Publicidad
Demografía: la transición silenciosa del sistema escolar chileno Opinión Archivo

Demografía: la transición silenciosa del sistema escolar chileno

Publicidad

La baja natalidad y el envejecimiento poblacional son procesos estructurales que redefinirán la educación chilena en las próximas décadas. Si se planifica con visión de largo plazo, esta “transición silenciosa” puede convertirse en una oportunidad histórica para reorganizar la red escolar.


En la próxima década, el sistema escolar chileno enfrentará un cambio profundo y silencioso: habrá cada vez menos estudiantes. Según el Instituto Nacional de Estadísticas, Chile perderá cerca de 314 mil niños y jóvenes entre 2024 y 2035, lo que equivale a una reducción del 7 % de la población en edad escolar. La causa es simple pero de largo alcance: cada vez nacen menos niños.

Hace sesenta años, las mujeres chilenas tenían en promedio 4,7 hijos; hoy esa cifra cayó a 1,17, muy por debajo del nivel necesario para mantener estable la población. Este cambio demográfico implica un ajuste estructural: menos estudiantes, menos cursos y más infraestructura ociosa en distintas comunas del país.

La caída no ocurre igual en todas las regiones. El Sistema de Admisión Escolar ya muestra señales: el 85 % de las comunas tiene vacantes disponibles en todos los niveles. En muchas escuelas rurales o del sur las salas están a medio llenar, mientras que en algunos sectores urbanos la demanda sigue concentrada. El resultado es una red escolar que se reorganiza sin planificación, con escuelas donde sobran salas y otras donde faltan cupos por la llegada de familias migrantes.

Este escenario representa una oportunidad de ajuste. Chile mantiene cursos más grandes y más alumnos por profesor que la mayoría de los países desarrollados. En la OCDE hay 14 alumnos por docente en primaria y 13 en secundaria; en Chile, 17 y 19. Además, los cursos son más numerosos: 28 estudiantes por sala en escuelas públicas frente a 21 en el promedio OCDE.

Si el número de docentes se mantiene igual que en 2024 y la matrícula sigue cayendo, el país podría tener entre 30 mil y 50 mil profesores excedentes hacia 2035. La única forma de evitar ese superávit sería reducir el tamaño de los cursos, acercándose a los estándares internacionales.

Chile puede transformar la baja demográfica en una oportunidad si actúa con anticipación. Existen cuatro líneas de acción posibles: reducir el tamaño de los cursos; elevar los requisitos para estudiar pedagogía; redistribuir territorialmente al profesorado, ofreciendo incentivos para que docentes de alto desempeño se trasladen a zonas con déficit; y explorar modelos de co-docencia o tutorías, aprovechando la sobreoferta sin aumentar los costos del sistema.

La baja natalidad y el envejecimiento poblacional son procesos estructurales que redefinirán la educación chilena en las próximas décadas. Si se planifica con visión de largo plazo, esta “transición silenciosa” puede convertirse en una oportunidad histórica para reorganizar la red escolar, fortalecer la calidad docente y optimizar los recursos públicos. Lo que hoy parece un problema demográfico puede ser, bien gestionado, la base de un sistema educativo más equitativo, eficiente y sostenible.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad