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¿Cómo alcanzar la seguridad hídrica? Opinión Foto referencial. Crédito: Lago Peñuelas, Valparaíso, AgenciaUno

¿Cómo alcanzar la seguridad hídrica?

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Rafael Palacios
Por : Rafael Palacios Director de Pivotes
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Es fundamental que los candidatos lideren esta discusión con datos, evidencia y sentido de urgencia.


A semanas de una elección en la que el país decidirá su futuro, persiste un desafío urgente que continúa ausente del debate público: la seguridad hídrica. Mientras, la brecha hídrica aumenta cada año en varias cuencas tanto por la falta de lluvias como por el mayor consumo de agua, y a pesar de que algunos programas presidenciales incluyen propuestas de nueva infraestructura hídrica, en los discursos de los candidatos pareciera que, bajo su mandato, el agua en todo el país será infinita y gratis.

Un estudio de opinión que realizamos con Criteria arroja algunas luces respecto de esta contradicción pues revela que el 70% de las personas que se autoidentifican políticamente con la izquierda consideran que soluciones basadas en la naturaleza (SbN), como restaurar humedales o forestar riberas, son “muy importantes” para enfrentar la escasez hídrica. Y si bien estas medidas tienen beneficios ecosistémicos y deben ser parte del portafolio de soluciones de cualquier candidato, su efectividad no sólo es marginal, sino que además dependen de la disponibilidad de las aguas continentales que en las 39 cuencas del norte del país, sólo se reduce.

En contraste, solo el 48% de las personas de izquierda considera muy relevante la construcción de plantas desaladoras, solución estructural para cerrar brechas hídricas al incorporar nueva oferta de agua. Este sesgo ideológico se acrecienta con el desconocimiento: el 66% de los encuestados no sabe que hay ciudades que ya se abastecen completamente con agua desalada, y sólo un 16% conoce que este tipo de agua es incluso más pura que la potable convencional.

¿Podemos descansar, entonces, en la promesa de las SbN para alcanzar la seguridad hídrica? De ninguna manera. Las inversiones para disponer de agua suficiente para la población y las industrias productivas no son resorte de una u otra ideología, son una condición habilitante para el desarrollo. Sin agua, no hay ciudades que crezcan, ni industrias que produzcan, ni comunidades que puedan proyectar una vida digna y segura. Por eso, invertir en infraestructura hídrica que nos permita aprovechar fuentes no continentales como las aguas residuales y el agua de mar, no es una opción, es una necesidad para asegurar el abastecimiento, llueva o no.

Es fundamental que los candidatos lideren esta discusión con datos, evidencia y sentido de urgencia. No podemos depender de supuestos que la ciencia contradice ni reemplazar una solución por otra, sino impulsar aquellas que son efectivas para asegurar el suministro según el balance hídrico de cada cuenca.

A pesar de estar en plena campaña presidencial, cuando se trata de alcanzar la seguridad hídrica no es tiempo de evaluar el rédito electoral de una u otra propuesta de política pública, porque por mucha adhesión que generen las SbN (¡quién podría estar en desacuerdo con ellas!), quienes aspiran a liderar la Moneda en los próximos años se enfrentarán a un país que podrá, o no, contar con el agua que necesita para crecer.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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