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Autoridades egipcias elevan a 421 la cifra de muertos por violencia en El Cairo Se decretó estado de emergencia por un mes

Autoridades egipcias elevan a 421 la cifra de muertos por violencia en El Cairo

Las fuerzas de seguridad comenzaron la madrugada de ayer el desalojo de dos campamentos de protesta que partidarios del derrocado Mohamed Morsi instalaron el pasado 3 de julio a las afueras de la mezquita Rabaa Al Adawiya en El Cairo y en la plaza Al Nahda, en el oeste de la ciudad. El vicepresidente interino y premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei, anunció su dimisión, afirmando que «no puedo seguir asumiendo la responsabilidad de las decisiones con las que no estoy de acuerdo y temo sus consecuencias. No puedo asumir la responsabilidad de una sola gota de sangre».


El Ministerio de Salud de Egipto informó este jueves que al menos 421 personas fallecieron y 3.572 resultaron heridas en la jornada de violencia que vivió el país el miércoles.

Las protestas se originaron tras la operación policial lanzada para desalojar dos campamentos de seguidores del depuesto presidente islamista Mohamed Morsi.

Las calles del centro de El Cairo están en calma luego de que el toque de queda fuera levantado al amanecer.

La presidencia interina de Egipto decretó el estado de emergencia durante un mes tras los violentos enfrentamientos este miércoles entre simpatizantes del depuesto presidente Mohamed Morsi y las autoridades.

El asalto policial a dos campamentos de protesta de seguidores de los Hermanos Musulmanes causó un elevado número de muertos. El gobierno interino informó este jueves que más de 500 personas fallecieron y según el Ministerio de Salud 3.572 resultaron heridas en la jornada de violencia.

¿Qué ha ocurrido en los campamentos de protesta en El Cairo?

Las fuerzas de seguridad se movilizaron en la madrugada del 14 de agosto para desalojar dos campamentos de protesta de los partidarios del derrocado Morsi a las afueras de la mezquita Rabaa Al Adawiya en El Cairo y en la plaza Al Nahda, en el oeste de la ciudad.

El gas lacrimógeno fue utilizado para dispersar a los manifestantes y se escucharon ráfagas de armas de fuego. Además, se utilizaron bulldozers blindados para dispersar los campamentos.

Se reportaron varios cientos de muertos durante el violento desalojo pero las cifras varían entre la versión de las autoridades y la de los Hermanos Musulmanes.

Los partidarios de Morsi califican los enfrentamientos de masacre, pero sus opositores acusan a algunos de ellos de cometer actos de violencia extrema contra las fuerzas de seguridad.

Los dos campamentos fueron ocupados por partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi, quien fue destituido por los militares el pasado 3 de julio después de las masivas protestas callejeras contra sus políticas.

Sus simpatizantes exigen su reincorporación y han desafiado las advertencias de las autoridades para poner fin a las sentadas.

¿Qué originó la crisis en Egipto?

Durante su primer año de gobierno, el presidente electo Mohamed Morsi se distanció de instituciones clave y de varios sectores de la sociedad. Para muchos egipcios, el presidente islamista no estaba resolviendo los problemas económicos y sociales del país.

Egipto se fue polarizando cada vez más entre los simpatizantes islamistas de Morsi y sus opositores, entre los que se incluyen miembros de la izquierda, liberales y seculares.

Los problemas se agudizaron a partir de noviembre de 2012 por la redacción de la nueva Constitución que fue aprobada por la Asamblea Constituyente (dominada por los aliados de Morsi), pese al boicot por parte de liberales, laicos y la Iglesia copta.

A medida que aumentaba el descontento de la oposición, Morsi emitió un decreto que daba poderes especiales a las fuerzas armadas hasta la celebración de un referéndum el 15 de diciembre de 2012 sobre el proyecto de Constitución, lo que los críticos dijeron que equivalía a una forma de ley marcial.

A finales de abril, activistas de la oposición crearon la base para el movimiento de protesta contra Morsi.

Millones de personas salieron a la calle el pasado 30 de junio para manifestarse en contra de las políticas del mandatario, lo que coincidió con el primer año de su gobierno.

