Publicidad
Economista Sergio Urzúa advierte que mercado labo­ral no está preparado para la automatización PAÍS Crédito: pantallazo de Youtube

Economista Sergio Urzúa advierte que mercado labo­ral no está preparado para la automatización

Publicidad

Para el académico de Universidad de Maryland, la activación de proyectos y el optimismo empresarial por el cambio de gobierno pueden acelerar el crecimiento. “Concretar tal posibilidad será un desafío importante de quien llegue a La Moneda y debería definir la dirección del nuevo rumbo”, asegura.


El economista Sergio Urzúa, académico de la Universidad de Maryland, advirtió sobre el impacto de la automatización en el mercado laboral chileno, según una entrevista publicada este domingo por El Mercurio.

Además criticó la actitud del Gobierno de cuestionar al Banco Central por dimensionar el impacto que han tenido políticas como la ley de 40 horas en el empleo.

“El mercado laboral es una víctima de lo que ha ocurrido en la economía chilena (…) Es un termómetro de muchos errores y de malas políticas”, señaló. Y advirtió que “la economía sigue caminando en cámara lenta”.

Además comentó el reciente debate presidencial.

“Me pareció importante que temas como el crecimiento económico y el empleo estén presentes en las campañas de los distintos candidatos, y que se consideren temas relevantes”.

Polémica con Banco Central

Urzúa también comentó la polémica que detonó el último Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central (BC). El ente emisor alertó de que el alza de los costos laborales -empujados por el aumento del salario mínimo y de la ley de las 40 horas- está impactando negativamente al mercado laboral, pero el oficialismo criticó el informe del orga­nismo y acusó un sesgo del BC.

“El BC ha hecho un trabajo importan­te en recolectar la mejor información que existe en Chile, los equipos técnicos son de calidad, por lo tanto, la evidencia es robusta, concluyente, contundente y consistente. El mer­cado laboral chileno se está ajustando a un conjunto de medidas que han aumentado los costos laborales. El Central no hace más que recordarnos lo obvio: el efecto negativo sobre el empleo llega tarde o temprano”, dijo.

“No creo que sea positivo y, más bien es contraprodu­cente, sembrar un manto de dudas, y más que estarse quejando, hay que trabajar para resolver el problema del empleo, que era bien esperable. Pero para el mundo político es bien difícil reconocer los errores”.

Frente a las declaraciones del PresidenteGabriel  Boric, que reconoció que hay mucho desem­pleo pero lo atribuyó la destrucción del empleo principal­mente al sector informal, Urzúa lo descartó.

“La evidencia no permite concluir algo así. De hecho, el IPoM sugiere que el empleo informal puede ser un ‘amorti­ guador’ de los efectos negativos que se detectan sobre el empleo formal. En otras palabras, el empleo informal estaría subiendo, no bajando, producto del mayor salario mínimo y la reducción de la jornada”.

Además señaló que “el mercado laboral es una víctima de lo que ha ocurrido en la economía chilena, es una manifestación del bajo creci­miento económico, de la implementación de medidas que han sido contrarias al proempleo y al procrecimiento. El mercado laboral es un termómetro de muchos errores que se han cometido y de malas políticas que se han implementado”.

Desempleo

Frente al actual desempleo de 8,7%, Urzúa además alertó que los 31 meses con un desempleo de más de 8% es “un récord”.

“¿Promedio de desempleo en los últi­mos dos años? 9,3% para las mujeres, 10% en el grupo de 25-34 años y 21,3% en los jóvenes. La tasa de ocupación aún no recupera los niveles prepandemia. ¿Emergencia laboral? Cuando un animal tiene orejas de perro, cola de perro y ladra como perro, importa poco si alguien dice que es un gato. Un perro es un perro”, apostilló.

A Urzúa no le “me complica hablar de emergencia laboral o de crisis. Puede que a algunos no les guste la terminología, pero eso es inconducente, porque evidentemente hay un problema grave, y hay que hacerse cargo”.

– ¿Y ahí pesan más los elementos estructurales o cíclicos?

“Desde el 2019, el número de ocupados ha crecido menos de 5%. En Chile, la recuperación del mercado laboral luego del covid fue solo parcial. Muchos cambios legales han encarecido el empleo formal. Puede haber elementos cícli­cos tras las cifras laborales, pero los desafíos para crear oportunidades de trabajo son estructurales”.

Asimismo, advirtió que “va a ser difícil cambiar la inercia de este alto desempleo. Y un factor que puede ayudar es resolver el problema. Si logras alcanzar un crecimiento en la parte alta del rango del Central y lo llevamos a 3%, ya se empieza a reactivar el empleo. Pero va a tomar tiempo”.

En cuanto al anuncio del Ejecutivo de presentar un proyecto de negociación ramal, afirmó que “es consistente con su visión ideológica. Técnicamente, no solo en este contexto es inapropiado. El mundo del trabajo está cambiando y no en esa dirección”.

Automatización

Luego que el BC mencionara a la automatización como factor rele­vante, Urzúa dijo que “el aumento en el número de jóvenes con educación supe­rior que no trabaja ni estudia puede ser señal del reemplazo de trabajadores por máquinas. Y sin un buen primer empleo, toda la carrera laboral cambia”.

