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Invitación al optimismo sobre nuestra economía Opinión Archivo

Invitación al optimismo sobre nuestra economía

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Osvaldo Rosales
Por : Osvaldo Rosales Asesor de la candidatura presidencial de Jeannette Jara.
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La reforma de pensiones irá inyectando recursos significativos al mercado financiero, favoreciendo la inversión y ampliando el financiamiento a emprendedores, empresas tecnológicas, pymes y proyectos de vivienda e infraestructura.


Señales macroeconómicas favorables. La inflación se acerca a la meta del Banco Central, la deuda pública sobre PIB se mantiene en niveles razonables y el déficit en cuenta corriente es financiable con inversión extranjera directa. La baja en la tasa de interés impulsa el mercado hipotecario y la venta de viviendas, mientras el tipo de cambio real está en máximos históricos. El país conserva la mejor calificación crediticia de la región y las agencias internacionales valoran el manejo fiscal. Mejoran los términos de intercambio, la inversión extranjera sigue dinámica y las exportaciones crecen cerca del 6%. La Bolsa ha alcanzado 50 récords en el año, con un 40% de aumento en rentabilidad. El salario real acumula 31 meses de crecimiento, el consumo familiar aumenta, la inversión crece sobre 5% anual y las importaciones de bienes de capital muestran un fuerte incremento. El tipo de cambio y la tasa de interés favorecen la inversión, con la menor tasa real de largo plazo en la región.

Persisten desafíos. La política económica ha estabilizado la economía, superando desequilibrios heredados y evitando la recesión. Sin embargo, llevamos más de una década con crecimientos mediocres. Es elevada la tasa de desempleo, especialmente femenina, y la productividad total de factores sigue estancada, con niveles excesivos de desigualdad. Mejorar productividad y generar más empleos formales es un gran desafío pendiente. Con todo, el panorama macroeconómico es mucho más positivo que la imagen apocalíptica que muestran muchos medios, y es propicio para retomar el crecimiento, independientemente de quien asuma el próximo Gobierno. Las tendencias positivas no pueden atribuirse únicamente a la coyuntura electoral, pues llevan meses consolidándose.

Debate fiscal. Aunque las cuentas públicas han mostrado déficit estructural en 15 de los últimos 17 años, el nivel de deuda sigue siendo bajo en comparación internacional. Es necesario estabilizarla y mantener disciplina fiscal. Si el gasto fiscal fuera tan excesivo se reflejaría en inflación, tasas de interés o riesgo país, pero estos indicadores están a la baja. La disciplina fiscal requiere sensatez: no es posible reducir impuestos, eliminar contribuciones y estabilizar la deuda simultáneamente, sin aumentar el déficit. Los recortes propuestos por Kast sumarían varios puntos del PIB y debilitarían la economía y los ingresos tributarios.

Transformación productiva. Se proyectan inversiones en energía, minería y obras públicas por hasta US$ 74.000 millones entre 2025 y 2029. El precio del cobre se mantiene en niveles récord y el potencial en energías renovables, cobre y litio abre oportunidades inéditas. Si llegamos al Gobierno, agilizaremos la gestión de permisos sectoriales y ambientales, trabajando en conjunto con el sector privado. El estado gestionará directamente los permisos en los proyectos estratégicos. Trabajaremos en un reimpulso exportador de bienes y servicios, gestando mesas público-privadas ad hoc en los primeros 100 días de Gobierno.

Digitalización y servicios digitales. Chile cuenta con 33 data centers operando y 34 en desarrollo. El país puede convertirse en centro regional de transmisión de datos, IA y servicios en la nube, lo que exige reformas regulatorias e institucionales para estimular inversiones en telecomunicaciones, capacitar personal en IA desde fines de la educación secundaria y en la técnica, facilitando particularmente la movilidad social de jóvenes en zonas vulnerables.

Profundización financiera. La reforma de pensiones irá inyectando recursos significativos al mercado financiero, favoreciendo la inversión y ampliando el financiamiento a emprendedores, empresas tecnológicas, pymes y proyectos de vivienda e infraestructura. Para ello habrá que adecuar la legislación pertinente, abriendo espacio a que las AFP y otras entidades financieras puedan invertir en estas iniciativas. La profundización financiera y la digitalización pueden convertir a Chile en un hub financiero para innovación en la costa pacífica de Sudamérica, aprovechando la convergencia en curso de las bolsas de Bogotá, Lima y Santiago.

Alianza público-privada. Aprovechar todo este potencial requiere acuerdos público-privados de largo plazo, para avanzar hacia un crecimiento sostenible e inclusivo, venciendo la desconfianza con optimismo bien fundado. ¡Manos a la obra!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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