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¡Bienvenido Oso!

Por: Catalina Donoso, Directora Cusicanqui Films


Señor Director:

Hace pocos días La historia de un oso ganó el Oscar y Chile entero se emocionó, se puso nacionalista y de repente todos querían hablar de la industria del cine, de la animación. Y del exilio.

A mi como hija de exiliados retornada a Chile, productora de cine y humana emocionada me tocó por varías frentes.

Primero la historia del oso. Mi papá también es un don oso y sufrió de la cárcel como muchos de su generación por razones políticas. La niñita osa que perdió su papá , en la película, por estas razones también fue mi historia.

No había visto el cortometraje antes de los premios, y cuando lo vi lloré, no porqué Chile se había ganado un Oscar, aunque eso también me emocionó mucho, si no que por fin vi nuestra historia reflejada en una obra actual. Una animación para niños, que hermosa forma simbólica de ver esa herida que compartimos todos los exiliados o hijos de exiliados con la patria que nos separó de nuestras familias.

Pero también lloré porque el oso al final igual sigue sólo, por las calles esperando que alguien quiera escuchar su triste melodía.

Hace poco por primera vez en 10 años desde que volví a vivir en Chile, una señora de la agrupación de familiares de detenidos desaparecidos me dijo Bienvenida!, cuando le conté que había vuelto pese a las dificultades que implica. Igual como el oso de la película, la historia del exilio pasa por lo general desapercibida, y que alguien por fin te diga Bienvenida es sentir por fin alguien te mira. En Chile, a lo contrario, mucha gente reacciona aún con comentarios del tipo “por algo se fueron” o argumentando a que fue para mejor para uno considerando los beneficios de “la beca”. Casi uno debiese estar agradecida.

“La beca Pinochet” le decían los mismos exiliados en el extranjero , yo siempre pensé, para reírse y así alivianar la vergüenza de haber sido expulsados de su país. Verlo como un beneficio alivia y ayuda olvidar la herida de la ruptura. Esa es la pena que cruza la obra de Gabriel Osorio.

Y ahora que esa historia se vuelve éxito de exportación, le quiero dar la bienvenida. Y las gracias por instalar por un lado la discusión respecto a nuestra industria audiovisual que igual como el oso de la película, una y otra vez tiene que pedir monedas para mostrar su talento. Y por abrir los ojos a que también en Chile se vuelva a mirar a quienes le cerraron la puerta. Que ojalá cada vez menos tengamos que escuchar, tanto los cineastas como los exiliados, que tuvimos “suerte”.

Catalina Donoso, Directora CUSICANQUI FILMS

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