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Educación parvularia, el pilar de la reforma

Maria Estela Ortiz Rojas
Por : Maria Estela Ortiz Rojas Secretaria Ejecutiva, Consejo Nacional de la InfanciaSecretaria Ejecutiva, Consejo Nacional de la Infancia
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Dos elementos se conjugan para hacer de este momento un tiempo histórico para la educación parvularia en Chile: el consenso científico y social de que los primeros años de vida son el período más significativo en la formación de las personas, y la decisión política de incluir a la educación inicial como pilar de la gran Reforma en Educación, lo que permite diseñar, implementar y perfeccionar las dimensiones estratégicas de esta transformación desde las bases del sistema educativo.


El anuncio de la Presidenta sobre las localidades en que se implementarán las primeras 534 salas cuna, de un total de 4.500, es un nuevo impulso por priorizar el derecho a la educación de calidad. Esto nos permitirá disponer de 90 mil cupos adicionales para niños y niñas menores de dos años y acercarnos a los promedios de los países OCDE, transitando de un 17% a más de un 30%.

Dos elementos se conjugan para hacer de este momento un tiempo histórico para la educación parvularia en Chile: el consenso científico y social de que los primeros años de vida son el período más significativo en la formación de las personas, y la decisión política de incluir a la educación inicial como pilar de la gran Reforma en Educación, lo que permite diseñar, implementar y perfeccionar las dimensiones estratégicas de esta transformación desde las bases del sistema educativo.

[cita]Dos elementos se conjugan para hacer de este momento un tiempo histórico para la educación parvularia en Chile: el consenso científico y social de que los primeros años de vida son el período más significativo en la formación de las personas, y la decisión política de incluir a la educación inicial como pilar de la gran Reforma en Educación, lo que permite diseñar, implementar y perfeccionar las dimensiones estratégicas de esta transformación desde las bases del sistema educativo.[/cita]

Sabemos que la cantidad debe ir entrelazada con estándares de calidad que aseguren igualdad de oportunidades. Queremos que nuestros niños y niñas crezcan felices y puedan desarrollarse en plenitud. Para contribuir desde el nivel parvulario a este desafío, debemos avanzar en tener grupos más reducidos de niños/as en cada nivel, y más adultos responsables por cada niño/a. Según lo planteado por la Presidenta durante la campaña, el objetivo es contar con un adulto por cada cinco niños y una educadora de párvulos por nivel.

Los adultos responsables de estos niños y niñas cuando están en las salas cunas y jardines son clave. Educadoras, técnicas, auxiliares de servicio, manipuladoras, personal administrativo, deben contar con una formación de calidad, con capacitación continua y con los recursos que les permitan ponerse a la altura de los niños y niñas. El equipo educativo debe conocer a cada uno de los niños y niñas, trabajar con la familia y abrirse a la comunidad como parte de su estrategia para garantizar el ejercicio de derechos de los más pequeños.

Necesitamos más pero también mejores espacios educativos con equipamiento adecuado que permitan movilidad, potenciar el juego, el descubrimiento, el descanso, la sociabilidad y los momentos de lectura o de actividades tranquilas.

El derecho a la educación es un derecho humano fundamental, un bien público exigible durante toda la vida, cuyo pleno ejercicio depende de que sea de calidad, relevante y pertinente, de lo cual el Estado debe hacerse cargo.

Como apoyo a esta reforma educacional que comienza con los más pequeños, uno de los anuncios más importantes es la creación de la Subsecretaría de Educación Parvularia. Esta será la primera muestra de una nueva institucionalidad que permitirá avanzar significativamente hacia una política educativa de primera infancia con estándares de calidad para todos los establecimientos de educación parvularia, independientemente sean públicos o privados.

Solo una política de educación parvularia de excelencia puede instalar las bases de una educación de calidad, sin fines de lucro, sin segregación y de acceso universal, señal que todo Chile está esperando y que desde el Consejo Nacional de la Infancia apoyaremos con fuerza.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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