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La encrucijada entre la tecnología y la humanidad: lecciones de Bernard Stiegler

La encrucijada entre la tecnología y la humanidad: lecciones de Bernard Stiegler

Samuel Toro
Por : Samuel Toro Licenciado en Arte. Doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, UV.
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La reflexión sobre la intersección entre la tecnología y la existencia humana ha cobrado relevancia en nuestra era digital. Inspirado por figuras como Simondon y Deleuze, Bernard Stiegler ofrece una visión provocadora y reflexiva sobre cómo la tecnología nos transforma y desafía las nociones tradicionales de humanidad. A través de sus ideas podemos explorar cómo la tecnología nos está llevando hacia una nueva comprensión de nosotros mismos y nuestra relación con el mundo.


En el año 2020, luego del fallecimiento del destacado y relevante filósofo de la tecnología Bernard Stiegler, organizamos, junto a Renzo Filinich, y en conjunto con el Doctorado en Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Valparaíso, el coloquio “De la Farmacología a la Organología: Diálogos en torno al Pensamiento de Bernard Stiegler”. Este fue un homenaje a la influyente figura filosófica que exploró la intersección entre la tecnología y la vida humana. Su muerte, en agosto de ese año, marcó un momento de reflexión profunda sobre la relación entre la técnica y la existencia. En este coloquio se discutió su concepto de organología (interconexión de los órganos biohumanos, tecnológicos y sociales) y la influencia de la tecnología en la configuración de la realidad. A través de estas reflexiones, surgen preguntas cruciales sobre la evolución de la sociedad en la era digital y la necesidad de abordar los desafíos que plantea. Hace aproximadamente una semana se terminó la impresión de un libro con los ensayos de las autoras y los autores que participaron del coloquio, el cual será lanzado el 17 de este mes en Valparaíso y el 23 del mismo mes en Santiago.

Sobre mi interés en mencionar en esta columna a este relevante filósofo contemporáneo –explicando de forma accesible la complejidad de su pensamiento– puedo mencionar, en líneas generales, que la reflexión sobre la intersección entre la tecnología y la existencia humana ha cobrado relevancia en nuestra era digital. Inspirado por figuras como Simondon y Deleuze, Stiegler ofrece una visión provocadora y reflexiva sobre cómo la tecnología nos transforma y desafía las nociones tradicionales de humanidad. A través de sus ideas podemos explorar cómo la tecnología nos está llevando hacia una nueva comprensión de nosotros mismos y nuestra relación con el mundo.

Stiegler nos invita a pensar en cómo hemos pasado de simplemente adquirir conocimiento a usar la tecnología para crear y dar forma a nuestra realidad. En lugar de ser meros receptores de información, nos hemos convertido en actores que construyen el mundo a través de la técnica. Esta transformación ha sido acelerada por la era digital, donde el concepto de pharmakon de Stiegler (la dualidad de la tecnología como veneno y remedio, explorando cómo influye en nuestra sociedad y conocimiento), nos muestra cómo la tecnología se convierte en un elemento crucial para moldear nuestras vidas.

La visión de Stiegler es que la tecnología y el arte están en constante diálogo, impulsándose mutuamente. Así como el arte se reinventa constantemente a través de nuevas tecnologías, la tecnología misma es un acto creativo. Esto nos lleva a considerar cómo nuestras expresiones creativas y tecnológicas están entrelazadas, y cómo la tecnología puede potenciar nuestra creatividad y dar formas a nuevos tipos de expresión en el mundo actual.

Es importante mencionar que el filósofo cuestiona la idea de que somos seres separados de la tecnología. Argumenta que la relación entre la humanidad y la técnica es mucho más fluida y profunda de lo que a menudo asumimos. En lugar de ver la tecnología como algo externo, debemos reconocer cómo está tejida en la trama misma de nuestra existencia. Esta perspectiva desafía las dicotomías tradicionales y nos invita a abrazar una coexistencia más armoniosa con la tecnología.

Imaginemos si nuestros recuerdos no solo residieran en nuestra mente, sino también en las herramientas tecnológicas que usamos. Stiegler introduce la idea de que nuestras memorias están siendo externalizadas en dispositivos y plataformas digitales. Esto plantea preguntas sobre cómo estamos evolucionando como sociedad en términos de compartir conocimientos y experiencias. Nuestra colectivización de la memoria nos conecta más allá de lo individual y nos desafía a repensar la transmisión del conocimiento.

Stiegler describió importantes retos en lo que concierne a nuestra era tecnológica, los cuales también plantea como “curas en la Era Tecnológica”, en nuestro mundo, cada vez más impulsado por la tecnología, y nos advierte sobre los desafíos de permitir que los sistemas técnicos determinen nuestra dirección. La Inteligencia Artificial y la vigilancia plantean preguntas sobre nuestra autonomía y libertad. El filósofo propone una “organología” general, una forma de cuidado y atención a través de la tecnología, como una forma de abordar estos desafíos y sanar nuestra relación con la cultura y la tecnología.

A través del pensamiento de Bernard Stiegler podemos abordar los desafíos y oportunidades de la tecnología en nuestra vida diaria. Sus ideas nos instan a reconsiderar cómo interactuamos con la tecnología, cómo nos relacionamos con nuestra creatividad y cómo forjamos un camino hacia un futuro más equilibrado y enriquecedor en esta era digital en constante evolución. El coloquio “De la Farmacología a la Organología” proporcionó una plataforma para explorar las ideas de Stiegler sobre la tecnología, la individuación y la sociedad. A medida que avanzamos en una era cada vez más tecnológica, las reflexiones de Stiegler siguen siendo relevantes para comprender la interacción entre la técnica y la vida humana, así como para enfrentar los retos que esta interacción plantea para reflexionar sobre nuestro momento actual en el mundo y hacernos partícipes de las transformaciones de lo que significa “ser humano” a través de los cambiantes dispositivos y artefactos que forman parte, inevitablemente, del día a día; del momento a momento en nuestras constantes decisiones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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