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Rosanvallon y su brújula contra el populismo Opinión

Rosanvallon y su brújula contra el populismo

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Enrique Corvetto Castro
Por : Enrique Corvetto Castro Profesor de Estado y periodista. Autor de “Gobernar es Educar” y de “1962: Los secretos del mundial imposible”.
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Rosanvallon nos advierte sobre la desconfianza institucionalizada, un ancla pesada que inmoviliza a nuestra sociedad. Cuando la fe en nuestras instituciones se desvanece, se crea un vacío que el populismo se apresura a llenar con la figura de un líder que se presenta como la única voz del “pueblo”.


En el ajetreo de cada campaña electoral, con el aire saturado de promesas y la urgencia de decisiones que marcarán nuestro destino, es fácil perder el rumbo. El camino hacia la Presidencia de Chile está lleno de cantos de sirena, ofertas que suenan demasiado buenas para ser ciertas y la tentación de abrazar soluciones simplistas. En este contexto, la brújula que nos ofrece el historiador y politólogo Pierre Rosanvallon en El siglo del populismo (2020) se vuelve no solo valiosa, sino también esencial.

Su vasta obra es un mapa detallado de la democracia moderna. Y si bien el libro explora la temática con gran profundidad, de sus páginas podemos extraer con lucidez los puntos cardinales que nos guían en este momento decisivo. La obra de Rosanvallon nos invita a desentrañar los pilares que sostienen el fenómeno populista, dándonos las herramientas para tomar decisiones informadas y no caer en la trampa en estas cruciales presidenciales.

Rosanvallon nos advierte sobre la desconfianza institucionalizada, un ancla pesada que inmoviliza a nuestra sociedad. Cuando la fe en nuestras instituciones se desvanece, se crea un vacío que el populismo se apresura a llenar con la figura de un líder que se presenta como la única voz del “pueblo”. Esta desconfianza es el caldo de cultivo perfecto para la polarización y el descontento, y solo restaurando la credibilidad en nuestros sistemas podremos soltar estas amarras y avanzar.

De la mano con esto, nos habla de la política de la proximidad, donde la conexión emocional reemplaza al debate racional. Los populistas se esfuerzan por construir una imagen de cercanía, de ser “uno más”, para establecer un vínculo directo y afectivo con la ciudadanía. Este viento a favor, sin embargo, no siempre se traduce en propuestas sólidas o en una gestión efectiva. Como votantes, es nuestra responsabilidad diferenciar la empatía genuina de una estrategia de marketing electoral.

El autor también ilumina la economía de la rabia, ese fuego de frustración y resentimiento que arde en los sectores desfavorecidos. Esta rabia es un combustible poderoso que los líderes populistas manipulan, canalizándola hacia chivos expiatorios y promesas de revancha. En lugar de apagar este fuego con más odio, Rosanvallon nos sugiere encender la llama de la esperanza a través de soluciones constructivas que aborden las causas profundas del malestar social.

Finalmente, la democracia de la desilusión se erige como un faro que, si bien nos muestra el camino, también nos recuerda que el populismo se alimenta de nuestra apatía y desesperanza. La sensación de que los políticos tradicionales han fallado y que el sistema no funciona es el argumento central del discurso populista. No obstante, rendirse a esta desilusión es ceder el espacio a quienes proponen atajos peligrosos.

En el fondo, Rosanvallon no escribió un libro sobre el populismo, sino un manual para el votante, una hoja de ruta para que elijamos no a un líder, sino el camino de una democracia más consciente.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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