Rosa María Palacios: “Las protestas en Perú seguirán porque la calle ya no responde a los partidos”
La periodista y abogada peruana desmenuza la crisis de seguridad y el colapso político que sacuden al Perú: un Estado desbordado por el sicariato, transportistas bajo amenaza, una generación joven en las calles y una desprestigiada presidenta. Por ahora, descarta el ascenso de un ultraconservador.
La crisis de seguridad en Perú parece no tener freno. En exclusiva para El Mostrador, la abogada y periodista peruana del diario La República, Rosa María Palacios, analizó en detalle la situación que vive su país, en la antesala de la reunión entre el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso con los gremios de transporte urbano afectados por el sicariato y la extorsión, y horas antes de que diversas bancadas parlamentarias anunciaran hasta tres mociones de vacancia para destituir a la mandataria —quien llegó al poder por sucesión constitucional tras la vacancia presidencial de Pedro Castillo—.
Y es que al reclamo de los transportistas se sumó el reciente ataque armado contra un popular grupo musical que dejó cinco heridos en Lima.
En las últimas semanas, los gremios han sido protagonistas de una serie de paros y manifestaciones, presentes desde el inicio del mandato de Boluarte —también registradas durante el gobierno de Pedro Castillo— y con amplio respaldo ciudadano según encuestas; incluso han contado con la participación activa de la denominada Generación Z, que originalmente se movilizó por el sistema previsional y en rechazo a la clase política.
Y aunque la mesa de diálogo con los transportistas logró descomprimir temporalmente la movilización —tras el anuncio del gobierno de crear grupos especializados para combatir el crimen organizado—, el diagnóstico de Rosa María Palacios, conductora del programa Sin Guion del diario La República, es tajante: “Las protestas por el transporte en Perú van a continuar porque los actores en la calle no están afiliados a ningún partido político”.
Según Palacios, el país enfrenta un fenómeno delictivo sin precedentes. “Sicarios suben a los buses llenos de pasajeros y matan a los choferes. Después, exigen un pago. Esta modalidad criminal entró al Perú en los últimos tres años y se ha extendido a bodegas, ferreterías y pequeños comercios”, explicó. La periodista también destacó el reciente ataque armado contra la orquesta de cumbia Agua Marina: “Esto es un hito más en la escalada de violencia de la delincuencia común en el Perú”, afirmó.
Palacios apunta a la falta de estrategia del gobierno como un factor clave: “La policía tiene problemas de corrupción, no está equipada ni entrenada para enfrentar este tipo de crimen transnacional. El Ejecutivo simplemente no sabe qué hacer”, sostuvo. Y sobre la migración venezolana, uno de los temas que Boluarte ha señalado, aclaró: “No es la migración la que genera este crimen. Los venezolanos han aportado al crecimiento del país, aunque sí hay casos aislados vinculados a delitos”.
El contexto político es igual de crítico. Palacios no duda en calificar al Congreso peruano de “nefasto para la persecución del delito”, con parlamentarios con expedientes abiertos y leyes recientes que reducen penas por crimen organizado. Según la periodista, la presidenta Boluarte carece de una estrategia clara: “Su ‘estrategia’ ha sido retirar oficiales capacitados y sobrevivir a sus propios procesos judiciales. No hay rumbo”.
Boluarte fue durante criticada por diversos sectores sociales y políticos tras declarar que los paros no iban a solucionar el incremento del crimen organizado y recomendar a la ciudadanía que no responda las llamadas telefónicas de desconocidos como una forma de enfrentar a las extorsiones.
Sobre el respaldo a Boluarte, Palacios fue categórica: “Nadie la apoya. La sostienen las Fuerzas Armadas y algunos partidos que buscan proteger su puesto en el Congreso. La unidad nacional existe, pero no para respaldarla: nadie la apoya”. En este contexto, resalta, los partidos conservadores que la sostienen están desesperados ante las elecciones generales de 2026, con una presidenta y un Congreso con niveles de desaprobación cercanos al 95%.
En cuanto a la generación joven, Palacios indicó que las protestas continuarán porque los movimientos universitarios y de jóvenes están reaccionando a la inseguridad más que a la política partidaria. Señala que los actores en la calle no están afiliados a ningún partido político ni jugando la campaña electoral. Eso hace que las protestas sean independientes y difíciles de predecir.
Cabe mencionar que, desde que comenzaron las concentraciones hace varios días se vieron muchas pancartas y letreros con la letra Z, en alusión a la generación Z, generalmente considerada como los nacidos entre finales de la década de 1990 y 2010. Por eso, y por sus similitudes con las protestas que afectaron recientemente a países asiáticos como Nepal, donde los jóvenes manifestantes lograron derribar al gobierno luciendo banderas similares a las que estos días ondean en Lima, fueron bautizadas en los medios como “las protestas de la Generación Z”.
No obstante, Rosa María Palacios advierte que para derribar al gobierno las protestas tendrían que alcanzar la magnitud de las movilizaciones de 2020 —cuando el presidente Martín Vizcarra fue destituido por el Congreso bajo la causal de incapacidad moral permanente—, algo que aún no ocurre. En parte, explica, porque tras las muertes registradas durante las manifestaciones de 2023 —que dejaron docenas de muertos tras la caída de Pedro Castillo—, muchos ciudadanos todavía sienten miedo de salir a protestar.
Consultada por la popularidad en las encuestas presidenciales —aunque solo con un 10%— del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, líder del partido ultraconservador Renovación Popular y admirador de Donald Trump, Palacios afirma que “quiere ser Donald Trump, pero no le está resultando”. Señala que “este personaje es el más visible” porque ocupa la alcaldía de Lima y ya está en campaña, aunque esté violando la ley de neutralidad electoral al usar su cargo para hacer proselitismo. Además, lo caracteriza como alguien con “un discurso efectivamente xenófobo, machista y sobre todo […] que utiliza su cargo de alcalde para hacer campaña”, advirtiendo que aunque estas tácticas pueden tener cierto eco en sectores acomodados de Lima, “no creo que funcione para el resto del Perú”.
Por último, la periodista advierte sobre la atomización de partidos y la fragmentación del voto: en las elecciones de 2026, Perú enfrentaría un escenario complejo con 39 partidos inscritos, elecciones presidenciales y legislativas simultáneas, y un electorado mayoritariamente apático. “El 60% del país no quiere saber nada de política”, concluyó.
Revisa en el siguiete link la entrevista a Rosa maría Palacios del diario La República de Perú.