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Investigación centrada en víctimas, abusadores y protectores de red

Las pesquisas no dan aun con los ‘clientes’ de los proxenetas descubiertos tras la detención del empresario. Pueden ser personas de alto nivel económico, pero eso es sólo una hipótesis. Mientras la justicia avanza, la teoría conspirativa de la UDI dejó nuevas víctimas: los que trabajan en favor de niños abusados. "Spiniak debe estar riéndose a carcajadas", dicen algunos.


Desvinculándose de la batahola política gatillada tras los dichos de la diputada María Pía Guzmán y profundizada con la "teoría de la conspiración" de la UDI, el ministro en visita Daniel Calvo delineó los alcances de sus pesquisas: desentrañar quiénes verdaderamente participaron en la red pederasta de Claudio Spiniak, quiénes fueron sus víctimas y quiénes protegieron al empresario.



Trabajando cerca de 18 horas diarias, el magistrado interrogó durante la semana al menos a 15 niños y jóvenes que viven en la calle, condujo personalmente la revisión de los 136 videos incautados, tomó testimonio y procesó a personas que aparecen ligadas a Spiniak en la explotación sexual de menores.



Todas ellas corresponden a hombres de estrato socioeconómico distinto al que, en los primeros días de escándalo, se preveía podían integrar una red donde aparecía como líder un personaje del sector alto de la capital y cuyo "centro de operaciones" estaba ubicado, también, en esa zona. Hasta ahora se trata sólo de cuatro personas más bien de perfil socioeconómico bajo: Patricio Egaña, con antecedentes por robo con intimidación; Exequiel Martínez y Miguel Quiroga, proxenetas que viven en sectores populares; y Felipe Silva, ex mozo de una comisaría.



Sin embargo, aun no se ha llegado a los "clientes" de los proxenetas procesados y la hipótesis de que personajes de alto nivel económico hayan abusado sexualmente de estos niños no está descartada. Se incluye la posibilidad de que en la investigación aparezcan "personajes conocidos", aunque no estén directamente vinculados a Spiniak.



Además, se estudia la posibilidad de que extranjeros hayan tomado contacto con el empresario para venir a Chile a fin de "aprovechar" las facilidades que existen en este país para explotar sexualmente a niños y jóvenes.



La Nación Domingo publicó ayer la información de que un video incautado registra una fiesta que no incluye contactos sexuales y en la cual aparecen algunas personas públicas. Sin embargo, se trataría de la inauguración del gimnasio Go Fitness and Spa, evento al que pudieron asistir centenares de personas que nada tienen que ver con la investigación. También, estarían en la mira amigos del empresario, y no se descarta que esas relaciones sociales sean investigadas.



Respecto a la eventual participación de altos funcionarios de Carabineros en la red, hasta el viernes el tribunal no contaba con ningún antecedente que pudiera dar crédito a los múltiples rumores que apuntaban en tal sentido y que precisaban que se trataba de uno o más oficiales. Sólo se tiene antecedentes respecto a anomalías en el accionar de la policía uniformada cuando, en febrero de 2002, los carabineros Mauricio Madrigal y Claudio Palma interceptaron a un menor "sospechoso", quien les dijo que habían intentado violarlo. Los efectivos concurrieron a la casa junto al teniente Marco Subiabre, y encontraron a Spiniak. El empresario hizo un contacto telefónico con una persona que se identificó como el coronel Claudio Jayo, ex jefe de la Prefectura Oriente de Santiago. La voz les ordenó abortar la investigación.



Las nuevas víctimas



Aun cuando la investigación judicial se concentra en estos puntos, el caos comunicacional de estas semanas terminó, paradójicamente, por poner en cuestión a quienes por años han trabajado en la protección de los menores abusados.



Primero fue Claudia Fuentes, la directora de Arasi, identificada por la diputada María Pía Guzmán como su fuente para la denuncia de tres parlamentarios que supuestamente aparecían en los videos de Spiniak. Los dichos de la diputada quedaron deslegitimados, al menos en lo que respecta a los antecedentes con que contó para sostener sus dichos, luego de que Fuentes asegurara que sólo le habló de rumores. La versión fue confirmada por el diputado Patricio Walker, quien también participó en la reunión de la diputada RN con la directora de Arasi.



La institución de Fuentes ha ayudado no sólo a las familias y víctimas directas de abuso sexual de menores, sino que también ha colaborado en múltiples investigaciones judiciales. Una de ellas, la red Paidós. Arasi, incluso, aportó datos para la investigación contra Spiniak.



La UDI con su "teoría de la conspiración" intentó sindicar al directivo de la Fundación Margen, José Valdivia, como a uno de los que habría incitado al menor L.Z. a decir que había un senador comprometido.



Margen lleva diez años funcionando y su misión es prevenir y tratar a adolescentes de alto riesgo social, víctimas del comercio y la explotación sexual. Su mecanismo: respetar la libertad de los jóvenes, acogerlos y darles un lugar donde dormir sin imponerles reglas. El caso les ha afectado desde el punto de vista sicológico, pero también en lo práctico, pues la arrendataria del inmueble donde funciona la institución, tras enterarse por la prensa de los hechos, solicitó la entrega de la casa.



Para empeorar el panorama, la UDI también vinculó a dos abogados que desde hace tiempo trabajan a favor de los menores abusados con el complot "contra Joaquín Lavín", por haber participado en una reunión donde los diputados Guido Girardi y María Antonieta Saa tomaron contacto con L.Z. el lunes pasado, antes de que fuera entrevistado por TVN y Chilevisión



Uno de esos abogados es Hernán Fernández, quien ha dedicado años a la persecución del abuso contra niños, cometidos por integrantes de Colonia Dignidad y a la persecución de pedófilos. Incluso contribuyó en la elaboración del proyecto de Ley que se tramita actualmente en el Parlamento. El otro es Ciro Colombara, quien hace poco se integro a la misma causa, aunque con un rol menos protagónico que el de su colega.



Una frase, pronunciada por un personaje que acostumbra a mantener bajo perfil pero que ha colaborado en la detección de redes de abuso sexual de menores, grafica el sentir de estas personas: "Spiniak debe estar ahora riéndose a carcajadas. Todos los que lo persiguieron están siendo desacreditados".


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