Señor Director:
Aplaudo cierta madurez en el debate generado en torno a la convivencia vial, como genuino usuario intermodal, siempre me parecieron contradictorias las etiquetas y bandos.
Ahora, puestos a establecer el espacio de cada modo de manera más franca, no olvidemos que los sentidos de dirección del tráfico fueron pensados para el automóvil y que muchas calles de segundo orden vial, son en realidad el corazón de barrios tranquilos, silenciosos y activos en vida vecinal.
Esto, porque es un buen momento de pensar una red de vías calmas, con pavimento a nivel del peatón y pasos peatonales demarcados, donde se privilegie al habitante local y donde las bicicletas puedan ir en cualquier sentido, mientras los vehículos motorizados, por su tamaño y por seguridad, deban seguir en uno solo.
Dejo abierta la invitación a cada municipio y a cada agrupación vecinal, a estudiarlo con más detalle.
Nicolás Tugas F.
Académico y consultor en urbanismo