cartera dirigida por Alberto Arenas, trabaja en una fórmula para  llenar dicho vacío del acuerdo, y perfeccionar una materia que con éxito,  lograría recaudar millones de dólares.

Así por lo menos aseguran fuentes ligadas al proceso técnico de la reforma, quienes han señalado que desde Hacienda han visto con buenos ojos la propuesta presentada la semana pasada por el senador PPD, Eugenio Tuma.“La propuesta está siendo analizada, estamos evaluando fórmulas porque es una preocupación para el ministerio, sobre todo por el tratamiento que se le puede dar al FUT histórico de aquí en adelante”, indican desde el gobierno.

Hoy el FUT histórico tiene acumulado unos US$280 mil millones de utilidades no retiradas, lo que equivale a una vez al Producto Interno Bruto del país. 

Tuma plantea  colocar una tasa que incentive el retiro de esas utilidades (que no sería crédito al global complementario) de un 7,5%, contemplando un período de 5 años para ello. Esto recaudaría un mínimo de US$6.250 millones y un máximo de US$10 mil millones, lo que correspondería sólo a un 30% del fondo.

Actualmente, como está diseñada la reforma, estas utilidades pagarían una tasa de 25% (con 100% de crédito al global complementario ) de escoger el sistema de renta atribuida; o de 27% (con 65% de crédito al global complementario) de elegir el sistema integrado parcial.

Desde Hacienda han colocado especial atención en que el eventual período de gracia sea  “breve, con la idea de anticipar el pago de impuestos de aquellas utilidades del FUT histórico”, agregando que este plazo acotado podría ser 2 años, desde que se implemente la ley. 

Asimismo, aseguran que se está evaluando la tasa apropiada para generar ese incentivo, sin descartar la propuesta del senador . Dentro del diagnóstico de Hacienda es que existirían  temores de lo que sucederá con este registro si hoy no se interviene, y que podrían terminar gravándose con una tasa más alta.  Además, advierten del temor de los privados por la posible expropiación de utilidades.

Desde un sector del mundo empresarial han valorado la figura presentada por el senador PDD. Sin embargo, reconocen que ésta sería más utilizada por las sociedades de inversión de personas, que por las grandes empresas, ya que la mayor parte de sus utilidades son invertidas en maquinarias, galpones, infraestructuras, entre otras.

La mirada de expertos.

Para expertos en tributación, la propuesta no es nueva, ya que en las primarias de la Nueva Mayoría, tanto Andrés Velasco como Claudio Orrego, habían planteado la posibilidad de gravar el FUT histórico.

Según Juan Pablo Cabello, de Cabello, Letonja & Cia Abogados Tributarios,  los detalles de la propuesta “van a ser muy relevantes”, ya que si es obligatorio “significa que todas las empresas con FUT acumulado van a tener que pagar algún impuesto y eso va a ser tremendamente complejo para muchas, porque van a tener que financiar un pago que no tiene considerado”. 

Y si es opcional, agrega, “puede haber empresas que les convenga, porque permitirá una tasa de impuestos rebajadas, y va a convenir pagarlo ahora”.

Cabello detalla que el efecto relevante y la discusión de fondo es “si corresponde, si es conveniente, si es eficiente y bajo qué condiciones establecer una obligatoriedad en el pago de un impuesto respecto de todo ese FUT acumulado”. 

Añade que esta idea hay que verla “con cuidado y probablemente hay que discriminar respecto de qué tipo de empresa se trata. No es una situación de blanco y negro. No es que no sea posible, pero tampoco se puede llegar y establecer una obligatoriedad en el corto plazo para todas las empresas. Hay que analizar vías intermedias y eso depende de cuánto es el monto de recaudación que se está estimando con el protocolo, lo cual va a quedar claro cuando estén las indicaciones y el informe financiero”.    

Para Marcos Bravo, de Salcedo & Cia. Abogados y Auditores Tributarios, el interés que muestren las empresas por acogerse a esta propuesta si es concreta, va a depender por cuál opción se va a ir: si es por la renta atribuible, o semi integrado.

Precisa que la última propuesta “es un camino, y en ese sentido la pregunta del millón es si este pago serviría de crédito al impuesto si me voy por el 27% más global complementario; o de lo contrario, va a ser como el royalty, un impuesto más; porque si es así estaríamos hablando ya quizás de un 27% más otro porcentaje de gravamen que podría llegar hasta 10% (según la propuesta de Tuma). Podría darse el escenario que en un año la empresa en régimen tributario del 27%, además, tendría que pagar un 10% por el FUT histórico, siendo que esa utilidad estodavía está en la empresa”.

Hermann González, economista de BBVA Research, en tanto, asegura que “hay un problema” con el FUT histórico, ya que muchas veces son recursos que no están disponibles en la empresa.

Indica que aplicar impuestos sobre dineros que están invertidos en distintos tipo de activos de la empresa, ya sea inversiones, capital de trabajo, o cuentas por cobrar -porque eso se supone está una parte importante del FUT-, “sería generar una presión adicional sobre las empresas que no es favorable; menos en un escenario actual de desaceleración económica, y probablemente en ningún momento sea positivo, porque el dinero no está disponible en las empresas.  Es muy complicado cobrar recursos que las empresas no tienen. Es una presión alta sobre la liquidez de las compañías, no sería favorable”, sentencia.

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