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Noruega a 100 años del sufragio femenino

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Hege Araldsen
Por : Hege Araldsen Embajador de Noruega en Chile
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El empoderamiento de las mujeres está directamente ligado a su participación en el mundo laboral. Por ese camino Noruega ha logrado una de las más altas participaciones femeninas entre los países de la OCDE. Al mismo tiempo, esta alta participación laboral conlleva otros beneficios para la sociedad, especialmente económicos.


Esta semana celebramos los 100 años del sufragio femenino en Noruega. En el año 1913 Noruega fue el primer país independiente del mundo en otorgar este derecho democrático fundamental a ambos sexos, y por lo mismo, marca el nacimiento del país como una auténtica democracia.

Hoy día Noruega figura entre los países con más igualdad de género en el planeta: la mitad del gobierno está compuesta por mujeres; el 40 % de los miembros del parlamento son mujeres; y la mayoría de los estudiantes de la educación superior son mujeres.

Sin embargo, en el camino no han faltado controversias, y todavía falta mucho por recorrer para que las noruegas tengan la misma presencia en posiciones de poder que sus pares  masculinos.

La igualdad de género no se trata simplemente de permitir la participación femenina, sino de asegurar que las mujeres tengan las mismas posibilidades de llegar a posiciones de poder. Ha habido importantes avances en cuanto al empoderamiento de las mujeres en el sector político y económico tanto en Noruega como en Chile, y en muchos países alrededor del mundo en los últimos años. Hay que valorar estos avances, y al mismo tiempo se puede observar que en algunos países los cambios demoran más que en otros.

[cita]El empoderamiento de las mujeres está directamente ligado a su participación en el mundo laboral.  Por ese camino Noruega ha logrado una de las más altas  participaciones femeninas entre los países de la OCDE. Al mismo tiempo, esta alta participación laboral conlleva otros beneficios para la sociedad, especialmente económicos.[/cita]

Un mecanismo fundamental – y controvertido – para acelerar el proceso de inclusión e igualdad en Noruega ha sido el uso de cuotas. En el ámbito económico, fuimos el primer país que decidió establecer por ley la paridad en los directorios de las empresas. Esta medida fue impulsada por el entonces Ministro de Comercio e Industria, del partido conservador, quien presentó la Ley de Cuotas que fue aprobada por el parlamento en 2002. Según esta ley, todas las compañías que cotizan en bolsa deben tener por lo menos un 40 % de mujeres en sus directorios.

Ahora, a 11 años de aprobarse la ley, el efecto positivo de esta medida, entonces considerada por muchos como demasiada radical, es evidente. Por un lado, simplemente porque se cumple la ley y hay en efecto un 40 % o más de mujeres en los directorios y, por otro lado, porque la mayor participación femenina ha mostrado ser muy positiva para las empresas.

Vemos hoy que la actitud de muchos de los entonces antagonistas de la medida ha ido cambiando. Siendo un fuerte contradictor inicial a la ley, la Confederación Noruega de Empresarios ahora valora positivamente tanto la medida como el creciente aporte de las mujeres en la gestión de las empresas. De ahí su activa labor para identificar y promover a las mujeres calificadas, y para capacitar a otras.

Al renovarse de esta manera el mercado y la cultura laboral, y al abrirse las esclusas de los cargos directivos, la ley quedará sin duda obsoleta en un futuromuypróximo, cuando lasmujeres lleguen a consolidar su espaciolegítimo y merecidoen las instancias  ejecutivas del país.

El empoderamiento de las mujeres está directamente ligado a su participación en el mundo laboral.  Por ese camino Noruega ha logrado una de las más altas  participaciones femeninas entre los países de la OCDE. Al mismo tiempo, esta alta participación laboral conlleva otros beneficios para la sociedad, especialmente económicos. Estudios comprueban que la elevada participación femenina en el mercado laboral contribuye más al producto interno bruto de Noruega que el total de los muy significativos ingresos generados por la exportación de petróleo.

La experiencia noruega demuestra además que es posible que las mujeres trabajen sin tener como consecuencia una baja en la tasa de natalidad. Noruega ha logrado mantener una de las tasas de natalidad más altas de Europa, como resultado de medidas e incentivos políticos, tales como el derecho a sala cuna/jardín infantil a todos los niños mayores de un año; y un generoso programa de posnatal que también otorga a los padres el derecho de estar con sus hijos, hasta 44 semanas con el 100% del sueldo.

Seguimos con interés el debate chileno sobre las medidas para empoderar a las mujeres, fortalecer a las familias y consolidar una economía cada vez más dinámica. Según nuestra experiencia, estos tres objetivos están estrechamente vinculados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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