
Potenciar el pensamiento crítico y la belleza en las universidades
Es muy relevante establecer vínculos estrechos con las comunidades, a través de la educación continua y actividades culturales, en las que hay que poner especial atención a incorporar la cultura popular, que es tan rica en nuestro país.
Las universidades cultivan disciplinas que aportan valor a la sociedad a través de la reflexión cultural, científica, social y artística, entregando conocimiento, bien y belleza a la sociedad. Las humanidades y las artes han sido desde sus orígenes el verdadero corazón del quehacer universitario.
Desde hace ya casi mil años en Europa, la universidad ha sido un espacio de búsqueda de la verdad y de cultivo del saber de manera amplia e integral. Las artes y humanidades se orientan a la interpretación, el análisis crítico y la comprensión del sentido, nos permiten tener mayor profundidad de reflexión para comprender los problemas contemporáneos.
Las universidades católicas se distinguen por su búsqueda libre de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios. En cuanto universidad, somos una comunidad que, de modo riguroso y crítico, contribuye al desarrollo y preservación de la dignidad humana y de la herencia cultural, mediante la investigación, la enseñanza y el aporte a la comunidad.
La inspiración cristiana de una universidad católica nos plantea el desafío de valorar las conquistas de la ciencia, del arte y de las humanidades en la perspectiva global del ser humano. El quehacer la universidad promueve el diálogo entre fe y razón, de modo que ambas se encuentren en la verdad al servicio de la persona.
Las humanidades forman capacidades intelectuales profundas, que marcan una forma de pensar del estudiante. Así, junto con potenciar las facultades de artes y humanidades, los esfuerzos deben orientarse a impregnar el currículo y la propia institución de las diferentes carreras con aportes significativos desde estas disciplinas. Los esfuerzos debieran orientarse a que los programas de formación general, las licenciaturas y otros programas en el pre y posgrado puedan entregar un aporte real a la cultura de nuestros estudiantes.
Con el objeto de estimular las Artes y Humanidades entre la juventud, se requiere iniciar un trabajo desde la niñez, ya que es vital atraer los talentos infantiles a temprana edad. En la actualidad, en las preferencias de los estudiantes ha disminuido el interés por estudiar estas disciplinas, probablemente por razones de menor expectativas económicas y de desarrollo. Sin embargo, se ha visto que los egresados en humanidades poseen habilidades altamente valoradas en el mercado, con pensamiento crítico, comunicación efectiva, resolución de problemas complejos e interdisciplinarios, entre otros.
Por otra parte, la sociedad demanda de sus universidades que se constituyan en un polo de desarrollo cultural, involucradas con la realidad de las diferentes comunidades. Este rol es de gran importancia también en regiones y comunidades locales. Es así como las universidades colaboran y a veces suplen las falencias del Estado, para poder entregar aporte cultural en beneficio de la comunidad. Sin duda, se requiere un mayor aporte del estado y del sector privado para estimular las artes y humanidades, lo que es clave para potenciar el patrimonio y la cultura del país.
Es importante realizar una reflexión crítica acerca de las medidas a implementar con el objeto de potenciar el crecimiento de estas áreas en las universidades. Su conocimiento y estímulo debe comenzar precozmente en la niñez, estimulando su enseñanza a nivel escolar. Debemos reconocer y valorar su producción académica en términos de impacto social, innovación pedagógica y relevancia cultural, junto a promover una cultura institucional que reconozca el valor del pensamiento crítico, la creatividad y libertad que conllevan estas disciplinas.
Es muy relevante establecer vínculos estrechos con las comunidades, a través de la educación continua y actividades culturales, en las que hay que poner especial atención a incorporar la cultura popular, que es tan rica en nuestro país. Así también, cumpliendo las universidades un rol protagónico en la cultura del país, es muy importante promover la colaboración en redes regionales y nacionales, destinadas a promover el trabajo de estas áreas y realizar transferencia de conocimiento desde la academia a las políticas públicas del país. Por supuesto que, con una mirada de futuro, se hace necesario contar con la creación de nuevos fondos concursables de investigación para estas áreas del conocimiento, que permitan valorar el quehacer e impacto de las disciplinas de las artes y humanidades.
En suma, las universidades están empeñadas en entregar valores culturales, artísticos y humanistas orientados al bienestar de la comunidad. La reflexión permanente de estas disciplinas, su estímulo en las nuevas generaciones y el apoyo de la investigación, transferencia e innovación del conocimiento en artes y humanidades es una tarea de gran relevancia. Su aporte de calidad, tendrá un impacto en la cohesión social y en la mayor calidad de vida de nuestra ciudadanía.
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