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Las próximas elecciones y las relaciones exteriores de Chile
El respeto a reglas y principios es esencial para defender los intereses de un Estado como el nuestro, que basa su accionar en el respeto al derecho y que requiere de la cooperación con otras naciones para enfrentar los desafíos de diversa índole que hoy se presentan.
En pocos días tendrá lugar la primera vuelta de la elección presidencial, de la totalidad de los diputados y buena parte de los senadores. Uno de los temas que debiera estar presente para definir opciones es qué se presenta como alternativas respecto a las relaciones exteriores de nuestro país.
Durante los gobiernos democráticos, en lo esencial, ha existido una continuidad en la política internacional que le ha permitido una adecuada inserción en este ámbito. El interés nacional ha influido para construir una política de Estado.
La proyección más allá de las fronteras de los países se construye sobre la base de principios, particularmente reforzados después del término de la Segunda Guerra Mundial que obligó, luego del desastre que trajo consigo, a construir un sentido de comunidad internacional basada en reglas compartidas. Chile, como uno de los 51 miembros originarios de la Organización de las Naciones Unidas, asumió lealmente los compromisos establecidos en la Carta aprobada en 1945.
Entre esos principios están: el fortalecimiento del multilateralismo; el respeto al derecho internacional y sus fuentes; el rechazo al uso de la fuerza como instrumento de las relaciones entre los Estados; el compromiso con la paz y la solución pacífica de las controversias; el respeto y protección de los derechos humanos como valor universal; la no injerencia en los asuntos que son de la estricta jurisdicción interna de los Estados; la autodeterminación de los pueblos; la cooperación internacional para enfrentar los desafíos comunes que enfrenta la humanidad.
La vigencia y la eficacia del derecho internacional dependen del leal comportamiento de los Estados, representados por sus gobiernos, toda vez que ello es fruto de la voluntad soberana desde el momento mismo que surgen los acuerdos y los compromisos.
En la situación que vive el mundo, en que han surgido liderazgos –algunos de ellos en potencias gravitantes y con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas– que ponen en tensión o violan los principios señalados, es una exigencia que debe efectuarse a quienes aspiran a dirigir nuestro país, tanto desde el Ejecutivo como del Legislativo, a comprometerse con lo que ha sido la continuidad de la política exterior de Chile.
El respeto a reglas y principios es esencial para defender los intereses de un Estado como el nuestro, que basa su accionar en el respeto al derecho y que requiere de la cooperación con otras naciones para enfrentar los desafíos, de diversa índole, que hoy se presentan imposibles de solucionar eficazmente con una acción individual y autárquica.
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