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Acceso a la Educación Superior y su gratuidad, una rueda de azar

Natalia Valdés
Por : Natalia Valdés Consejera Superior UC, Miembro del movimiento de Solidaridad
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La temática que hoy está en la palestra pública es la reforma de nuestro sistema de educación superior. Como ya se ha dicho, con múltiples variaciones, esta busca avanzar en gratuidad hasta el 50% en las instituciones que cumplan las condiciones exigidas por el Gobierno. Entre estos requerimientos se considera la acreditación, el gobierno universitario, ausencia de lucro, cuotas de inclusión y ser parte del nuevo Sistema Único de Acceso —entre otras condiciones menores—. Este último punto poca relevancia ha tenido en las discusiones mediáticas actuales, olvidándonos completamente que será dicho sistema el que finalmente decida a quién le corresponde el privilegio de la gratuidad.

Hoy, el Sistema de Acceso a la educación superior depende del Cruch, en particular, del Sistema Único de Admisión. En este participan las veinticinco universidades del Cruch junto a ocho universidades privadas que optaron por hacerse parte de esta metodología en el proceso de admisión 2012. El resto, seleccionan por criterios propios.

La propuesta del Gobierno exige la adhesión a este nuevo sistema de admisión. En ella se menciona que se considerarán una serie de instrumentos diversos para seleccionar a los alumnos —nada se especifica de su forma de medición— y, además, se mantiene la PSU, NEM y el Ránking —pese a que no se aclaran posibles modificaciones y mejoras a estos instrumentos—. Cabe señalar que, según las dos auditorías por las que ha sido evaluada nuestra Prueba de Selección Universitaria, esta tiene bajos índices de calidad, prediciendo escasamente el desempeño de los estudiantes en la educación superior. Ahora bien, en el documento del Mineduc no se hace mención a la institucionalidad de la prueba, la cual es actualmente es implementada y evaluada por la Universidad de Chile, quien recibe grandes ingresos —de todos los chilenos— por este servicio.

[cita] Son muchos los problemas de nuestro sistema de acceso. Pese a que sufrimos una de las mayores segregaciones del mundo en términos de educación escolar, nuestros instrumentos no sólo no hacen nada para remediarlo, sino que tal brecha continúa aumentando con cada nueva implementación improvisada del Cruch y ahora del Gobierno.[/cita]

Esta reforma no sólo es abstracta y desconoce la calidad de los instrumentos de selección actual, sino que también desconoce la realidad de nuestro país. Actualmente, un tercio de nuestra matrícula escolar es de establecimiento de modalidad técnico-profesional. Las brechas entre dichos establecimientos y aquellos que tienen modalidad científico-humanista son abismalmente significativas, aún corregidas por niveles socioeconómicos. No obstante, pareciera ser que esta reforma, en particular su sistema de acceso, se olvida de la existencia de dos currículos en Chile, uno de los cuales está en profunda desventaja al rendir la PSU.

Son muchos los problemas de nuestro sistema de acceso. Pese a que sufrimos una de las mayores segregaciones del mundo en términos de educación escolar, nuestros instrumentos no sólo no hacen nada para remediarlo, sino que tal brecha continúa aumentando con cada nueva implementación improvisada del Cruch y ahora del Gobierno. Lamentablemente, será este sistema el que determinará quiénes serán favorecidos por las políticas estatales, y la verdad es que si no lo cambiamos, seremos cómplices de un sistema que lleva ya más de una década perjudicando a los más necesitados de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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