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Infraestructura verde para la movilidad Opinión Imagen referencial

Infraestructura verde para la movilidad

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Carlos Aguirre Núñez
Por : Carlos Aguirre Núñez Consejero CPI Académico Arquitectura USS
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La actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano nos invita a repensar nuestras ciudades desde la movilidad y la infraestructura verde como ejes centrales.


En un país como Chile, que ha experimentado cambios urbanos, sociales y ambientales profundos en la última década, contar con una Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNDU) no es un simple ideal, sino una necesidad concreta. Esta política es la brújula que orienta el crecimiento de nuestras ciudades para que no se expandan de manera desordenada o desigual, sino que evolucionen con un enfoque equitativo y sostenible.

La actualización de esta política se hizo a partir de un proceso participativo y de diagnóstico que involucró a diversos actores: desde ya todos los consejeros del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, municipalidades y gobiernos locales, organizaciones sociales, académicos y los gremios. De esta forma, la propuesta se nutre de lecciones aprendidas y de una visión colectiva que busca responder a los desafíos contemporáneos con ciudades más inclusivas, resilientes y en armonía con el entorno.

El documento incluyó dos ejes para la construcción de ciudades más justas y sostenibles: infraestructura para la movilidad y la “verde”. La movilidad es mucho más que trasladarse desde un punto a otro; es la llave que permite el acceso a oportunidades, servicios y redes de apoyo. La nueva PNDU pone especial énfasis en sistemas de transporte integrados, intermodales y sostenibles. Esto significa avanzar hacia una red de movilidad que priorice modos activos como caminar y andar en bicicleta, reduzca la dependencia del automóvil y mejore la cobertura del transporte público, especialmente en zonas periurbanas y rurales.

Por otro lado, la infraestructura verde se convierte en un pilar para enfrentar el cambio climático. Parques, corredores ecológicos y espacios naturales son elementos estratégicos integrados en la planificación. La PNDU actualizada reconoce que una red de infraestructuras verdes no solo aporta resiliencia frente a desastres, sino que también promueve el bienestar mental, la recreación y un entorno más saludable para todos. La integración de esta infraestructura en el tejido urbano no solo mitiga las islas de calor y mejora la calidad del aire, sino que crea espacios de encuentro y cohesión social, promoviendo un estilo de vida más sostenible y en armonía con la naturaleza.

En definitiva, la actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano nos invita a repensar nuestras ciudades desde la movilidad y la infraestructura verde como ejes centrales. Estos pilares no solo son una respuesta a los desafíos contemporáneos, sino una apuesta por urbes más equitativas, donde las personas y el medio ambiente sean protagonistas.

Con esta hoja de ruta, el desafío está en manos de todos: autoridades, comunidades y actores privados, para construir un futuro urbano en el que la movilidad sostenible y la infraestructura verde sean sinónimo de bienestar y calidad de vida para todas y todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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