El pasado 3 de julio, el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Abdul Fatth al Sisi, anunció que suspendía la Constitución y nombró al jefe de la Corte Constitucional Suprema, Adly Mansour, como presidente interino hasta que se convoquen elecciones.

El golpe militar fue apoyado por los opositores, que se agruparon en el movimiento civil contra Morsi llamado Tamarod, que significa «revuelta» en árabe, y cuyos representantes acompañaron al ejército en su anuncio en televisión del derrocamiento del islamista.

Desde esa fecha, Mohamed Morsi permanece detenido en paradero desconocido.

Los partidarios del expresidente islamista han celebrado manifestaciones casi diarias para exigir su restablecimiento ante la sede de la Guardia Presidencial, en El Cairo, que se convirtió en un punto incendiario.

Muchos creen que este es el lugar donde se encuentra detenido el depuesto presidente Morsi.

¿Quién es Mohamed Morsi?

Morsi surgió de las filas de los Hermanos Musulmanes, un movimiento islamista prohibido en el país durante décadas, y se convirtió en el jefe de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia.

Mohamed Morsi fue el quinto presidente de Egipto y el primer civil e islamista en ocupar ese puesto. Es, además, el primer presidente electo democráticamente en Egipto tras ganar por un pequeño margen las elecciones en junio de 2012.

Reemplazaba así a Hosni Mubarak, quien se mantuvo en el poder durante 30 años hasta que fue derrocado tras protestas populares en febrero de 2011.

Desde que Morsi fue expulsado del poder -sólo duró un año en el cargo- los enfrentamientos entre sus seguidores y las fuerzas de seguridad habían dejado un saldo de más de 250 muertos hasta el desalojo del miércoles.

¿Qué ocurrirá ahora?

En medio de la compleja situación política que atraviesa el país, el presidente interino, Adly Mansour, ha trazado un plan para una transición que incluye una revisión de la Constitución que aprobó Morsi y nuevas elecciones parlamentarias a principios de 2014.

El plan ha sido rechazado por los Hermanos Musulmanes y también ha recibido críticas de los partidos de izquierda y liberales.

El general Abdul Fattah al Sisi prometió «no excluir a nadie ni a ningún movimiento» y pidió medidas para «empoderar a los jóvenes y su integración en las instituciones del Estado».

Sin embargo, no ha definido hasta el momento la duración del período de transición o qué papel desempeñará el ejército.

El ejército es el más poderoso organismo gubernamental en Egipto, y muchos dicen que funciona como un Estado dentro del Estado. Las empresas de propiedad militar constituyen una proporción significativa de la economía del país.

Reacciones

Tras los enfrentamientos este miércoles, la presidencia declaró el estado de emergencia durante un mes.

Entre otras reacciones a los cientos de muertos, Mohamed El Baradei, vicepresidente interino de Egipto y premio Nobel de la Paz, anunció su dimisión.

En un comunicado, el Baradei defendió su postura pacífica ante el desarrollo de una jornada de violencia: «No puedo seguir asumiendo la responsabilidad de las decisiones con las que no estoy de acuerdo y temo sus consecuencias. No puedo asumir la responsabilidad de una sola gota de sangre».

La comunidad internacional se ha unido en una condena conjunta de los acontecimientos e instaron al gobierno de Egipto a que se abstuviera de utilizar la violencia.

«La violencia sólo hará que sea más difícil que Egipto salga adelante en el camino hacia la estabilidad duradera y la democracia y va directamente en contra de los compromisos por parte del gobierno interino para buscar la reconciliación. Nos oponemos firmemente a un retorno a un estado de emergencia y hacemos un llamado al gobierno a que respete los derechos humanos básicos», aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Para el editor de Medio Oriente de la BBC, Jeremy Bowen, el futuro del país dependerá de acercar a los opositores hacia el acuerdo.

«Tanto el ejército como los Hermanos Musulmanes piensan que el futuro de Egipto está en juego. Ambos tienen razón. Pero sin consenso nacional ningún egipcio conseguirá tener una vida mejor», apuntó en su cuenta de Twitter este miércoles.

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