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Así es por dentro la máquina de propaganda siria

«Los ciudadanos sirios no saben nada, no saben qué decir. Entonces nosotros les indicamos lo que deben decir frente a las cámaras de televisión con el fin de obtener el mejor reporte posible. Mi éxito como periodista radica en conseguir que mi informe llegue al canal. Lo hago y lo presento a los ciudadanos, a la nación», señala un periodista que huyó a Turquía.


Muchos periodistas en Siria se esfuerzan para transmitir las complejidades del conflicto que vive el país. Pero al-Akhbariya, el canal de televisión más importante del país, no tiene ese problema.

 

Retrata un mundo relativamente sencillo: el valiente gobierno sirio encabeza la lucha contra terroristas que son dirigidos desde el extranjero.

 

Aunque Akhbariya es de propiedad privada, obedece a las instrucciones del gobernante Partido Baath. Todos los días transmite el mismo mensaje: el pueblo sirio está unido apoyando al presidente Bashar al Asad.

 

Ahora, uno de los ex periodistas del canal -Ghatan Sleiba, de 33 años, que huyó a Turquía a finales de junio- revela la manera en que trabajan.

 

El mensaje

 

Sleiba no tiene ningún material de archivo de sí mismo reporteando para el canal, pero está dispuesto a compartir una fotografía que lo muestra sosteniendo un micrófono de Akhbariya.

 

«Hablamos con la gente antes de entrevistarla», dice Sleiba, sin dejar de hablar en tiempo presente sobre su trabajo como reportero en el canal.

 

«Los ciudadanos sirios no saben nada, no saben qué decir. Entonces nosotros les indicamos lo que deben decir frente a las cámaras de televisión con el fin de obtener el mejor reporte posible. Mi éxito como periodista radica en conseguir que mi informe llegue al canal. Lo hago y lo presento a los ciudadanos, a la nación».

 

«Por ejemplo, les pedimos a los entrevistados que nos digan que ellos apoyan a Bashar al Asad y que siempre lo respaldarán. Ellos lo aceptan y repiten. Lo hacemos para complacer a las autoridades que nos vigilan».

 

Sleiba explica cómo se dan instrucciones a los periodistas.

 

«El partido Baath a veces nombra a un representante para que dé órdenes en su nombre. Por lo general nos contactan a través de una oficina de información. El comité nos dice que debemos ir a tomar fotos de un evento en particular, capturar imágenes de los mártires y así sucesivamente».

 

Riesgo extremo

 

Le pregunté si alguna vez tuvo que transmitir algo que él sabía que era falso.

 

«Nosotros producimos las noticias de acuerdo a lo que desean los directivos del canal. Si hago algún reporte que haga eco de su opinión, me dan un bono. Pero si solo está basado en mi opinión, sin representar su punto de vista, no sale al aire».

 

«Por ejemplo, el ministro de Energía de Siria dice que hay un montón de energía disponible, cuando en realidad no hay suficientes suministros en el país. Para la nación, los periodistas somos unos mentirosos. La gente no puede confiar en nosotros y eso es algo muy frustrante».

 

«Siria es un país sencillo. Creen en cualquiera que les sonría o llore en televisión. Dios, ayuda a la nación siria».

 

El mismo día en que Ghatan Sleiba llegó a Turquía, hombres armados irrumpieron en una de las oficinas de su ex canal cerca de Damasco, destruyendo varios estudios y matando a siete miembros del personal. Akhbariya ha transmitido imágenes gráficas de este ataque en repetidas ocasiones.

 

Durante los últimos 15 meses, el conflicto en Siria ha supuesto un riesgo extremo para la oposición y los periodistas extranjeros. Pero ahora, apoyar al gobierno también tiene su costo.

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