Es solo un problema de tiempo
Esta precaria situación del senador Pizarro no deja indiferentes a los militantes y dirigentes del PDC. No serán pocos los que hoy lo apoyan y que en el futuro cercano no estarán dispuestos a hundirse junto con Pizarro. No creo equivocarme al pensar que Ignacio Walker no estará dispuesto a comprometer su precandidatura a la Presidencia de la República, manteniendo hasta el final su apoyo a Jorge Pizarro. Auguro que será uno de los primeros en tomar distancia.
No escuchó mis ruegos para que no asumiera. Tampoco las sugerencias de Fuad Chahin en el mismo sentido, ni lo que planteamos quienes fuimos candidatos en la lista de Ricardo Hormazábal –excluida, por cierto, Clara Bensan, a quien denunciamos ante el Tribunal Supremo por sus vínculos con SQM–, en cuanto a que “creemos que Pizarro no debe asumir la presidencia mientras no se hayan aclarado las responsabilidades no sólo judiciales sino también éticas”. No reaccionó siquiera cuando Fuad Chahin, en un gesto que lo enaltece, decidió no asumir la primera vicepresidencia. El senador Jorge Pizarro decidió, pese a todo, asumir dicha presidencia del PDC.
Estoy convencido de que los porfiados hechos terminarán por obligarlo a dar un paso al costado –igual como ocurrió con el ex presidente de la UDI Ernesto Silva, quien no pudo seguir resistiendo la presión tanto pública como interna–, pero no sin antes haber causado un inmenso daño al partido.
Dos son los hechos conocidos, hasta ahora, que involucran directa o indirectamente al senador Pizarro en la así llamada arista política de SQM. Por una parte, las asesorías que prestó la empresa Ventus Consulting, de la que son socios sus hijos, la cual emitió once facturas por un total de $45 millones –vinculación que omitió cuando, en plena campaña, Ricardo Hormazábal le preguntó, personalmente, si alguno de los miembros de su lista estaba involucrado en el caso SQM– y, por otra, la invitación a visitar las instalaciones de SQM en la Región de Antofagasta en un jet privado de la empresa, con alojamiento en un hotel 5 estrellas en San Pedro de Atacama y. por cierto, una comida privada con el ex gerente de dicha empresa, Patricio Contesse, todo pagado por SQM.
Respecto de sus hijos, el senador Pizarro declaró que estaba al tanto de que habían prestado la mencionada asesoría a SQM, pero no ha dicho que estuvo o está en desacuerdo con dicha asesoría a la empresa del yerno de Pinochet que se adueñó de ella mediante engaños a los trabajadores.
[cita] Esta precaria situación del senador Pizarro no deja indiferentes a los militantes y dirigentes del PDC. No serán pocos los que hoy lo apoyan y que en el futuro cercano no estarán dispuestos a hundirse junto con Pizarro. No creo equivocarme al pensar que Ignacio Walker no estará dispuesto a comprometer su precandidatura a la Presidencia de la República, manteniendo hasta el final su apoyo a Jorge Pizarro. Auguro que será uno de los primeros en tomar distancia.[/cita]
El día que la Presidenta Bachelet recibió el informe de la Comisión Engel, mientras todos los líderes políticos fueron entrevistados respecto de lo dicho por ésta, el presidente del PDC debió dar explicaciones por la situación de sus hijos. Mientras la Mandataria declaraba que “no siempre supimos, ni supe, condenar con fuerza los modos éticamente imprudentes de hacer negocios”, el senador Pizarro defendía y justificaba a sus hijos.
Más recientemente, en entrevista en CNN, declaró que sus hijos “No tienen por qué ser llamados a la Fiscalía porque no hay denuncia alguna»
Estas entrevistas son solo dos, de una larga lista, en las que el senador Pizarro ha debido justificar el vínculo de sus hijos con SQM. Claramente, el foco de interés no es la opinión de la DC, sino los problemas tributarios y judiciales que enfrentan sus hijos.
El presidente de la DC, al defender a sus hijos, abusa de su cargo para inmiscuirse en asuntos que están en manos del SII y de la Fiscalía, contradiciendo sus propios dichos en cuanto a que se debe dejar que las instituciones funciones.
El futuro no se muestra mejor para el senador Pizarro. Es evidente que el tema de las asesorías de sus hijos a SQM no está cerrado. El Ministerio Público recién está comenzando a investigar la denuncia del SII fundada en que la propia empresa declaró que dichas asesorías no tenían respaldo. Más aún, SQM efectuó una rectificación de sus declaraciones de impuestos respecto de todas las facturas y boletas ideológicamente falsas cuyo monto total, en palabras del nuevo gerente general, Patricio de Solminihac, alcanza a los US$11.000 millones.
Los nuevos antecedentes y resoluciones del SII y de la Fiscalía que se vayan conociendo, serán motivo de nuevas consultas de la prensa al senador Pizarro, a quien que ya no le será posible eludir con respuestas simplonas, que eluden referirse al fondo de la crítica, tales como que Ventus Consulting “es una sociedad consultora de mis hijos que son profesionales altamente calificados que mediante un contrato prestaron un servicio a la empresa entre año 2011 y 2012”, o bien que aceptó la invitación de SQM, con gastos pagados, porque ello corresponde al “trabajo que hacemos siempre con todas las industrias, con las empresas, con los proyectos mineros, energéticos, de servicios, agrícolas, vitivinícolas, pesqueros, en todo lo que es la actividad normal del país” o, la aún más cínica, “Todos, de una u otra forma, hemos infringido las normas”, como si ello –que por lo demás es falso– permitiera justificar lo injustificable.
Crecientemente, el senador Pizarro se verá obligado a actuar más como defensor de sus hijos que como presidente del PDC o, en la fase final de su mandato, hacer un mea culpa que por tardío no será creíble ni aceptable por la opinión pública ni menos por los militantes del partido.
Esta precaria situación del senador Pizarro no deja indiferentes a los militantes y dirigentes del PDC. No serán pocos los que hoy lo apoyan y que en el futuro cercano no estarán dispuestos a hundirse junto con Pizarro. No creo equivocarme al pensar que Ignacio Walker no estará dispuesto a comprometer su precandidatura a la Presidencia de la República, manteniendo hasta el final su apoyo a Jorge Pizarro. Auguro que será uno de los primeros en tomar distancia.
Un hecho esencial, que marcará a los nuevos acontecimientos internos de la DC, es que si bien la lista del senador Pizarro obtuvo el 72% de los votos emitidos, una parte importante de ellos corresponden a militantes que apoyan a Fuad Chahin, quien tiene en la Junta Nacional un importante número de delegados que lo respaldan. Al respecto, es importante tener presente que quien tuvo mayor participación en los foros de la campaña fue el propio Fuad Chahin, mientras que Pizarro no quiso participar en ninguno de ellos.
En lo personal, creo que hoy el senador Pizarro alcanza, difícilmente, el 50% de apoyo en los militantes que votaron en la pasada elección. Si se considera que Ricardo Hormazábal obtuvo el 20% de los votos válidamente emitidos y Rodrigo Albornoz el 8%, bastaría con que quienes respaldan a Fuad Chahín representen más de un 22% para que Pizarro sea hoy minoría en el partido.
Estoy convencido de que Jorge Pizarro no completará su período como presidente del PDC y que su salida es sólo cuestión de tiempo.
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