Para Urzúa, “esto obliga a repensar la capacitación, educación, todo. Los jóvenes deben prestar mucha atención a qué estudian y si antes postergaban la entrada al mercado laboral por la oferta de pegas, la cosa ahora cambia”.

“Las empresas se están preparando, pero el mercado labo­ ral no está preparado, y el sistema educativo tampoco. Esto es algo que viene y que no se puede detener. En el mundo, en materia de legislación, han tenido cuidado, porque con este cambio tecnológico que está revolucionando el empleo no puedes dejar al mercado laboral con una camisa de fuer­ za, porque va a generar distorsiones. En Chile eso no está en el centro del debate, hay mucha discusión medio faran­ dulera sobre el cambio tecnológico. Hay que hacerse cargo y no creo que exista conciencia respecto de hacia dónde vamos”, agregó.

Economía chilena

El BC además mejoró levemente las perspectivas de creci­miento para 2025 y 2026, también prevé un mayor dina­mismo de la inversión y del consumo privado.

“La economía chilena sigue caminando en cámara lenta. El ajuste en las proyecciones para el 2025 del 2-2,75% al 2,25-2,75% no califica como repunte. Sí es interesante lo que ocurre en inversión. La activación de proyectos y el optimismo empresarial por el cambio de gobierno pueden acelerar el crecimiento. Concretar tal posibilidad será un desafío importante de quien llegue a La Moneda y debería definir la dirección del nuevo rumbo”.

En cuanto a las próximas elecciones, “el cambio de administración parece más una oportunidad que un riesgo, al menos así lo interpreta el mercado. Una fuente de incertidumbre puede ser otro Congreso fragmen­ tado. La conformación del futuro Congreso es noticia en desarrollo”.

Consultado sobre qué hacer para aumentar el crecimiento, respondió que se debía “atraer inversión, atraer inversión y atraer inversión”.

“En tér­minos reales, la formación bruta de capital fijo en 2024 fue solo 7% superior al nivel del 2013. Para crecer al 4% nece­ sitas expandir la inversión un 10% en un año. Esos eran los niveles antes del 2013. Incentivos tributarios, certeza jurídi­ca y, lo más importante, terminar la chacota económica, son esenciales para atraer capitales”.

¿Es posible en el corto plazo?

“Está difícil, pero es posible. La inversión es la clave. Ahora, crecer del 4% hacia arriba sí es más complicado”.

Seguridad e inflación

Urzúa además comentó los efectos macroeconómicos relevantes del tema de la seguridad.

“La inseguridad es un impuesto inmenso. El crimen organi­zado es un sector boyante y la narco cultura avanza. La pasividad del Estado es incomprensible y tiene efectos eco­ nómicos negativos que acompañarán al país por mucho tiempo. Sin seguridad, no hay progreso”.

En cuanto a la inflación, “nunca se debe cantar victoria”.

“Las alertas del Banco Central hay que tomárselas en serio y alertó de presiones inf lacionarias desde el mercado laboral. A pesar de las advertencias, se hicieron cambios en la legislación que elevaron los costos laborales y terminaron presionando los precios.¿Consecuencia? El recorte en la tasa tendrá que esperar. Una lástima, pues eso podría ayudar a activar la economía, crear empleo. Algunos políticos parecen creer que sus malas ideas son como el hipo: generan malestar que con un susto se va. La economía no funciona así”.

El economista además insistió en que prefería “un Banco Central cauto a uno temerario. Además, ante los desatinos políticos, es bueno tener un ancla de prudencia. La peculiar discrepancia del Presidente Boric al análisis del IPoM que documenta con evidencia el impacto del aumento en el salario mínimo sobre el empleo da cuenta precisamente de eso.¿Conocerá el Presidente la amplia literatura en el tema? Aprovechemos y valoremos la capaci­dad técnica e independencia del Central”.

Recorte fiscal

Finalmente, luego que la comisión asesora del Ministerio de Hacienda pro­pusiera un recorte fiscal de US$ 2.000 millones, Urzúa señaló que “hay que implementar un ajuste fiscal importante, Chile no puede seguir gastando como si creciera al 4%”.

“La regla de Balance Estructural fue diseñada pensando en ciclos, pero hace tiempo Chile tiene solo dos: uno de bajo crecimiento y otro de muy bajo crecimiento. El problema es así de complejo”.

¿Es factible aplicar recortes de gasto de US$ 6.000 millones y US$ 8.000 millones, como proponen algunas candidaturas presidenciales?

“Depende del tiempo. Es bueno ponerse metas ambiciosas, siempre velando que sean factibles. Pongamos las cosas en contexto. El gasto total del Gobierno Central aumentó casi un 24% real desde el 2018. ¿El PIB? Algo menos de 11%. Hubo desembolsos extras por la pandemia, pero se supo­ nían transitorios. Entonces, si el gasto hubiese crecido 11% en vez de 24%,¿cuánto más bajo sería hoy? Varios miles de millones de dólares. Ningún ajuste será instantáneo, hay que hacerlo con cuidado y prudencia, pero hay que llevarlo a cabo”.

Para Urzúa, “como toda circunstancia heredada, la ausencia de margen presupuestario, más que un riesgo, es un desafío, incluso una oportunidad. El saber que no hay un peso de holgura ¿no obliga a mejorar la gestión del Estado? Obvio que sí”.

Publicidad