Opinión
Archivo
Royalty Minero: beneficios concretos para los territorios de Chile
En comunas pequeñas y medianas, los recursos del royalty representan un aumento significativo en su presupuesto, incluso más de 25% en algunos casos, permitiendo abordar deudas sociales históricas y mejorar la infraestructura de los servicios básicos.
Chile es, por naturaleza e historia, un país minero. Este sector es un pilar fundamental de nuestra economía, proveyendo desarrollo, empleo y recursos vitales para el funcionamiento del Estado. Sin embargo, durante mucho tiempo, los beneficios generados por la riqueza mineral de nuestro país y su principal actividad económica no se distribuyeron de manera equitativa hacia las comunidades y territorios que albergan la industria minera.
Es por esto que, tras un largo debate de más de 10 años en el Congreso, el Gobierno logró el consenso necesario para la aprobación de la anhelada Ley de Royalty Minero. Su promulgación marcó un hito en la forma en que nuestro país se relaciona con su mayor industria, pues no se trata solo de un importante mecanismo de redistribución de la riqueza que promueve justicia territorial y entrega beneficios a lo largo del país, sino también de una herramienta que contribuye a fortalecer la legitimidad social de la minería y consolidar a Chile como un destino atractivo para la inversión y el desarrollo de proyectos.
La implementación del royalty minero se ha realizado asegurando la competitividad de la industria y su rol como motor de desarrollo. Las garantías de estabilidad jurídica y certeza tributaria que otorga el royalty son fundamentales, y así lo reflejan las cifras de Cochilco, que proyectan más de 83 mil millones de dólares de inversión minera para el periodo 2024-2033.
El principal avance de este royalty es su diseño orientado a la descentralización mediante tres fondos cruciales destinados a los gobiernos regionales y, de forma inédita, directamente a los municipios.
El Fondo Regional para la Productividad y el Desarrollo, que fortalece la inversión pública en a manos de los Gobiernos Regionales; el Fondo de Equidad Territorial, que beneficia a municipios con menor capacidad de recaudación propia; y el Fondo de Comunas Mineras, que por primera vez entrega recursos a las municipalidades donde se realiza la actividad minera y a aquellas dependientes de ella.
Los logros del royalty no son promesas abstractas; son proyectos que están comenzando a cambiar la vida de miles de chilenos. En 2024 se entregaron $186 mil millones mediante estos tres fondos y este 2025 se incrementó a $440 mil millones. Gracias a estos recursos, los habitantes de Chile están viendo beneficios concretos que impactan directamente en su bienestar.
Ejemplos de ello son el Centro de Diálisis Municipal en Las Cabras, que le cambió la vida a habitantes quienes debían viajar horas hasta otra comuna para atenderse varias veces en la semana; la adquisición de equipos médicos como el tomógrafo óptico municipal en Vallenar; la sala kinesiológica para adultos mayores en Freirina; implementos para la estación básica de salud rural para la isla Alejandro Selkirk; o la reducción de las listas de espera del Hospital Provincial de Huasco financiando más de 1800 atenciones, entre tantas otras.
Los municipios y gobiernos regionales ahora cuentan con recursos extras para atender sus principales necesidades, sin depender exclusivamente de los traspasos centrales. En comunas pequeñas y medianas, los recursos del royalty representan un aumento significativo en su presupuesto, incluso más de 25% en algunos casos, permitiendo abordar deudas sociales históricas y mejorar la infraestructura de los servicios básicos que dignifican el día a día de sus habitantes. Esto es un avance concreto en descentralización y justicia territorial.
El royalty minero es una herramienta de equidad que proyecta a Chile hacia un desarrollo más justo y sostenible. Es la materialización de un acuerdo social que entiende que el crecimiento económico debe ir de la mano con la justicia social y territorial.
Nuestro compromiso como Gobierno es continuar trabajando para que cada peso recaudado se traduzca en más salud, seguridad, mejores espacios públicos y oportunidades para los habitantes de todo Chile. El royalty minero es la prueba de que, cuando se pone la voluntad política al servicio de la gente, los grandes acuerdos son posibles. La riqueza de Chile debe ser para todos los chilenos.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Inscríbete en el Newsletter +Política de El Mostrador, súmate a nuestra comunidad para informado/a con noticias precisas, seguimiento detallado de políticas públicas y entrevistas con personajes que influyen.
Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.