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Transexuales en cien palabras

Un equipo de investigadores, integrado por Claudia Rodriguez, una rubia alta y de pechugas grandes, pero voz grave, trabajó durante meses recopilando las historias de »chicas» transgénero. En fragmentos de cien palabras cuentan con simpleza y sin glamour su visión de sí mismas y del mundo marginal en el que viven.


Por Felipe Saleh





Son casi las siete de la tarde. Antes de entrar a clases en la universidad se come un completo en el casino. Tiene 36 años, es soltera y no descarta volver al comercio sexual si la falta de recursos le obliga, como le ocurre a todas sus compañeras de género.



Claudia se ha demorado 14 años, hormonas, silicona y trabajo sicológico mediante, en dejar de ser Claudio Rodriguez Silva. Todo este tiempo ha trabajado como activista a favor de los transexuales que se paran en las calles de Santiago. Se encarga desde repartir condones hasta dar charlas de prevención de enfermedades de transmisión sexual.



Toda esa experiencia le sirvió para convencer a diez amigas, principalmente del centro y del sector norte de Santiago, para que contaran sus experiencias vitales como travestis o mujeres transgénero, como prefieren que las llamen. Gracias a un fondo concursable otorgado por la SEREMI de salud metropolitana y mucha colaboración ad honorem, la ONG Redes de Orientación en Salud Social junto a la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, lograron editar el libro "Las Transexuales hablan : cien historias en cien palabras". Siguiendo el formato del concurso Santiago en Cien Palabras, el libro reúne los mejores fragmentos de diez entrevistas en profundidad, donde hablan sin tapujos.



"Quisimos que ellas mismas fueran protagonistas de sus propias historias, mostrándolas como seres humanos comunes y singulares. La idea del proyecto es contribuir a la no discriminación y que sirva como una estrategia de prevención del VIH Sida", dice Claudia.



Algunas de las personas que se incluyen en el libro, de forma anónima, ni siquiera han terminado la etapa escolar. Hubo pequeñas modificaciones en el lenguaje y las historias se adaptaron al formato breve. Pero todos los testimonios sorprenden por su desgarradora simpleza. Una de las gracias de esta recopilación es que está alejada de cierto glamour asociado al mundo gay. Las historias en buena medida contienen el "lado rosa" del Chile real. Los párrafos siguientes son algunos fragmentos escogidos.



A escondidas



Un año atrás conocí a Luis, mi pareja de él me enamoré hasta las patas. Fuimos amantes por un mes más o menos El tenía 20 años más que yo, vivía con su mujer y sus hijos. Le dije que no quería disolver su matrimonio. Me dijo que ya no la amaba, que estaba con ella por sus hijos y nos vinimos a vivir aquí a un departamento que tenía arrendado mi mamá.



Primer amor



Mi primer amor fue en el colegio, con un niño que se llamaba Aldo. Era el más bonito del curso. Y me juntaba con una niña que se llamaba Fabiola. Un día hubo un concurso de cueca y ellos fueron elegidos para bailar. Eran como el rey y la reina. Yo andaba medio triste porque la Fabiola me había dejado de pescar. De repente, llega el Aldo y me entrega un papelito, lo abro y decía ‘Te Quiero Mucho’. Lo rompí, no fue por miedo. Me dio vergüenza.



Despertar sexual



Mi despertar sexual fue con un primo en el campo. A cierta hora todo el mundo se dormía y él y yo nos quedamos despiertos para jugar. De repente un día fuimos a la higuera y me comenzó a tratar como si fuera su polola y yo le seguí el cuento. Y así en la más romántica, me dice "chúpamelo" y yo le dije "pero qué te voy a chupar"Â… cuando de repente veo que se abre el cierre y saca eso tremendo. Yo salí arrancando. Esa imagen de su sexo, con el tiempo, se fue volviendo erótica".



Soy vulnerable



Hubo una experiencia que para mí fue un susto: una vez estando con un chico, pero jugando, no hubo penetración y de repente siento entre mis piernas algo húmedo, cada vez más húmedo y resulta que él había perdido su virginidadÂ… me fui a ver y tenía sangreÂ… me asusté mucho, no esperaba que me pasara a mis veintitantos. Sé que me tengo que cuidar.



Nobleza versus dinero



Una travesti más entradita en edad me dijo "¿por qué tu te bajai de los autos tan rápido, acaso no pinchai?", le contesté que siempre me agarraban adelante y que a mi no me gustaba eso porque yo me sentía mujer, así que ella me dijo, "no po Macarena, acá se gana plata con el pico, si no querís entonces estai cagá". Ahí yo lo tomé como un trabajo, dejé mi nobleza aparte y seguíÂ… fue un trabajo que me daba muchas ganancias.



Un poco de silicona



Este proceso de la silicona líquida se hace mediante una aguja del porte de un dedo que usan los veterinarios para darle remedios a los caballos. Esto lo hacen en tu casa y solamente bombean aceite hacia tu cuerpo y en vez de remedios te ponían esmalte de uña con algodón para cerrar y ese es el proceso que hacen para ponerte silicona. A veces es aceite de máquina de coser, que lo venden abiertamente en el centro.

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